inicio; el manicomio

185 32 14
                                    

Presente
Ya son las 3:56 minutos y no me logro concentrar, no se lo que me pasa, no dejo de pensar en lo que sucedió, mi cabeza me pide respuestas pero mi subconsciente no quiere reaccionar a las peticiones que este desea, justo cuando pensé que me perdería en el infinito de mi imaginación (como siempre lo hago) escuche el timbre sonar Rin Rin y no tuve más remedio que atender.

Una semana antes

Hoy por fin regresare a casa y me siento tan ansiosa, mi madre Vendrá por mi al hospital pero antes debo ir a la última sesión con Marcus mi psicoterapeuta o bueno el psicoterapeuta del hospital psiquiátrico en el que estoy interna hace algún tiempo.

—!Hola¡ Señorita Morgan por favor sigue! No seas tímida — dice el Sr. Marcus 

—!Hola¡ Sr. Marcus

— Dime ¿cómo te encuentras hoy?

—Bien, un poco ansiosa, ya sabe regresar a casa me pone nerviosa. 

— No te preocupes todo saldrá bien.

—Si...eso creo Sr.

— Bueno señorita ya que hoy es el último día de sesión sólo necesito que me digas como te sientes... Cuéntame... Es mas has como si no me conocieras y tan sólo dime quien eres...

—Ok... mi nombre es Greychell Morgan, tengo 17 años... padezco síndrome de —dije entrecortada — y es un gusto conocerlo. — dije tímidamente. 

No es Que fuese tímida es sólo que no está acostumbrada a hablar con las personas sin ser interrumpida por sus pensamientos, así es, escucho sus pensamientos no se como ? Ni por que ? Pero es algo irritante tener que escuchar los problemas ajenos no estoy loca ni enferma es sólo que de alguna forma puedo escuchar cosas que los demás no, y después de que mi madre me hubiese traído a este lugar todo fue peor ya que las personas aquí realmente tienen una mente retorcida, sus pensamientos son incoherentes y me asustan, en este caso el doctor Marcus está pensando en su secretaria en lo sexy que es su trasero y es algo penoso tener que oir eso.

— ¡Señorita... Señorita!— Interrumpió mis pensamientos, un señor de porte alto y canoso,  le susurra a el doctor Marcus que mi madre ya está aquí y me espera afuera, se despidió con la mirada y se marchó, se que nadie estaba viéndome pero me enoje al escuchar lo que su mente pensaba realmente no lo diré por cordura.

El Sr Marcus me miro y me felicito con sarcasmo por mi buena presentación.

— Es hora de que te reúnas con tu madre,  te espera en en el salón principal, adiós señorita Morgan. 

Me despedí con la mirada y agradecí por que no retomó la conversación, estaba saturada de este día quería regresar con mi familia e intentar olvidar estos amargo momentos. 
Al salir mire a mi madre con un vestido rojo al cuerpo que le llegaba a las rodillas, se veía hermosa, además tenía una sonrisa de esas que demuestran nerviosismo y felicidad, al verme sonrió aún más y corrió a abrazarme. 

— Greychell...cariño...te amo — dijo entrecortada.  

—yo también mamá.— su mente estaba en blanco lo único que pude escuchar o sentir fue tristeza fue algo extraño.

Salimos del lugar y nos subimos al auto, estaba sudando, estaba nerviosa, ¿qué seguirá? me pregunté ¿qué será de mi vida?.

—Al fin tendrás la vida que soñaste — dijo mi madre con la misma sonrisa nerviosa de antes.

Pero sus pensamientos eran diferentes tenía miedo y se repetía una y otra vez ¡todo saldrá bien, todo saldrá bien! 

Greychell Morgan (Una Historia Inesperada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora