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Sostenía fuerte los tirantes de su mochila, caminaba confiado y con la mandíbula apuntando hacia delante; con cada uno de sus pasos su cabellera negra daba un pequeño salto sobre su frente.

Tarareaba una suave canción entre sus gruesos labios y podía sentir la brisa helada chocando con todo su cuerpo, en especial sus piernas debido al informe que, estúpidamente había decidido vestir su primer día de clases, justo después de vacaciones de verano.

Daba pasos largos a pesar de sus cortas piernas, así que no le bastaron más de quince minutos para llegar a su destino; su grande y limpio instituto, los suelos, paredes, y techos de perfectos y relucientes blancos, el patio con chicos de distintos cursos hablando y conviviendo, el jardín adornado con grandes árboles y flores coloridas.

—¿Qué tenemos aquí? —unos brazos conocidos lo rodearon, era HoSeok—. ¿Te interesaría unirte al equipo de natación este año, JiMinnie?

Como el año acababa de empezar de nuevo, el último año, específicamente; los representantes de los clubes y equipos deportivos buscaban gente nueva para unirse a ellos. Por obligación debías pertenecer a uno, y Park había sido corredor en americano todos los años, además de ir a vocal e instrumental.

—Lo siento Jung, me quedo en fútbol, ya sabes. —le sonrió y HoSeok sólo suspiró agotado, hasta ahora tan sólo se habían anotado dos personas, Kim NamJoon y Kim TaeHyung, al que en realidad no le gustaba, pero donde él estaba, él tendría que ir también—. ¿Tae se volvió a inscribir para calentar la banca?

—Claro que lo hizo, pero parece que este año estará más ocupado en su club, ya sabes el que formo a finales del año pasado. —observó su hoja que sólo tenía dos nombres en ella, la pobre caligrafía de Tae y abajo una apresurada letra de NamJoon, y no pudo evitar sonreír.
 
—¿Ese de jardinería? —JiMin rió por lo bajo, ¿quién diría que al final el chico pelirrojo lograría su atentado? HoSeok asintió, mostrando sus pequeños hoyuelos—. Mira, parece que lo invocamos.

—¡Hobi! —gritó un pelirrojo que corría hacia los brazos del pelinegro más alto—. Se nos hace tarde, vamos.

—¿Vienes? —miró amistosamente al más bajo, que negó de manera calma—. ¿Vas con ChungHee? —le miró algo decepcionado, pero JiMin asintió y se despidió rápido para ir al gimnasio a buscarlos.

Desdé primaría HoSeok, Tae, JiMin y SeokJin habían sido mejores amigos, inseparables. De los que cuando la profesora pedía formar equipos, se echaban una mirada cómplice e instantáneamente corrían para juntar sus mesas. Cuando empezaron la escuela secundaria, a los quince, seguían siendo inseparables. Por ese tiempo JiMin empezó a tener problemas de hostigamiento por parte de otros compañeros, hasta que finalmente, a mitad de segundo año, termino uniéndose a ellos, terminando con las interminables burlas; decirle que los ignorara no fue suficiente, sino hasta que terminó siendo justo como ellos, justo como las personas a las cuales les había guardado un rencor gigante por más de un año.

Jung y TaeHyung seguían siendo completamente inseparables, Jin igual, solo que éste otro en veces estaba ocupado con su club de cocina, o cómo no, acosando al presidente de la clase, se le caía la baba por él, todos podían notarlo pero igual a él no le interesaba mucho admitirlo.

—HoSeokie, ¿qué tanto piensas? quiero llegar a regar la jardinera antes de tener la primera clase. —Tae le hizo cosquillas hasta que Hobi reaccionó y pudo halarlo de la manga de su sudadera que tenía el nombre y numero que Hobi ocupada como integrante y capitán del equipo oficial de natación.

—Perdón, bebé, vamos. —le miró brevemente como si nada pasara y le revolvió su colorida y suave cabellera.

Caminaron tomados de la mano, o más bien, Kim tomando la mano de HoSeok, por unos pocos minutos, hasta llegar a la parte trasera de la institución, donde los de jardinería tenían permitido plantar.

Andrómeda ҂ YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora