Capítulo único

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¡Hola!

Si estás leyendo esto, significa que ya posiblemente esté en un lugar mejor. Tal vez  no pude con la presión, y decidí acabar con esto. O tal vez alguien más lo hizo por mí, tal vez con o sin mi permiso. Es indiferente quien lo hubo hecho, el resultado sigue siendo el mismo: estoy muerta.

Cuando era pequeña, hubo una época en la que me aterraba la idea de morir. No tanto por el dolor que podría experimentar. Si no por el olvido. Pensaba que, una vez que hubiera pasado, los recuerdos se irían desgastando con el paso del tiempo, y llegaría un momento en que nadie recordaría quien fui yo, como si no hubiera existido alguna vez.

Ya no tengo ese miedo. Solo me asusta que cuando pase, lo único que vea sea oscuridad y más oscuridad. Y un foso, un grande y profundo foso.

Mucha gente suele preguntarse qué hay después de la muerte. Los cristianos y católicos, mi familia lo es,  sostienen que, si fuiste buena persona en tu vida terrenal, iras directo al cielo. Si fuiste mala persona, irás directo al infierno. Y si fuiste tanto una como la otra, vas al purgatorio, donde pasas la eternidad limpiando tu alma para ser admitido en el paraíso. Yo sencillamente no creo eso.

Hace unas semanas leí un libro llamado ''Buscando a Alaska''. No me detendré hablando de que se trata. El protagonista, Miles, dejo muy en claro que era la muerte para él. Cuando la persona deja de vivir, su temperatura disminuye hasta enfriarse completamente, lo que significa que ya esta carente de energía. Esta energía, una vez liberada, debe ir a alguna parte. No, no estoy hablando de espíritus ni fantasmas. Solo energía. Miles dijo, que la energía no se crea ni se destruye. Solo está ahí, y se va a alguna parte. Lugar que la humanidad desconoce, solo por el simple hacho que no ha descubierto la manera de ir y venir para contarlo.

Estoy de acuerdo con Miles. Energía es energía, no puede ser creada ni destruida. Solo está ahí, en alguna parte.

Lamento haber hecho esto, lamento haber dejado ese espacio vacío allí donde tu estas, si es que lo deje. Como dije al principio, tal vez lo hice yo, pero nunca llegaras a comprender completamente como me sentía para haber tomado una decisión tan drástica. Hoy me corte por quinta vez, o explote por quinta vez, como lo quieras llamar. No lo hice con un exacto, o un cuchillo, o una navaja, o una hojilla. Lo hice con una aguja doble punta, pero da el mismo resultado. Cuando lo hice por primera vez, pensé que dolería mucho, pensé que tal vez cortaría una vena importante y todo acabaría. Pero no fue así, solo ardió, por 20 minutos como mucho. Ni siquiera lo note. Había en ese entonces, desde antes de cortarme, un dolor interno, que me cegaba de la mayoría de los dolores externos.

Pensaras que no tenía metas, que no quiera hacer algo bueno por lo que me sintiera orgullosa. Te equivocas, tenía varias metas, no muchas, pero las tenía. Una de ellas era leer tantos libros como se me hiciera posible, no me importaban el número de páginas que tuviera, me plantearía leerlo en menos de dos días, y lo hacía. Otra de ellas era escribir, por lo menos, un libro. Hacerme famosa por él y ver que de verdad servía para algo. Tal vez las cumplí todas antes de irme, tal vez cumplí la mitad, tal vez no cumplí ninguna.

También pensaras que el bullying fue la gota que colmo el vaso. Pues no estás tan equivocado, no tanto. Nunca fui una de esas personas que le importa lo que los demás digan sobre ella. A mí me sabia, por no decir la palabra, lo que los demás decían de mi. Eso no significa que no haya sido víctima. Claro que lo fui. Lo fui desde que tenía uso de razón, desde los 5 años para ser exacta. Pero esa no fue la gota que desbordo el vaso. Fueron mis padres. Ellos siempre tenían esa expectativa de que yo tendría un promedio de 19-20. Bueno, nunca lo fui. Mi madre se graduó con promedio de 19 en la secundaria, nací yo y no pudo entrar a la universidad, aunque años después logro sacar un técnico con la misma calidad en las notas. Mi padre se graduó con promedio de 20, en su estadía en secundaria el ayudaba a sus profesores de matemática a corregir los exámenes, y salió submaculable de la universidad en el área de derecho. Ahora verán, cuáles eran sus expectativas conmigo.

Tampoco era que sufría todo el tiempo. Me gustaba bailar, comer, cantar, dormir, leer,  ver Criminald Minds y The Big Bang Theory cada vez que podía, pero no era suficiente.

Nunca nada en mi vida fue suficiente. Muchos desde sus ojos creerán que esto que te estoy diciendo es mentira, que tuve más que suficiente. Pero para mí nunca fue así, desde los 11 años nunca lo fue.

Creo que no hay nada más que decir. No espero que entiendas todo esto, y des sentido a todo lo que hice, porque paras serte sincera, muchas  cosas para mí no tenían sentido. Lo único que quiero, es que pienses que estoy en un lugar mejor, en un lugar donde no hay más dolor ni sufrimiento. Un lugar donde puedo ser libre y sonreír todo el tiempo, donde esas sonrisas son legítimas y reales. No le tengas miedo al olvido, porque yo nunca olvidare tanto las cosas buenas ni las cosas malas que me pasaron cuando vivía, y tampoco me olvidare de ti, solo si tu prometes no olvidarte de mí, o, por lo menos, no del todo...

Mis Últimas PalabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora