A lo lejos se escuchaba el suave goteo de una tormenta recién terminada. Y Cameron sentada en la silla de su escritorio frente a la ventana de su habitación con la cabeza posada sobre sus brazos cruzados e inmersa en sus más íntimos y pasionales recuerdos sobre aquel misterioso ser infiltrado en sus sueños, noche tras noche. Ya habían pasado por lo menos 4 agonizantes meses de pleno regodeo y satisfacción mental.
Flashbacks rápidos se precipitaban, uno tras otro; ojos pardos de un tenue verde, observándola desde todos los puntos oscuros de su habitación. Colmillos puramente blancos, casi llegando a transparentes finamente alargados, aquellas filosas puntas clavandose en su cálida piel de seda. Incluso el dolor eran tan real que sus poros producían gotas de sudor apenas visibles. Manos delgadas y frías como tempanos de hielo patinando por las curvas de sus torneadas piernas, transfiriendo esa electricidad desmedida hacía su espalda. Labios carmesí devorando centímetro a centímetro su cuerpo. Aliento embriagador soplando y erizando todo su ser.
Quizás sueños alarmantemente peligrosos pero excitantes. Cameron anhela que esas noches llegen con gran impaciencia que el rubor invade las sedosas mejillas de aquella chica soñadora. Es claro el deseo de volver realidad aquellas fantasías pero al recordar que el tipo nisiquiera existe, y más aún, que los vampiros ni remotamente ocupan un lugar en este planeta. Su anhelo decae hasta chocar con la realidad al pensar lógicamente. Aparta esos descabellados y ridículos pensamientos de una vez por todas.
"Cualquiera con esas divagaciones necesita terapia mental" -pensó Cam algo alarmada.
-Será mejor que deje a un lado tanta ficción o de lo contrario, me volveré loca. -se dijo así misma con un suspiro desganado.
Acomodo sus cuadernos y lápices de dibujo para pasar a realizar sus tareas domésticas.
* * *
El despertador sonó a las 6am exactamente. Cam se aferró a las mantas con pereza, suplicando un par de horas para descansar solo un poco más. Pero el colegio no perdonaba ni al más inteligente.
Suspiró con pesar y se incorporó trabajosamente. Se dirigió a la ducha para refrescarse un poco, 10 minutos después el agua caliente comenzaba hacer su labor, la despertó como la cafeína a un buen cafetero. La ventaja de vivir sola, era la paz del reconfortante silencio pasivo. Salió de la ducha y eligió su ropa para vestirse. Fue a la cocina y se preparó un delicioso sumo de naranja con apio y tosto un par de rebanadas de pan de centeno con nuez que su madre le hizo el fin de semana que la visitó. Al término de sus alimentos, tomó su bolso y con un gran suspiró giró la manija de la puerta para salir con calma rumbo a la universidad.
* * *
El resto de la semana siguió el mismo cansado patrón de cosas comunes; levantarse, ducharse y comer antes de la escuela. Todo exactamente igual.
El viernes por la tarde, Cam iba saliendo de la biblioteca del campus, después de dos horas puliendo sus estudios y recolectar información para su próximo exámen.Marcia, su mejor amiga la abordó en cuanto vio salir a Cam. Envolvió sus hombros con su brazo y la acerco un poco para saludarla.
-Eres muy difícil de encontrar amiga mía. -le sonrió divertidamente.
-Y tú eres muy acosadora, Marcy. -le siguió el juego.
-Oh vamos, una noche social no te caerá mal.
-Sabes que no me agradan tus famosas "noches sociales" -ironizó Cam con una risita.
-Eres muy aburrida, nena. Disfruta de la vida que solo hay una, recuérdalo. -le guiñó un ojo.
-Declino tu oferta, lo siento. Además tengo cosas que hacer y...
-¿Cosas cómo estudiar, estudiar y más estudios? - interrumpió Marcia, enumerando con los dedos burlonamente.
-Si no lo hago no me graduare. -repondio Cam con fastidió.
-No seas exagerada, eres la estrella académica de la Uni, no tendrás problemas por asistir a una pequeña reunión. -se apresuró a decir.
