Capitulo 1.

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By SeokJin. 

Mi cama, adoraba mi cama, tan suave y cómoda, con olor a detergente de botella rosa. Sabana, cobija y colcha me arropaban a la perfección en las noches de frió invierno, y que decir que mi habitación, espaciosa y grande, con una tv pantalla plana 4k (Si, es lo que le sigue al 3D), un escritorio con una laptop de la marca con la manzanita, mucha ropa bien acomodaba en un enorme armario, zapatos bien boleados en sus respectivas cajas y tenis que me hacían lucir como el adolescente más cool de la escuela. 

Mi vida era perfecta, hasta que...

  — ¡¿Aviso de desalojo!? — Grito mi madre horrorizada desde la entrada, sosteniendo un enorme cartel que acaba de sacar del correo, y es que nosotros eramos una familia que tenia estabilidad social y  económica, o eso pensaba en aquellos días. 

— ¿Qué pasa mamá?, ¿Qué dice esa carta? —Camine hasta azomar mi cabeza por arriba de su hombro y tratar de ver lo que el sobre decida.

— ¡SEOKJIN! — Pegue un salto hacia atrás con los oídos lastimados. 

— ¿QUÉ PASA MAMÁ, POR DIOS?  —Me altere al ver su cara de horror arrugando el papel del banco. 

  — Hijo yo...— Los ojos se le llenaron de lagrimas, abrió la boca para decir algo, y miro a todas partes como si tratara de buscar las palabras correctas, haciendo ademanes con las manos, yo por mi parte estaba alterado, sin saber que rayos pasaba. — Yo...Fui despedida hace tres meses y...no tenemos dinero para seguir viviendo aquí. 

  — ¿Qué?...¿De qué hablas? pero pero...si hubieras sido despedida ¿por qué sales todas las mañanas a la misma hora?, y...y vestida tan formalmente y....— Todo debía ser un mal sueño, una broma, ¿Dónde estaban las cámaras?, mire a todos lados  buscando el lente para luego escuchar "¡Esto es cámara escondida!", pero no fue así, el problema era que mi madre salia todos los días a buscar trabajo, sin éxito alguno, así pasaron los meses, hasta que se quedo sin un quinto, y no quiso decirme nada para evitar que me alterara y no quitara la vista de mis estudios, pero ya era tarde.—  

Así fue como termine aquí, en estos barrios bajos de porquería con olor a animal muerto, cañerías y basura, frente a una casa de mierda.

La "casa", tenia dos pisos, aun que sentía que el techo se me venia encima, estaba todo el piso alfombrado aunque no lo pareciera, porque todo estaba tan sucio, todo, parecía que el anterior dueño se le habían caído todo tipo de alimentos sobre el piso y no se había molestado en limpiar nada.

El sillón estaba lleno de capsu, incluso se podía ver claramente como alguien se había limpiado los dedos ahí, que asco, la cocina era una reverenda porquería, cucarachas y en el lavabo muchas larvas, en el agua estancada y verde que despedía un olor desagradable, el baño era lo peor de todo, apestaba a mierda y a vomito, la bañera tenia sarro y...

  — ¡MAMÁ, UNA RATA!, ¡UNA RATA! 

Salí corriendo de ahí mismo hacia el segundo piso donde estaba mi madre platicando con el joven, si un joven que le vendería la casa.

  — Shh, cariño no hagas tanto ruido...— Me dijo mientras le entregaba un pequeño fajo de billetes al tío con gorra y rastas, chupaba una paleta y tenia pinta de camello, sus pantalones eran como 6 tallas mayor a la suya, al igual que su playera, sus tenis grises, que en realidad eran blancos, estaban muy gastados, tanto que seguro en un par de días sus dedos se saldrían. 

— Pero, pero...una rata. 

— Oh, ya veo que te haz encontrado con Mafu...cuídalo bien.  

  — Ma-ma..¿Qué?, ¿Esa rata tiene nombre?  

