¿Todo bien? {Gonuh} (One-Shot)

¿Todo bien?

*Leer antes la one-shot "yo me opongo". Es importante para entender mejor*

Una fiesta de fin de año. ¿Qué mejor idea para celebrar un año más lleno de alegrías y buenos momentos?

Mah y Luh planearon cada detalle, desde en que lugar se haría hasta la comida que se serviría. Querían que todo fuera más que perfecto.

Y es que tenían sus razones para celebrar ese año ya casi terminado, pues hace tan sólo tres meses, había sido el día de su boda.

Ambos estaban felices, no sólo por el hecho de que al fin sus vidas comenzaban a ser como tanto querían, sino también porque esa noche lo festejarían junto a todos sus amigos y familiares. ¿Acaso no era todo perfecto?

Pues no, al menos una persona no se sentía de lo más segura al ir a esa fiesta de la que tanto se hablaba, pues sabía que no se encontraría en un ambiente tan cómodo como para realmente disfrutar de tal evento.

Gonzalo había entrado en su auto, pero ni siquiera intentó encender el motor. No, debía pensarlo muy bien antes de ir y arruinar las cosas más de lo que ya estaban. Y es que después de sus acciones, sentía vergüenza al tan sólo imaginarse ahí, frente a su ex-mejor amigo.

¿Cómo había llegado a eso? Se sentía culpable por haber actuado como lo hizo en aquella boda, pero a la vez sentía que si se hubiese mantenido en silencio, hubiera explotado al ver como Luh y Mah decían "acepto" frente al altar.
Aunque no cambió mucho el hecho de haberle dicho a Luh lo que sentía por él, pues aún así, obtuvo uno de los peores y más dolorosos rechazos. Se sentía humillado, y sabía que todo era su culpa.

Pero después de todo, Mah y Luh lo habían invitado a la fiesta, y era descortés no ir luego de todo lo que han pasado juntos. Sólo se aseguraría de mantenerse lo más discreto posible, y si se pudiera, incluso invisible ante los demás.

Y luego de pensarlo por algunos minutos más, Gonzalo tuvo la valentía de encender el auto y conducir hacía el lugar donde se realizaría la fiesta: un gran salon del que no tenía ni idea de como fue que pudieron pagar tales lujos. Muy seguramente ahorros de ambos.

Al llegar y estacionar en donde debía, caminó lentamente hacía la entrada. Deseaba no ver a nadie que no fuera Sara o Exo, pues sabía que sólo con ellos dos se sentiría cómodo al hablar. Pero ya todos sabemos que cuando menos queremos que algo suceda, más rápido sucede, y para su mala suerte, la primera persona con la que se encontró fue con Mah.

--¡Gona, pensé que no vendrías! --exclamó ella, al darle un leve abrazo.

Mah se veía grandiosa, tal y como la última vez que la vió. Ese vestido pegado al cuerpo y de color azul le quedaba increíblemente precioso.

--¿Por qué no lo haría? Si me invitan, vengo --respondió Gonzalo, tratando de sonreír ampliamente.

--Por lo que pasó en la boda, creí que... --Mah calló al momento de ver la expresión confundida de Gonzalo.

--¿De que hablas? --preguntó él, temiendo lo peor.

--Oh, lo siento, pero Luh me contó todo y pensé que ya no habría ningún problema --Mah y su inocencia, era imposible enojarse con ella.

Gonzalo tomó aire en un leve suspiro. Debía calmarse y mantenerse bajo control.

--No te preocupes, todo está bien --dijo Gona, dandole algunas palmadas en el hombro.

--Bien... ¿Te gustaría pasar? Sara y Andrés están dentro --dijo ella, con ternura.

Gonzalo le sonrió una última vez antes de entrar y buscar a sus amigos. Al verlos, ambos estaban sentados en el suelo en uno de los rincones, los dos con una copa de vino tinto cada uno.