Una mala reputación.

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Es curioso cómo da vueltas la vida. De ser la persona menos conocida en el colegio pasó a ser el más popular y querido por todos. Si le puedes decir querido a lamer el suelo que pisa y vanagloriarse de ser su cita del momento.

Porque eso era lo único que tenía: momentos. No había nada ni nadie que le otorgara algo que durara más que eso.

Y él creía que eso era ser querido.

Creía que el sexo le abriría las puertas y arreglaría sus problemas de autoestima.

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Pedirle una cita a Lydia Martin fue sencillo, y terminó de la manera que más le gustaba. Con una buena noche de placer y los dos gozando en la cama. Mientras trataban de recuperar el aliento Stiles soltó la pregunta que llevaba atormentándolo desde hace un mes.

—¿Tendrías una relación conmigo? —Stiles estaba increíblemente nervioso, Lydia era la primera persona que le gustaba para ser más que solo sexo, aunque no lo demostrara.

— No eres material para ser mi novio— la pelirroja se levantó y comenzó a vestirse— tu reputación te precede Stiles y debo decir que no quedé decepcionada.

El castaño hundió más su cabeza en la almohada y pensó en si ese vacío que sentía era por un corazón roto. Comenzó a enumerar mentalmente a sus amigos para ver a quien llamar y contarle el fatídico final de su caliente noche.

Para cuando colgó por octava vez y todas las llamadas terminaron en lo mismo él se encontraba demasiado desanimado.

—Es solo sexo Stiles, déjalo así.

—Lydia se acuesta con lo tenga en frente, son demasiado parecidos ¿realmente crees que funcione?

Ellos no entendían que él quería algo más. No solo sexo.

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Aún en contra de lo que su instinto decía le pidió a Lydia una oportunidad, en medio de la escuela, a la mitad de las clases.

—Te has acostado con media comunidad estudiantil ¿de verdad esperas que esté contigo con la cantidad de personas que tienes detrás? Te has ganado a pulso el apodo de dios del sexo y es justo por eso que no te quiero. Solo sirves para un par de polvos y nada más.

Ahí, en medio de la escuela, Stiles se quedó con el ramo de rosas en una mano y su corazón lastimado en la otra. Se había formado un círculo de alumnos a su alrededor, observando lo que sería la propuesta del año, porque ¡Vamos! el dios del sexo por fin quería a alguien.

Pero ese alguien no lo quería a él.

Su mirada se topó con un par de ojos, que a la distancia parecían ser verdes, pero que lo miraban con compasión. Casi como si él también supiera lo que estaba sintiendo. Derek Hale. Lo conocía porque un tiempo se acostó con su hermana Laura, la chica estaba súper pillada por él y tenían el acuerdo de solo follar cuando Stiles tuviera ganas. Durante un tiempo les funcionó, hasta que ella le confesó sus sentimientos y él terminó su acuerdo. La rechazó lo mejor que pudo. Podía ser un idiota, pero jamás un patán. Él no jugaba con los sentimientos de las personas, aunque los demás lo hicieran con los suyos. Algo que tuvo que descubrir de forma dolorosa.

Stiles pensó que gracias a que no se burló de Laura el moreno nunca le partió la cara (porque tenía el físico y la fuerza para hacerlo) y era esa la razón de su mirada. Stiles podía ser el capitán del equipo de Lacrosse y natación, pero en una pelea cuerpo a cuerpo con Derek perdería de la peor manera.

Bad reputation.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora