Petra se deslizó con suavidad por el techo del número 83 del callejón Diagon, para escalar el número 87, estaba tratando de escabullirse de Nicanor, quién le "prohiió muy estricta y severamente" salir de Flourish & Blotts, sin embargo hacia tres años que no visitaba el callejón, ni siquiera había acabado su quinto año en Hogwarts, se mudó junto a su hermano y su madre a Irlanda en cuanto las cosas se volvieron peligrosas por el retorno del señor tenebroso, ella sabía muy bien por que este asunto afectaba directamente a su familia, era el oscuro secreto de los Carpenter, por lo que no puso objeción alguna cuando al llegar a casa encontró sus maletas ya hechas en el umbral de la puerta.
Volvieron a Gran Bretaña a principios de año.A Petra siempre le había gustado visitar la tienda de "Artículos de calidad para el juego del Quidditch", nunca llegó a jugar en el equipo pero Nicanor la ayudaba a practicar de pequeña, en la posición de guardián.
Usó sus pies para descender lentamente por el tejado número 89, que ella calculaba era su tienda favorita, al caer los pocos chicos que pegaban sus rostros contra el vitral se le quedaron mirando, ella fijo sus ojos en el hermoso mango de la escoba que se encontraba en el escaparate, estaba a punto de entrar al pequeño local, cuando escucho una explosión y muchas risas unas cuantas tiendas más abajo, era una tienda que no había visto antes, de dos pisos y con muchas ventanas por las que se veían luces y pequeños estallidos, muchos niños que también habían oído el fuerte ruido de lo que parecía un cohete corrían hacia el edificio riendo como todos los que estaban cerca del pintoresco local.
Petra los siguió, ninguno de los presentes parecían notar su presencia, pues estaban muy ocupados contemplando como un par de chicos se lanzaban una ráfaga de luz que atrapan con habilidad, le costó bastante caminar entre la multitud para por fin poder entrar a la tienda. No lo podía creer. Dulces por todas partes, estallidos multicolor, toda clase de artilugios extraños, carteles divertidos y pociones extravagantes, estaba repleto de brujas y magos comprando cosas, no había visto tanta alegría junta en mucho tiempo.
En uno de los estantes repletos de bromas vio algo que le llamó la atención, una sección entera llena de pociones brillantes que variaban en tonos rosas, tomó una y leyó "грешната любов", claro que no entendió lo que decía esa etiqueta, pero la poción era como un imán para sus ojos, casi podía oírla susurrar su nombre, y sin pensarlo dos veces la metió en el bolsillo de su pantalón olgado y al darse la vuelta se dió de lleno con alguien, ese alguien llevaba un traje morado combinado con detalles naranjas, era muy alto, con sus 158 centímetros nunca se había considerado una persona baja, pero al lado de ese chico... tuvo que levantar bastante la vista para ver su sonrisa y su cabello pelirrojo, el chico medía por lo menos un metro ochenta, y le llevaba una cabeza. Pensó en correr, sinembargo, creyó reconocer al chico, pasados unos segundos, exclamó:
-¿¿¿Fred???- y se lanzó a su cuello rodeándolo, pero este no le devolvió el abrazo- traté de contactarte en cuanto volví a Inglaterra, pero mi lechuza no hacía más que rebotarme las cartas, por Merlín que creí que nunca te volvería a ver- George con mucho cuidado, se deshizo del abrazo de la chica, mientras se alisaba el traje.
-No soy Fred, soy George, su hermano- la piel pálida de Petra pasó pronto a un rojo encendido.
-Oh, lo siento mucho,- se mordió el labio internamente- yo creí... ¿Fred estará por aquí?
-¿Cuál dices que es tu nombre?
-Petra Carpenter, soy amiga de tu hermano, lo conocí en Hogwarts, es un placer conocer a otra leyenda de la escuela George- dijo estrechandole la mano con energía- ¿Está Fred aquí?- la chica vio a sus alrededores buscando al otro pelirrojo.
-Primero,-dijo George sacando con delicadeza la poción del bolsillo de Petra, quien no podía estar ya más sonrojada.
-L-Lo lamento, ni siquiera sé porqué metí esa poción en mi bolsillo.
-No eres la primera que trata de escapar con esta poción de mi tienda- le sonrió amablemente.
-¿t-tu eres el dueño de la tienda?
-Bienvenida a Sortilegios Weasley, sigo pensando que deberíamos agrandar el letrero de metro y medio que hay sobre la puerta- dijo divertido,- en fin ¿Sabes que es esto?- Petra negó con la cabeza- pues esto es "greshnata lyubov", traducido, amor falso, es una poderosa poción de amor bulgara (muy diferente a la amortentia) que provoca una peligrosisima atracción a quien la bebe, por lo tanto, la poción también tiene propiedades atrayentes hacia la misma, ya te imaginarás lo que me costó decir eso sin reírme una sola vez, pero lo curioso es que está poción mayormente atrae a las adolescentes con hormonas revueltas así que...- Al ver el rostro mortificado de Petra, George soltó una carcajada- lo mejor es que los ponga en una caja invisible, o los guardé en el almacén, pero en fin, se nota que eres nueva por aquí, ¿de donde vienes?
-Eeeesa es una larga historia- dijo Petra tratando de que la sangre abandone sus mejillas.
-Digamos que tengo tiempo, ¡¡MEREDITH!!- una chica de coleta oscura y figura escultural salió de detrás de una de las estanterías sosteniendo una caja de lo que parecían fuegos artificiales.
-¿ME LLAMASTE?- apenas se escuchaban a través del alboroto que había en el lugar.
-SI, NECESITO QUE CUIDES LA TIENDA COMPLETA POR UNOS MINUTOS, ESTARÉ EN EL ALMACÉN- la chica parecía no haber comprendido pero asintió y desapareció tras el estante de nuevo, George agitó su varita y una puerta que se hayaba junto al mostrador se abrió- si gustas acompañarme,- dijo extendiendo un brazo dándole pase a Petra para bajar las escaleras del cuarto, esta dudo unos segundos pues además de prácticamente no conocer al pelirrojo, Nicanor iría a buscarla pronto, pero la curiosidad la mataba y ver a George era como ver a Fred otra vez, así que con algo de inseguridad, avanzó y lentamente descendió por las escaleras.
***
-¿Entonces en los tres años que pasaste en Irlanda... No pudiste comer ni un una caja de grageas bertie bott?- pregunto George incrédulo, y Petra rió metiéndose una gragea peligrosamente verde en la boca, manzana, por suerte.
-No las vendían allá, era un pueblo triste, ya te lo dije, era tan remoto que Voldemort...- al ver que George ni se inmutaba al oír ese nombre, prosiguió- jamás se habría preocupado por los residentes del lugar, estábamos seguros pero era de lo más aburrido- metió la mano en la caja, saco otra gragea color amarillo y le lanzó la caja al chico quién estaba recostado sobre unas cajas verdes brillante, este saco una roja, y se la comieron al mismo tiempo.
-Cereza- dijo el.
-Limon- dijo ella, rieron.
-Bueno, lo que importa es que ya volviste a Londres y que retomaras tus clases en Hogwarts supongo.
-No tengo necesidad de hacerlo, había un pequeño complejo mágico en la ciudad de la que te hablaba, aprendí lo necesario allí- la verdad Petra no había pensado realmente en volver a la magnífica escuela, nunca se lo planteó, no sabía si lo que su hermano y ella tenían ahora sería permanente, la escuela de Irlanda era pequeña y no pasaba de los cincuenta alumnos, jamás hizo verdaderos amigos allí, era la rara, la inadaptada... De sus antiguos amigos no sabía nada, Nicanor le había prohibido establecer contacto con cualquier conocido hasta haberse instalado cómodamente en la ciudad y asegurarse de que era seguro quedarse. Había pasado tres meses sin más compañía que su hermano y una lechuza llamada Pepper.
-Mejor- dijo el pelirrojo sacándola de sus pensamientos- tienes la libertad de hacer lo que te plazca, podrías venir al callejón todos los días si quisieras- le sonrió. George saco una grajea celeste mirándola con recelo- te apuesto diez galeones a que es jabón.
-Yo digo que es chicle- dijo la rubia con seguridad, el chico se metió el dulce en la boca, y puso cara de asco.
-Estas falta de "práctica" querida, - le dijo, tragando con dificultad- es jabón. Petra rió, pero no estaba segura de si era por las arcadas que fingía George, o por algo más agradable, un sentimiento que extrañaba, una sensación lejana, que no había experimentado desde hacía tiempo.
Se sentía bien.
Realmente bien.
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No más bromas, George
FanfictionGeorge pensó que luego de la muerte de su querido gemelo, nadie nunca sería capaz de volver a sacarle un sonrisa sincera, hasta que llegó ella. De aspecto frágil e inocente, con la cabellera plateada y los ojos muy claros, se introdujo en su vida d...