  — No es una rata, es un Huron...— Comento con molestia mientras comenzaba a contar los billetes que mi madre le había dado.—  Bien, eso es todo, le deje a tu mami algo más barata la renta si prometía cuidar a Mafu... 

  — ¿Eh? —Tome a mi madre de los hombros, parándome detrás de ella mientras veíamos como el chico caminaba lentamente fuera de la única habitación de la casa. 

— Bien, vendré  la próxima semana por más dinero, y claro, a ver como esta Mafu...— Me fulmino con la mirada antes de irse por las escaleras hasta la entrada. 

Una vez solo con mi madre me quede callado y en Shock, mientras ella sonreía, ¿POR QUÉ ESTABA SONRIENDO?, ¿Qué no lo notaba?, todo esto era una pocilga, no importa por donde la viéramos, estaba sucia y mal oliente. 

  — ¿Maaamá? — La mire, ella suspiro y me observo.—

  — Cariño, de ahora en adelante, este sera nuestro hogar, espero que puedas ayudarme con todo, no es muy grande, pero es lo que podemos pagar.— Su tono de voz era tan calmado y sincero, que una fibra en mi corazón se rompió, no podía después todo, aunque fuera asqueroso, mi madre estaba haciendo todo lo que estaba en sus manos, y lo menos que yo podía hacer por ella, era quedarme callado y ayudar, a que esto no fuera tan basura. 

  — Esta bien mamá, ¿Qué te parece si comenzamos a desempacar lo poco que trajimos, y luego lavamos juntos el baño? 

Ella asintió sonriente, con los ojos medio húmedos al ver como yo la apoyaba.   

  — Esta bien hijo mío, y discúlpame por hacer que vendieras tu computadora y tu tele, pero mira aquí tenemos una.— Señalo una caja gris, un viejo aparato que ocupaba mucho espacio en la sala, y me preguntaba si esa cosa de casualidad estaría a colores. 

Suspire, ¿Qué más remido había? 

  — No importa eso madre, lo que importa ahora es...limpiar esto...y buscar un trabajo, ambos, te ayudare.— Yo tenia la esperanza de que ahorráramos y saliéramos de ahí, lo antes posible, a nuestra antigua y cómoda casa, ¿Cuanto tiempo nos llevaría eso?, espero que no mucho.  

Nos pusimos en marcha de inmediato, me había quedado con un par de pantalones y un par de camisas, dos pares de tenis, pues lo demás tuve que venderlo por Internet, y aunque no me dieron mucho, fue suficiente para pagar la gasolina del auto mientras bajábamos hasta acá, los barrios bajos de Busan. 

Después de enterarme que la rata, no era una rata en realidad, si no un hurón, lo saque del baño, con cuidado y claro, con algo de asco. 

  — Ay, ¿Y a ti, por qué te dejaron viviendo aquí? — Le pregunte al animal, que estaba en el sillón tratando de olfatear algo entre los pliegues de la tela.—  ¿Qué buscas? — metí los dedos  con temor a saber que el sillón estuviera lleno de animales, sin embargo logre sacar un cheto.—  Ehg...No te lo comas...— Lo lance por ahí, y pues no importaba, porque de todos modos el suelo estaba todo lleno de mugre.—  Bien, voy a armarte una cama digna de un hurón, y podrás hacerme compañía esta noche, digo, después de todo haz estado más tiempo aquí que yo, y te daré de comer. — Por un momento sentí que el animal me entendía, pues me miro un instante y pareció sonreír, ahg, el ambiente con olor a basura de esta casa ya me estaba haciendo alucinar. 

Escuche ruido afuera de la ventana que estaba sobre el sillón, y me pregunte que clase de gente rara es la que vivía en estas calles de Busan, había escuchado rumores de que eran gente peligrosa, y yo, que solía vivir en los barrios altos, pues nunca tuve la necesidad de venir hasta aquí, donde no hay nada, más que gente pobre, y ahora yo pertenecía a un gran porcentaje de ellos. 

No sabia que clase de personas me encontraría ahí afuera. 

No te metas con JungKook - [JinKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora