La sangre me quemaba la mejilla, la noche era fría pero yo la sentía como la más calurosa de mi vida, la transpiración me estaba deshidratando, ya no valía la pena correr, me di vuelta y enfrente a los hombres que nos perseguían, debían estar a unos 200 metros y venían en camellos.
Sentí el brazo de mi hermana en el brazo, me di vuelta y recién lo note, su mirada... sus ojos... iguales a los de mama...una mirada fría pero profunda.
- ¡OFKELI MUÉVETE MALDICIÓN! - Me saco de mi ensimismamiento, su desesperación era entendible, pronto vendrían por nosotros y teníamos que seguir, acababan de matar nuestros padres y teníamos que correr por nuestras vidas. Yo simplemente no podía, el odio y la ira no me dejaban.
- No puedo... lleguen al establo les ganare tiempo, cabalguen hasta la ciudad de Maranfiz.
- ¡¿QUE HARAS ESTUPIDO?!Tenía 17 y mi hermana me seguía controlando, su cabello castaño estaba revuelto y desordenado, mama la hubiera regañado y obligado a arreglarse.
Estaban a solo 100 metros.
- Cuida a Delilik, los encontrare allí...
Vi a mi hermanito agarrar a Chilly y obligarla a seguir, tenía tan solo 15 años y tenía más músculos que yo, pero aun así yo le sacaba una cabeza.-¿Estás seguro? - Sus músculos estaban fruncidos, no había escuchado lo que estaba por hacer pero sin embargo lo percibía.
- Corran...
Sonrió - Y después el loco soy yo – Se subió a mi hermana a los hombros y salió pitando. Ella lo rasguñaba en la espalda con lágrimas en los ojos, y aunque no podía verlo a él sabía que estaba insultándome por mi idiotez.
Estaban frente a mí, saque mis dos khopesh del cinturón y me lance al que tenía más cerca enterrando el filo en su pierna tirándolo para después rematarlo. Pero estaba cansado, sentí un corte en la espalda y la sangre fluyendo. Me di vuelta y lance una de mis armas al tipo que me había lastimado cortándole un brazo. La vista se me empezó a nublar, el corte era muy profundo y sabía que el charco que había a mi vuelta no era precisamente agua.
Cuando ya los tenía en frente uno se bajó del caballo y me encajo una patada en el pecho dejándome sin aire.
-¿Donde esta?- Su vos era metálica, carente de todo tipo de expresión, su barba picuda y sus ojos... ¡No tenía ojos!, lo que sea que fuera me observaba desde unas cuencas vacías.
Mi ira se convirtió en miedo rápidamente, veía borroso y no podía moverme. Lo último que vi fue una flecha con el símbolo de la luz en la cabeza de esa cosa.
Me desperté tendido en un montón de colchas, la cabeza me dolía a un nivel inimaginable, había mujeres a mi alrededor, aparentemente pertenecientes a un aren y un hombre vestido con turbante y seda estaba mirándome con cara de preocupación. Tenia ojos azules y unas cejas muy pobladas, su barba estaba recortada, aceitada y llevaba cuentas en ella. Al verme despertar su cara se suavizo un poco y me tendió la mano.
-Kha-Shoram, a tus servicios – Intente levantar la mano pero cuando lo hice un dolor en la espalda me dejo tendido – No intentes levantarte, tienes una fuerte herida.
- ¿Dónde estoy? – La preocupación empezó a carcomerme la cabeza – ¡¿Dónde están mis hermanos?! – Sin darme cuenta empecé a gritar – ¡¿Quién demonios eres?!
- Ya te lo he dicho, soy Kha-Shoram, el dueño de esta pequeña ciudad portuaria – Sin darme cuenta le pregunte algo que ya me había dicho – Con respecto a donde estas, este lugar se llama Skardaz y de tus hermanos no sé nada, cuando mis hombres te encontraron estabas solo luchando contra autómatas.
Un hombre interrumpió la conversación llegando con un plato enorme repleto de comida y bebida, lo puso a mi lado y se retiró.
Me empece a marear con tanta información, Delilik y Chilly abrían llegado bien a Maranfiz, que eran los autómatas, donde demonios estaba Skardaz. El hombre se paró y me dio una mirada comprensiva.
-Ahora descansa, mañana hablaremos sobre todas tus dudas – Un sirviente dejo un paquete a mi lado – Y te haré una propuesta que te puede llegar a interesar.
- ¿Relacionado con qué? – Pregunte con toda la curiosidad del mundo.
- Relacionado con eso – Señalo el paquete, me guiño un ojo y se retiro, dejándome solo con las mujeres.
Cuando por fin estuve solo, me acomode en las mantas y abrí el paquete, lo que encontré fueron dos Khopesh recién afilados y un brazo de algo parecido a un humano, tenía piel como cualquier otra persona, pero por dentro era un montón de metales, engranajes y cables.
YOU ARE READING
DESIERTO, Crónicas de los asesinos de Dioses
FantasyDiseño de Portada: @Brunchi11 Tres hermanos descubriendo su pasado Tres hermanos sufriendo un presente Tres hermanos forjando un futuro Un hermano entregado al honor Un hermano entregado al oro Una hermana entregada al amor 9 Dioses que quieren ver...