Te dejé a un lado para ir por Verónica, tu lo sabías, yo lo sabía, pero eso no te preparaba para la gran decepción que vi en tus ojos.
Caminé hacia llegar a la rubia, la tomé en manos y besé la mano que aguardaba el gran anillo de diamantes en el anular.
La fiesta de compromiso complacía a Verónica, se le notaba en la sonrisa, no podía decirse lo mismo de mí.
La jalé a la pista de baile y dimos pie a la ola de aplausos, risas, alagos, y flashes de los camarógrafos. Estaba seguro que íbamos a ser portada en todas las revistas, estaríamos en el periódico en la sección de sociales. Verónica Farah y Simón Ponce estarían en la portada de todo lo social.
Tal como sé que estaríad tú junto con Sebastián Meters.
Weno, esta es una pequeña historia que terminó un lunes por la mañana a las dos y media.
La verdad sé que no es gran cosa, tan solo quería compartirla.
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La noche en la que nos conocimos
Short StoryUn baile. Dos miradas. Diferentes caminos.