Me despierta el sonido de la puerta,mi padre ha vuelto a casa. Bajo abajo y cuando le veo me lanzó a abrazarle.
-Me has echado de menos eh.
-Mucho papá.
-¿Has cenado ya?
Le diría que no pero entonces me obligaría a cenar y después de lo sucedido en el parque no tenía muchas ganas.
-Sí, iba a esperarte pero el hambre me podía-le sonreí para intentar dar más credibilidad a mis palabras.
-No pasa nada, sube a acostarte anda-me dió un beso en la frente y subí a mi cuarto.
Me quedé sentada en mi cama. De repente me acordé, Zacarías me dijo que le diese su teléfono a Thalia y no lo había echo. Me matará por ello. Cojo el teléfono y marcó su número. Al segundo pitido contesta.
-¿Sí?
-Thali soy yo Li. Acabo de recordar una cosa importante.
-Espero que no sea nada de demonios.
-No no..Zac me dió su número
-Si eso ya lo sé-dijo seca cortandome.
-Déjame terminar. Y me dijo que te lo diese a ti también y que le llamases si querías entretenimiento.
-¿Entretenimiento? ¿Este qué se cree? Yo no soy para una noche. Dame su teléfono que se va a enterar.
Le di el teléfono de Zac y colgó. Me quede un rato mirando a la nada intentando averiguar quién lanzó las flechas que nos salvaron la vida. Desde luego que tenía una deuda con esa persona, y a mi no me gusta nada eso de estar en deuda con alguien.
Di vueltas en mi cama hasta que oí el zumbido del móvil. Un mensaje.
"Veo que me hiciste caso y le diste mi número a tu amiga. Tiene bastante carácter. Como veo que tu no me llamas responderé yo algunas preguntas: me gusta el skate. Amo pintar y en mi tiempo libre leo cómics.
Desconocido"
Sabía de seguro que había sido Zac. No tenía ni idea de lo que le agradecía aquel mensaje. Copie unas preguntas y las respuestas que me había dado.
A la mañana siguiente me levanté algo cansada. Tenía dolores por todas las partes del cuerpo. Creo que tenía agujetas. Me levanté de la cama y me asomé por la ventana. Hacía buen tiempo. Me vestí y baje abajo.
-Buenos días papá-le di un beso en la mejilla.
-Buenos días cielo. Tengo una sorpresa para ti-mi padre se levantó del taburete y fue a la entrada de nuestra casa. Me senté en la encimera esperando como una niña pequeña su regalo. Segundos después él entro con una caja que tenía algunos agujeros en la mano.
-Ábrelo-me dio la caja. La miré un momento y luego la abrí. Me tapé la boca cuando vi aquel gatito negro tan pequeño. Me cabía perfectamente en la palma de mi mano.
-¿Es para mí?-le dije mientras espachurraba el gato contra mí.
-Sí. Es una hembra, ponla un nombre.
-Mm..-busqué por mi cabeza algún nombre de alguna chica que haya oído en una película-se llamará Sasha.
-¿Sasha?