Travieso Amor

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"Solo la honestidad ve lo que la mentira oculta y tu corazón ensombrecido solo verá la luz cuando sus ojos lo hagan no cuando la voluntad así lo quiera..."


Todos decían qué lindo, es hermoso ese pequeño y él solo sentía deseos de vomitar, todos pensaban que era tierno con su piel tan blanca como la de su madre y su ondulado cabello castaño heredado por su padre, pero él pensaba diferente, especialmente si interiormente su edad no cuadraba con su apariencia aniñada.

Sus ojos que deberían lucir inocentes miraron astutamente a los transeúntes y vio a un par de chicas con vestidos cortos a pesar del clima frío y aunque pasar una noche con ellas no parecía una mal idea, dudaba que aceptaran su propuesta si lucía así.

-¡Mira que pequeño tan adorable!- exclamó una linda morena de cabello castaño ondulado y pechos un poco más grandes de lo usual, probablemente era extranjera pero no discriminaba, la mujer era guapa independientemente de la cultura o raza a la que perteneciera.

-Hola noona- murmuró fingiendo inocencia y tanto ella como una rubia que llegó un momento después sonrieron de forma maternal.

"Carajo, ¿por qué tienen que verme como un hijo?"

-¿Qué haces aquí solo?- preguntó porque estaba empezando a caer nieve y aunque esta se movía con suavidad, era probable que en un par de horas se volviera preocupante.

-Espero a alguien-

-Oh, entiendo, entonces ten cuidado cariño- le sonrió.

-Noona, ¿me podrías dar un beso?- preguntó con ojitos brillantes –nunca he visto a una noona tan bonita antes- y ambas se enternecieron.

Tragó saliva cuando la vio acercarse, inclinándose un poco frente a él para llegar a su altura y cuando cerró los ojos esperando el contacto, bramó interiormente al sentir que le besaba la mejilla y como un minuto más tarde se despedían de él.

Joder, otro intento fallido.

Las mujeres eran demasiado problemáticas, su torpe instinto maternal salía a relucir cuando lo veían y si actuaba como quería probablemente se ganaría una bofetada como le había pasado en los primeros dos intentos que hizo hace algunas semanas, así que ser lindo funcionaba un poco más, aunque ningún par de labios se acercaron demasiado a su boca como para considerarlo un triunfo o siquiera un avance. Tendría que intentar con un varón.

No tenía realmente un problema con recibir un beso de un chico cuando él también lo era, su pueblo casi extinto nunca había discernido entre un hombre y una mujer salvo para procrear, así que era común ver ese tipo de uniones, aunque nunca le había interesado un hombre antes por lo que sería difícil escoger a uno que encajara con sus gustos o probablemente no funcionaría.

"No está mal" pensó al ver a un joven de cabellos tan oscuros como el pelaje de uno de los caballos de su abuelo y le atrajo su misticismo, así que se dijo que podría ser el sujeto indicado solo que tendría que usar la carnada adecuada si quería que las cosas funcionaran esta vez a diferencia de su intento más reciente.

Había apresurado el paso porque ya estaba anocheciendo y según las últimas noticias al parecer nevaría bastante esa noche, así que quería evitar quedarse atascado en el tráfico, pero en ningún momento se dio cuenta de que alguien estaba en su camino hasta que escuchó un quejido luego de chocar contra algo.

-Lo siento- se disculpó y cuando bajó la mirada vio a un niño de unos diez años sentarse sobre la capa de nieve que se había acumulado en la acera hasta esos momentos.

Travieso amor {KyuSung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora