1- La Clase de los Repetidores

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Calles frías, muy frías, alcohol, tabaco...

Es lo qué más recuerdo de mi infancia, y si, que un niño se crié en un sitio así, es algo horrible. Digamos que no todos nacemos con la misma suerte.

Mi madre, una prostituta, me duele tener que llamarla así, pero es la verdad, era una puta, nadie cambiará ese hecho.

Yo claramente fui un error, alguno de sus clientes, y el que yo naciera, fue lo peor que le podría haber pasado a mi madre.

Nadie quiere a una prostituta que tiene que cuidar de un bebé.

Hubo días que no teníamos para comer, otros en los que estaba en bares viendo como mi madre se humillaba de tal forma.

Vivíamos en Rusia, y si no quieres morir congelado, más te vale hacer lo que sea, para sobrevivir.

Y digo vivíamos, porque, un día unos señores trajeados aparecieron y me alejaron de mi madre.

Ella sollozó que no lo hicieran, que podría criarme, que lo conseguiría de alguna forma, pero no tuvo éxito.

Con seis años, me habían separado de mi madre, me habían metido en un barco y iba de camino a Estados Unidos.

Allí una familia me adoptó, nunca les quise y nunca lo haré, mi única familia, estaba en Rusia, alomejor muerta, alomejor haciendo esos trabajos denigrantes, pero se había quedado, en esas calles frías.

                        * * *

Suspiré, estaba ante la puerta de mi nueva clase.

Por temas de trabajo de mi padrastro, nos habíamos mudado, y eso significaba ir a un nuevo instituto, no me hacía mucha ilusión.

Los estudios nunca se me dieron bien, había repetido un curso, por lo cual me habían puesto en el aula de los repetidores.

En verdad me daba igual, aquel día, con seis años, había muerto por dentro, era un cuerpo que se movía, sin sueños, sin ilusiones, como una hoja movida por el viento.

Sin gana alguna abrí la puerta, y si, por lo que veía, era una clase de gente problemática.

Sin hacer caso a las miradas asesinas de prácticamente todos, me fui a sentar, atrás del todo, no quería que nadie me molestase.

Y justo en ese momento, el chico que se sentaba delante mía, se giró.

- ¿Y tú quién eres novato? - sonrió.

No le iba a contestar.

- Novato ¿Estás sordo? - frunció el ceño levemente - ¿¡Qué como te llamas!? - dió un golpe en mi mesa, llamando así la atención de todos.

- Scar, cierra tu maldita boca - sentenció una chica sentándose al lado derecho de ese chico.

Aquel chico iba a contestarle, pero entró la profesora mirándonos a todos con asco, el sentimiento es mutuo.

Aquel chico me miró por última vez y me susurró, Scar no olvides mi nombre.

Llevábamos como media hora de clase, que por cierto era geografía, un auténtico asco, cuando la puerta se abrió de golpe.

Y como si nada, una chica se paseó por el aula hasta sentarse en el pupitre que estaba a mi lado.

- ¡Es que siempre estamos igual! - gritó histérica la profesora.

- Si, si, anda cállate ballena que ya he hecho bastante con aparecer por aquí - rodó los ojos aquella chica.

La profesora indignada, dejó de explicar, cogió sus cosas y desapareció.

Repeaters [Yaoi/Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora