Jimin salió de la habitación de su adorado hyung, tenía muchas dudas y ahora solo quería despejarse, y el salir con su mejor amigo lo ayudaba demasiado, así que lo aprovecharía sin duda alguna.
– Vamos – se acercó a la puerta sin esperar a que el menor se levantara, luego sintió los pasos a su lado y relajo los propios.
– ¿Qué te pasa?
– Nada
– ¿Estás enojado?
– No
– ¿Es por YoonGi hyung?
– No...
– ¿Estas mintiendo?
– Sí... – suspiró
– ¿Qué pasó?
– No somos nada...
– Eso ya lo sé, ¿qué pasó?
– ¡Eso! Le pregunté qué éramos y simplemente no respondió, se quedó callado y luego intento besarme...
– Y tú te enojaste y te fuiste ¿no?
– Si...
– Jimin-sshi...
– Dilo
– Hiciste mal
– ¿Qué? – pregunto incrédulo, no podría creer eso, pensaba que su amigo iba a insultar a su "Bias" no que iba a regañarlo – ¿Por qué?
– Debiste escucharlo, preguntarle porque no responde... ¿le dijiste algo antes de irte?
– Pues... si... – el rostro de Jimin era indescriptible, se veía apenado, confundido y algo arrepentido
– ¿Qué cosa?
– Le dije... que no me volviera a besar sí no era mi novio... y...
– ¿Y? – el maknae se detuvo para verlo de frente escuchando un suspiro de su hyung
– Lo abofetee...
– ¿Qué hiciste qué? – el rostro de JungKook era una melodía, Jimin agachó la cabeza y empezó a tocar su cabello como cuando está nervioso.
– Lo...
– Escuche... ¿Cómo se te ocurre hacer eso?
– Pero qué...
– ¡Lo abofeteaste! ¿Ahora como arreglarás eso?
– ¡Ya! No me recrimines... soy mayor que tú, no hablemos de eso...
– Bien, vamos al restaurante...
Y así fue como los chicos se encaminaron hacia el nuevo restaurante que había abierto sus puertas en la calle de Seúl, tenía temática de chica, pero rumoraban que la comida era bastante buena, así que se aventuraron a entrar. Al llegar pidieron postres más que todo y esperaron a que los sirvieran, una vez en la mesa empezaron a comer degustando sus sabores, aromas y colores.
– Esto está delicioso, JungKook te agradezco invitarme a este lugar
– Tú pagas
– ¿Qué? Tu invitaste
– Yo te pregunte que sí querías venir conmigo y dijiste que sí, nunca dije que yo pagaría – se defendió el menor
– Pero... – no sabía que decir, el menor tenía razón, lo invitó, pero nunca prometió pagarle lo que comería – pago mi parte
– Hyung – se quejó
– O lo aceptas o pagas todo
– Bien, tú pagas lo tuyo y yo lo mío – se rindió para seguir comiendo tranquilamente
Al terminar pagaron como lo habían prometido, y antes de salir Jimin sacó su teléfono y los grabo mientras bailaban, mejor dicho, movían sus pies para después reír y salir de la tienda, estuvieron caminando por un rato largo hasta llegar a un karaoke, al entrar una fan los detuvo para fotografiarse junto a ellos, quienes aceptaron.
Al entrar a la sala empezaron a cantar diversas canciones, algunas suyas, algunas extranjeras hasta que llegaron a una en especial.
– Cantemos Tony Montana...
– ¿En serio?
– Sí, ¿porque no? – JungKook negó y empezó a buscarla
– Cantemos
JungKook hacía el rap, y Jimin la parte que le correspondía.
– I know, feel like Tony Montana.... Seonggonggwa haengbok gateun dalla
– ...
– I know, feel like Tony montana...
– Daechebolka daechebolka, nega i paneul ssakssurihae
– ...
– Daeche nuga daeche nuga, sangsangina haetgesseo samnyeon jeon-e marya
Terminaron la canción y se quedaron un rato respirando y riendo por lo que acababan de hacer.
– Te gusta mucho esa canción ¿verdad?
– Si, podría decir que es mi favorita
– ¿De verdad?
– Si, de verdad me encanta
– ¿Qué hora es?
– Las... – Jimin sacó su teléfono para verla – son las seis con cincuenta y tres minutos
– Wao... ya atardeció
– Sí tienes razón – ambos rieron, pero se mantuvieron el silencio cuando el teléfono de Jimin empezó a sonar, lo tomó y contesto – ¿Bueno?
– Jimin... Soy YoonGi...
– ¿Qué necesitas?
– Quiero que nos veamos
– ¿Dónde?
– En el parque... ¿te parece en diez minutos? – Jimin miró a su acompañante quien asintió
– Está bien, allá te veo – colgó y vio a JungKook para ofrecer una disculpa
– Descuida, yo entiendo, no te preocupes, iré a casa tu ve con él, tienen muchas cosas que aclarar – Jimin asintió y empezaron a organizar las cosas de la sala.
Pagaron y se fueron en diferentes direcciones, Jimin estaba nervioso, ansioso y preocupado, no sabía lo que le iban a decir pero se debía mantener firme, enojado solo un poco, pero sobre todo debía estar recto, no debía mostrar emociones de culpa o arrepentimiento. Una vez llegó al lugar empezó a buscar su objetivo, al encontrarlo camino hacia él y lo miro sin ninguna expresión.
– ¿Qué quieres?
– Jimin yo...
Esta muy flojo lo sé
Estoy corta de inspiración para ser sincera, pero tengo en mente lo que quiero hacer, esperen por el próximo
Att: Lyx
