Creo que es hora de empezar a escribir de manera más alegre, al fin y al cabo estoy vivo y debo celebrarlo, creo. El hecho es que no tengo ni la más mínima idea de lo que debería escribir. Así que empezare a relatar todos los sucesos de los que me alegro que hayan ocurrido y que repetiría infinitamente.
El primero de todos y puesto a que soy un romántico empedernido supongo que sería el conocer al actual amor de mi vida (actual y de mi vida, contradictorio). Es una mujer tal y como cualquier lector imagina, no me refiero al primer amor, sino aquel que se logra después de haber conocido a cientos de chicas. El conocerla fue simple obra del destino, o al menos me gusta pensar eso. Al principio no me atrajo de manera directa, recatada y en un rincón, con unas gafas circulares que aun hoy recuerdo con cariño, cubierta de ropa que, en contra de lo que se piensa, hacía mucho más atractiva a su persona, pues daba juego a la imaginación, y el accesorio más bonito que llevaba era su sonrisa, bien es cierto que muchas veces la he visto sin ella, pero siempre tiene un resquicio en sus hoyuelos, unas arrugas entorno a los extremos de sus labios que denotan la alegría que vivió en su niñez. En si una mujer que de seguro ha hecho exhalar un aire de júbilo a todo hombre al contemplarla, pues su belleza no se aprecia solo con los ojos, sino también con el habla. Que decir sino maravillas de su personalidad, os diré algo, y lo digo sin locura en el pensamiento, y es que uno no conoce la felicidad hasta que la pierde. Todo el oro del mundo por esas conversaciones, esos minutos en silencio en un rincón, y todas aquellas sonrisas intercambiadas, todo el oro y más. Podría decirte mil y una cosas de ella que me incomodan, pero se, sin atisbo de duda, que volvería a enamorarme de ella mil y una veces más.
Quién sabe si todo esto que estoy escribiendo solo es fruto de la droga del amor, francamente creo que no es así. No sé si tenga buen ojo para las mujeres, pero sí que lo tengo en observar a las personas, y se bien que hay mil hombres y también mujeres que acallan sus deseos de tener a esa mujercilla entre sus brazos. Y yo, como es de esperar, formo parte de ese grupo. Y la gente más inquieta se preguntara "¿y debido a que no te lanzas a sus brazos?" eso son razones que ya iré contando más adelante.
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Un poco de sentido
Short StoryRelatos a cerca de mi, me han pedido que haga de verdad la crónica de mi vida, así que ahí va.