•Twist of Fate [L.S]•

•Prólogo•

Konstantine se hallaba sentado, esperando por su invitado, pensando si aceptaría su propuesta. Él sabía que Alessandro no era fácil de persuadir, pero con una propuesta como esta... Vamos, nadie podría negarse.
Mientras meditaba en sus pensamientos, un acento italiano interrumpió por la puerta.

"Ah, ciao il mio caro amico! [ah, ¡hola, mi querido amigo!]- saludó Alessandro, mientras entraba junto a su hijo y uno de sus hombres.
Konstantine se levantó y los recibió con una sonrisa.

"Alessandro, priyatno vas videt. [que gusto verte] y veo que has traído contigo un invitado"-dijo Konstantine mientras saludaba con un breve abrazo a sus dos invitados.

"Te presento a mi hijo, Louis, quién es mi mano derecha también." -habló Alessandro, mientras presentaba a su hijo y tomaba asiento.

"Un honor conocerlo Sr. Petrov." –saludó Louis, al tiempo que se sentaba junto a su padre.

"Debo admitir que me tomó por sorpresa cuando me dijeron que necesitabas reunirte conmigo." –dijo Alessandro, sentado a un extremo de la mesa.

"Lamento mucho que fuera así de momento; es algo urgente." –respondió Konstantine, al otro lado de la mesa.
"Oh, pero que modales los míos. Permítanme servirles algo de tomar. ¡Aldo! Tráeme el mejor licor y sírveles un poco a nuestros invitados."  –habló Konstantine a su sirviente, mientras le regalaba una sonrisa a los hombres.

"No te preocupes, mejor vamos al grano, ¿de acuerdo? –espetó. "¿A qué se debe esta reunión 'urgente' que dices?" –preguntó Alessandro, mirando seriamente al hombre,mientras recibía su bebida. Louis respondió un simple 'gracias' y observaba todo con cautela.

"Verás, quiero proponerte un trato, el cual, yo sé que no podrás rechazar." –le dijo Petrov. Louis al escuchar esto, puso más atención a lo que decía el hombre. Alessandro ahora lo miraba curioso, apartando la vista de los muchachos, que se encontraban discutiendo a su lado.

"¿Un trato? ¿Tú me estás proponiendo un trato a mí? –espetó, con cierto tono de incredulidad en su voz. "Interesante." –respondió Alessandro, al tiempo que soltaba una risa.

"Sí, mi querido Ale." –habló, juntando sus dedos por encima de la mesa. "Mira, el trato es simple; tú me ayudas a robar el Banco Central de Fortaleza, que está ubicado en Brasil; repartimos la cantidad, y cada quién sale ganando." –dijo Konstantine, mientras lo miraba y tomaba un poco de su bebida.

Louis sabía que su padre no es mucho de aceptar propuestas, pero ésta era una muy buena. Alessandro miraba a Konstantine fijamente, desde el otro lado de la mesa, al mismo tiempo que pensaba.

"¿Así de simple? ¿Sólo robar un banco, y ya? Y si, de casualidad, llegara a aceptar éste dichoso 'trato', ¿de cuánto estaríamos hablando?" –preguntó Alessandro.

Konstantine sonrió para sus adentros, a sabiendas de que ya había ganado.

"300 millones de dólares, mi querido Ale." –dijo Petrov. Alessandro, al escuchar la cantidad, levantó una ceja y miró rápidamente a su hijo, quien lo miraba de vuelta, con la misma expresión en la cara. El señor Giuliano volvió su mirada a Konstantine.

"Se escucha justo" –exclamó. "Está bien, acepto. Pero con una pequeña condición: quiero que mi hijo Louis sea parte de esto. Él es uno de mis mejores hombres y te aseguro que no te va a decepcionar."  –hablaba Alessandro con un gran orgullo, mirando a su hijo con una sonrisa. Louis estaba a su lado mientra asentía con su cabeza, escuchando a lo que su padre decía.

Konstantine aceptó.

"Está bien, eso es justo" –contestó. "Pero, como sé que esto no va a ser fácil, quiero presentarte a uno de mis mejores hombres y que, estoy seguro va a trabajar muy bien con tu hijo." –Konstantine sonrió de lado al decir esto, mientras llamaba a su hijo.

"Harry, idi syuda!" [¡Harry, ven aquí!]- gritó Konstantine y, al instante, uno de los muchachos que peleaba se levantó, encaminándose hacia su padre, no sin antes, quebrar el cuello del otro.

Era hombre alto, se encontraba sin camisa y sólo un pantalón, con un cuerpo que parecía haber sido tallado por los propios dioses. Su cabello cayendo por toda su cara, ojos verde esmeralda, tan exóticos que, al verlos, parece que penetran tu alma y te dejan sin palabra. Gotas de sudor cayendo y besando cada parte de su cuerpo, mientras le daban ese toque tan brillante.
Se paró junto a su padre, mientras observaba al señor Giuliano, y luego posaba su mirada en Louis. Este le regresaba la mirada de igual forma.

"Mi hijo Harry es uno de los mejores que tengo, y que también te será de mucha ayuda, tenlo por seguro." –habló Konstantine, con una sonrisa ladeada y estrechando la mano de Alessandro, dando por cerrado el trato.
Harry no había despegado la vista de Louis, escaneándolo de arriba hasta abajo. Mientras que Louis miraba hacia otro lado, llegando a sentirse incómodo, pero, de alguna forma, halagado.

"Esto será muy interesante." –pensó Harry, mientras le daba una sonrisa descarada al joven Giuliano.