El desgraciado no solo me robó el corazón y el alma, sino que también se llevó consigo una fuerte cantidad de dinero que había dispuesto a su nombre antes de casarnos para asegurar cualquier eventualidad. Lo hice tontamente por amor, estaba tan cegada y enamorada de Joaquín que hubiese dado todo lo que tenía y aún mi vida por él, pero él nunca estuvo enamorado de mí, tan solo fue hechizado por el vil dinero.
Es triste darte cuenta que cuando te has realizado como profesional y quieres unir tu vida a la de un hombre especial para continuar un legado, el proyecto de vida que siempre soñaste, hacer familia, tener hijos, culminar todo aquello con amor, de un momento a otro te lanzan una cubeta de agua fría cargada de hielo y ves que aquello no sucede porque te enteras de la peor forma que la persona por la que te desvivías era una completa ilusión. Sí, por culpa de ese estúpido todo quedó en el pasado y ahora no tengo nada salvo un corazón destrozado y un alma vacía por haber creído tanta mentira de sus labios y de su cuerpo.
Aunque Joaquín no supo por mí que yo le había abierto una cuenta de ahorro a su nombre, se enteró de igual forma. Un traidor del banco cómplice del ladrón, tuvo que haberle informado de la cuenta y específicamente de la suma. El maldito infeliz se llevó todo y no es que aquello me haya dejado en la ruina o con problemas económicos, más bien lo que me dejó fueron problemas psicológicos por haber encontrado un mal amor sin una gota de remordimiento. Esa situación la deposité en las manos de mis abogados, que se encargarían de ver como recuperaban los fondos.
Pero, ¿en qué entidad establezco mi demanda contra el hijo de perra que hurtó mi corazón?, me pregunto. ¿Quién hace justicia para vengar mi sufrimiento, la perdida de mi alegría, de mi amor, de mi “todo”? ¿Quién o qué justicia logrará mitigar la dolencia de lo que sufre una mujer traicionada? Necesito venganza por esta herida que sangra a flor de piel porque nadie puede ni podrá con esta tormenta que arrasó conmigo y solo yo puedo tomar la justicia por mis manos y ahogar así esta aflicción.
Ese hombre desgarró aquel músculo que ahora no tan solo bombea para entregarme vida, sino que ahora llora también lágrimas de sangre del cual brotan las sustancias más tóxicas de odio. La pena y la tristeza dieron paso a un corazón rasgado que se partió en mil pedazos dejando solo escombros por la traición.
A pesar que ya han pasado unos cuantos meses la herida no cierra, aún sigue abierta con sus venas expuestas sin cicatrizar y creo… que nunca lo harán.
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RETROSPECTIVA DEL AMOR
RomanceAlguna vez has sentido la necesidad de agarrar al maldito cúpido y estrangularlo hasta que vomite todos y cada uno de sus estúpidos corazones. Y se ponga verde muy verde, para que no le queden ganas de salir a flechar a nadie. Si no te ha sucedido e...