Dia de lluvia || One-shot Soukoku ||

Única Parte

Un día lluvioso y el castaño fuera de la agencia. Seguramente sus compañeros no estarían preocupados como siempre.
No era de esperarse un "¿Que le pasara?" o "¿Algo le incomoda?", ni por parte su compañero Kunikida que siempre le decía a Atsushi que capaz se fue a suicidarse en otra parte o lo mas seguro era que le estaría coqueteando con una bella dama.

Caminaba de manera no apresurada mientras tenia sus manos vendadas metidas en su gabardina, escuchando a las gotas caer al suelo, algo simplemente normal para el castaño, nada mas se podía ser en un día de lluvia.

Su ropa totalmente empapada al igual que su cabello, no le importaba en lo absoluto, ni tenia esa típica sonrisa que mostraba a los demás, es como si aquella personalidad juguetona haya sido una farsa o que simplemente se haya ido para nunca volverse a mostrar.

Levantaba su rostro para tener una vista perfecta al cielo nubloso que hacia en que tuviera unos cuantos recuerdos y un sentimiento que no volvió a sentir al haberse ido de la Port Mafia.

Pensaba en que ese bonito y doloroso sentimiento no lo volvería a sentir desde el momento que se marcho sin dejar un rastro. En que jamas lo iba a sentir por otra persona aun cuantas mujeres coqueteara y pidiera que hagan un suicidio doble.

Aun cuando alguien estuviera enamorado de el, no podría olvidar a esa persona que fue muy especial en su vida, un motivo de su existencia, cosa que nunca se lo llego a mostrar, la primera vez que lo vio solo se burlaba de aquella persona.

Noto ese "odio" que tenia hacia el, ese odio lo sentía mientras mas golpes les daba, ese odio que mas le lastimaba sin que alguien se diera cuenta. Le era muy doloroso, demasiado para ser verdad, que ni una persona podría sentir ese dolor que siente y mucho mas en este preciso momento de melancolía.

Alrededor de varias personas que se encontraba solamente pasando por la misma vereda que el se encontró con aquella persona especial, esa persona que no esperaba ver nuevamente, a Nakahara Chuuya.

Ver esos ojos, esos hermosos ojos azules que cruzaron con los suyos hizo que acelerara el paso, solamente por el lo hizo. Ya cuando estaba frente a el una inmensa felicidad fue lo que empezó a sentir, solamente estar frente a el sin ese odio que le tenia por haberse ido de la Port Mafia.

Lo tomaba por los hombros para luego darle un abrazo, un abrazo muy cálido y correspondido por su pequeño "amado".
Al separarse pero aun sin soltarlo le dio un suave y largo beso en los labios mientras miraba directo a sus ojos.

Al separarse solo unos cuantos centímetros, no dejo que el peli-naranja dijera ni una sola palabra, no iba a permitir en que diga algo hasta que dijera todo lo que sentía por el, ese aprecio, la preocupación y el amor que nunca olvidaría, ni con el pasar los años.

— Te amo Chuuya. —

Lo dijo en voz muy baja solamente para que el lo escuchara, solamente el y nadie mas. Nuevamente lo abrazaba y besaba para que el nunca olvidara esas palabras. Esas palabras que seguramente el peli-naranja nunca olvidaría.