Las paredes frías y oscuras, el piso de un terrible olor y sucio mis manos estaban como babosas y algo apretadas quería huir pero no podía, quería gritar pero eso estaba fuera de mi alcance y los días pasaban e incluso las noches y yo, seguía aquí en este tétrico lugar sin ninguna explicación...
—KyungSoo—su fría mano sostuvo la mía con suma delicadeza y parecía que era yo quien se la tomaba y no ella.—debes... prom...—
—¿Mamá?—ella dio un último suspiro y no pude escuchar lo que tenía que decirme.
Salí corriendo de aquella habitación mientras las lágrimas me borraban la poca vista que tenía, quisiera haber podido estar más tiempo con ella, solo quisiera poderle haber dicho te amo.
—KyungSoo es hora—la frialdad de mi padre era increíble, y es que siendo un importante agente de la CIA quien no la tendría.
Mi nuevo hogar era muy lejos de aquel pueblo que me vio nacer y crecer, Seúl era la gran ciudad y la capital de Corea. Era lo que cualquier chico quisiera para su vida, pero lamentablemente mis deseos no eran estos, ni siquiera había postulado para alguna universidad aquí todas a las que hice admisión eran cerca de casa. Yo quería estar con mi madre no con la persona que prácticamente se olvido de mi 19 años.
—KyungSoo baja— creo que mi padre era mucho peor de lo que imagine, puse mi mochila al hombro y bajé poniéndome mis anteojos mi padre ya había entrado a la casa y yo seguía ahí parado mientras miraba los hogares vecinos, todos con un perfecto césped bien cortado fachadas preciosas y un ambiente muy diferente a mi nuevo hogar. Di un paso pero este fue algo fallido puesto que me tropecé con lo que parecía ser un droide o algo así.
-oh como lo siento—un chico de grandes orejas y algo alto se acercó a levantarme.—perdóname en serio yo solo...—
—no te preocupes—tome el droide algo roto —toma, creo que se rompió lo siento—se lo di y sin decir nada más me dispuse a entrar a casa.
—por cierto soy ChanYeol, Park ChanYeol—gritó pero yo ya no me giré solo continúe con mi camino.
La casa de Sean era muy interesante los muebles eran de un estilo rústico en tonalidades oscuras y las paredes de colores cobrizos o bueno así era la sala porque la cocina y el comedor eran muy distintos.
—KyungSoo tu habitación es la segunda puerta a la derecha—me señaló las escaleras
—por un momento podrías dejar de comportarte como un idiota—lo mire algo dolido —mi madre a muerto y tú... te apareces 19 años después intentando controlarme ¿porque no lo hiciste antes?— el solo se limitó a mirarme y yo entendí —bien si así lo prefieres—tome mi mochila y subí rápidamente las escaleras.
Entre a la habitación y ni me inmuté por la decoración solo me tire en la cama a llorar, me veía un poco débil pero es que en serio me dolía, dolía que mi padre fuese un idiota, que ni siquiera le importe.
Solo...yo solo quería un poco de su afecto, algo que nunca tuve. Pero él no era así, supongo que por algo mamá lo dejó.
Busqué en la cajonera que estaba continúa a mi cama y saqué un pijama de tonos azul pastel y un par de bóxers, tome la toalla de el estante y entre a la ducha, me bañé con agua un poco fría, necesitaba relajarme y pensar muy bien las cosas y como llevaría la relación con mi padre y mi nueva vida.
Salí de la ducha y me metí a mi cama e intente descansar ya que tenía varios días que no dormía muy bien debido a que tenía que cuidar de mamá en el hospital.