Dulce Ksualidad

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Tenía que aceptar que desde hace tiempo mi atención entera se había centrado en los estudios, con afán de evitar preocupaciones a mi familia, me había centrado en la actividad física, estudiar y había desarrollado un gran fanatismo a la lectura y a la música. 

Evitaba a toda costa la cercanía con personas en general, la idea de tener que convivir con gente me provocaba asfixia en exceso y sabía que igual no era una grata compañía, así que prefería hacer las cosas por mi misma, empece a disfrutar mi soledad, o más bien me acostumbre a estar sola y hacer cosas por mi misma, dejé de frecuentar a mis amigos y las únicas personas más cercanas eran mi familia, a quienes de alguna manera tenia que ver a diario ya que seguía viviendo en casa de mis padres. Mi amigo, por así decirlo más cercano, era Marco incluso dejé de hablar con Normani, quien era mi amiga más antigua; desde niñas eramos muy cercanas, ella vivia cruzando la calle y habiamos asistido al mismo colegio. Durante la época donde refugie mi duelo en el alcohol y las fiestas, ella habia estado muy al pendiente de mi, nunca me dejó sola despues de la desaparición de Brad, incluso solia salir a las fiestas y emborracharse conmigo. Después de darles varias noches de desvelos y preocupaciones a mis papas, deje ese lado de mi vida. Supongo que no tomaron medidas mas allá de hablar conmigo y sugerirme terapias con algún especialista por que ellos sabían que era no era mi naturaleza, son mis padres y me conoces incluso mejor que yo, sabian tambien que era solo una manera de escapar y no hacer frente a todo el nudo de emociones que estaban matandome por dentro. 

Cuando estuve en la mitad del colegio, Normani se fue a estudiar baile a Los Angeles, así que transcurrió un año sin verla y aunque nunca perdimos contacto yo tome distancia de todos y poco a poco ella dejo de insistir, tal vez primero quiso darme tiempo y a la larga se aburrió de buscarme. No la culpo al final del día creo que hubiera hecho lo mismo puesto que ya no teníamos mucho en común. Había días en que claro que me pesaba estar tan aislada e incluso trataba de aceptar alguna propuesta de los chicos para salir pero me aburría demasiado rápido y desistía la idea.

Ha pasado sin embargo una semana después de mi recaída enfrente de Camila, quien solo era una extraña más con la cual tuve la fortuna de poder romperme después de tanto tiempo. Era lógico para mí que el ver esas fotos y después saberlas perdidas sin mas remedio para recuperarlas me habían puesto muy vulnerable y ahí se encontraba ella, quien se había portado tan comprensiva y empática; tal vez pensó que estaba loca pero al momento me había escuchado sin más, y me hizo sentir muy cómoda. También me di cuenta de lo mucho que echaba de menos charlar con mis amigas, especialmente una platica de chicas donde no hay mas intención que de verdad pasar un grato momento; ultimamente mis salidas se limitaban a pasar el rato con mis hermanos y sus amigos o a salir con algun chico que obviamente tenía intenciones de terminar llevandome esa noche a su cama, lo cual era la ultima cosa que yo tenia en mente. 

Por esa razón días después pensé en buscarla, pero me dio vergüenza tal vez a estas alturas estaría creyendo que estaba simplemente perdiendo la cordura o encerrada en alguna institución mental, así que no quise presionar.

POV Camila 

Lauren Jauregui, la sexy doctora, se había ganado el titulo entre mis compañeros de trabajo después de que varios trabajadores al ir al hospital a dar el mantenimiento a los costosos equipos que proveemos, la habían conocido. Todos y cada uno regresaban impresionados por la presencia de aquella hermosa mujer, incluso recuerdo haber escuchado comentarios entre otras mujeres quienes exaltaban la belleza de aquella doctora, y al conocerla reconocí que no habían exagerado. Lauren era una en un millón, su belleza era asombrosa y supongo que el ser médico le daba unos cuantos puntos extra. 

Me sentí por eso demasiado apenada al causar aquel incidente en su oficina, la pobre se exalto al escucharme tanto que tiro su computadora, la mirada que tenia era triste, y esta sumergida en sus pensamientos que tal vez nunca escucho que me había anunciado al entrar para darle el informe y avisar que ya había quedado todo listo para que pudieran trabajar los equipos.

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