Entré a clase y lo vi, lo vi feliz, yo no estaba así, estaba mal, deprimida, lo echaba de menos, todas las risas, todas las conversas serias, todo, pero él estaba feliz.
No me dolía verlo feliz, es decir, me gustaba verlo bien, quería verlo bien, pero me jodía mucho, me jodía que él pudiera avanzar con su vida como si nada hubiese pasado y yo me quedara estancada, me jodía que pasara de mi de un día para otro, que de un día para otro, yo ya no significara nada para él.
Eso dolía, dolía mucho.
Dolía ver cómo podía ser tan feliz, como sonreía sabiendo que nosotros no estábamos bien, me hace replantearme, ¿de verdad? ¿De verdad le importo? ¿Le he importado en algún momento?
Todo esto son preguntas sin respuestas.
No, no le pregunté y ¿saben por qué? Por miedo, miedo a llorar frente a él y que le de igual, miedo a sentirme peor, miedo a que todo lo que creo, pueda llegar a ser verdad
Y es que a veces cuando nos enfadamos o estamos tristes, nos da por pensar en negativo, eso no es bueno, sí que es verdad que a veces tenemos razón pensando en negativo sobre ciertas personas o ciertas cosas que hacen pero debemos alejarlo, debemos alejar esos pensamientos, porque realmente lo que importa no es lo que pienses sino lo que hagas y lo que piensas se convierte en tus actos, por eso hay que intentar pensar en positivo porque si solo pensamos en negativo, las cosas solo pueden ir a peor.
Lo que hay que hacer en estos casos es hablar porque si dejas que tus pensamientos te guíen, no harás lo correcto, porque tú no sabes la verdad, ni sabes porque lo ha hecho esa persona así que deja de pensar en cosas que podrían estar pasando, deja de pensar en condicional y hazlo presente, si lo hablas sabrás la verdad y no te crearas tus propias historias en la cabeza de lo que podría o no podría haber pasado, así que ve y habla con él para ver si fue un malentendido, deja el orgullo y depende de lo que pase sabrás que hacer.
Si queréis que escriba sobre algún tema en específico, decirlo en los comentarios