-Tu pequeño concepto de reunión se sale de los límites adecuados de esta. -enfatizó sarcásticamente su punto a la vez que alzaba los dedos haciendo comillas.
-Por el amor de Dios, es solo una fistesita, no seas así y dame esa pequeña satisfacción de ir a divertirte un poco.
-No. -comenzaba a desesperar Cam.
-Por favor. -Marcia tuvo el descaró de hacer pucheros.
-Lo siento pero no, Marcy adiós. -apresuró el paso.Al llegar al estacionamiento de la Universidad se encontraba una gran cantidad de alumnos formando un enorme círculo que euforico gritaba, ¡Sangre, sangre! ¡Hazlo pedazos campeón! e infinidad de maldiciones.
Otra estúpida y ridícula pelea de testosterona se estaba dando acabado."Pobres simios inmaduros" dijo Cam para sus adentros.
Sin ponerle más atención al escandalo, abrió la puerta de su carro y metió su aburrido e inocente trasero para irse a casa. Se echó en reversa para salir, de pronto la gente se enardecio más y Cam se percató que algo andaba mal, apresuró a poner primer velocidad para salir pitando de aquella masacre pero en el momento que aceleró, el mar de gente se abrió abruptamente para dejar ver a uno de los chicos de la riña, el cual cayó desgarvado frente al camino lo que hizo a Cam frenar de golpe. Al verlo lleno de sangre y moretones deformando su rostro se horrorizo y ahogó un grito.
-Santa mierda. -dijo en un susuro al contemplar la escena.
-Pedazo de porquería aún no termino contigo. -amenazo una profunda voz proveniente dentro del bullicio de gente.
Cameron giró lentamente al lado para ver al tipo que le había propinado aquella paliza al pobre torpe tirado en el asfalto. Sus ojos se toparon con un ser alto de al menos 1.90 de altura, mirada oscura y pesada, enfundado en una camiseta negra dejando al decubierto esos enormes brazos musculosos tatuados y jeans ajusdados a juego. De pronto, tuvo algunos recuerdos vagos donde había visto a ese hombre.
La respiración le faltó tanto que pronto sintió sofocacion sudorosa dentro de su auto. El tipo sintió su mirada y giro para mirarla detenidamente, entrecerrando los ojos. Al instante Cam pudo notar cierta energia sofocante entre ambos que le causó asombro y miedo desmedido. Aquel desconocido le regaló media sonrisa acompañada de una mirada aún más pesada pero llena de algo prometedor, dio media vuelta para perderse entre la gente que empezó a irse.
Aquel encuentro dejó a una Cameron muy confundida y desconcertada. Era obvia su situación pero su lógica no le daba paso algo tan semejante como lo que había vivió hace tan sólo unos momentos. Tardó unos minutos para regresar a tierra y ponerse en marcha. Vio como los amigos del desafortunado chico lo llevaban y escucho la conversación cuando pasaron a su lado.
-Diablos viejo, te pateo el culo hasta sangrar. -dijo uno de ellos entre risitas burlonas.
-Y una mierda, esto apenas empieza. -contestó entre gruñidos aquel costal de huesos.
-Estas loco amigo, será tu fin si crees que puedes ganarle.
-Sólo dame un par de horas y estaré como nuevo. -sonaba muy convencido el torpe ese.
-Si tanto quieres una revancha... oí que irá a la fiesta de está noche. -confesó uno de ellos.De pronto se le hizo atractiva la invitación de su amiga, sólo por curiosidad, para ver como termina aquella pelea y porque no, admirar una vez más a aquel espécimen peligroso.
"Es una locura pero después de todo es sólo una fiesta, sé normal por una vez en tu vida Cami" Se repitió esto último el resto del camino a casa. Es hora de desempolvar su guardaropa de "Zorra cautivadora" sólo por una noche.
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Blood
Romance¿Porque la pasión de un inmortal no conoce límites? Vledmond, un caballeroso y seductor hombre inusual que persigue e incita a su siguiente conquista persuadiendola en la profundidad de sus sueños. Tiene meticulosos planes para hacerla caer en aque...