Dos niños muy hermosos caminaban en dirección hacia el océano con evidente entusiasmo para probar esa cálida temperatura del agua que debía estar muy agradable al tacto. El horrible calor que hacía en la ciudad de Busan se encargaba de hacer que una simple masa de agua salada fuera el mejor de todos.
Quizá no estaba del todo correcto ir hacia aquel lugar sin un adulto que los protegiera desde las sombras, pero el terco menor de los dos niños se creía un adulto competente al ser unos centímetros más alto que su amigo.
Jungkook arrastró a su amigo Jimin junto a él sin importarle su opinión ya que el mayor usualmente deseaba complacer al menor. Jungkook quería que el mayor viera la belleza de aquella maravilla. El deseo de ir al océano estaba presente desde meses atrás y el menor se sentía feliz de ir solamente con Jimin. Los recuerdos que harían allí quedarían en la memoria de sólo los dos niños. Ningún adulto, solamente ellos.
Al menor no le preocupaba para nada la ausencia de una persona adulta pues él se consideraba todo un hombre. Muchas veces su mamá lo había felicitado por las ayudas que brindaba en su hogar y casi siempre sus padres le decían que era totalmente un hombrecito capaz de hacer cualquier cosa sin ayuda de un adulto.
Como todo un hombrecito podía cuidar bien de sí mismo como también del niño a su lado.
Los dos niños se veían tan entusiasmados que cualquiera que pasara por allí quedaría fascinado. Eran tan tiernos hasta cuando parecían discutir por algo que a simple vista parecía irrelevante. Esos dos niños eran la sensación.
—No Jiminie, no. Quiero ir por éste lado del camino.
—Pero Jungkookie es...es muy peligroso y no quiero que te pase nada. Tengo miedo. ¿Puedes quedarte a mi lado? ¡Porfis!
—Que no. Yo quiero ir por aquí.
Ambos niños discutían mientras el bochornoso sol hacía de las suyas con sus rayos solares. El calor se sentía pesado e insoportable, esos niños ya deseaban llegar al lugar y ciertamente no faltaba mucho. Pero ellos sentían la necesidad de llegar de una vez pues si en cortos minutos no lo lograban se quedarían varados por la falta de energía.
—Pero Kookie... Me siento solito, ven.
—Te digo que no hay peligro Jiminie. Ven tú. El calor se siente menos por este lado. ¡Apúrate!
El más bajo miró sin creerle con totalidad. Sus ojitos veían ese lado peligroso de la tierra en donde podía resbalar por la terquedad de no utilizar como cualquier transeúnte el camino peatonal. Lo peor de todo era si caía. Había una diferencia de altura y le daba miedo.
—¿Lo harás Jimin? No me hagas esperar.
Jimin se sintió nervioso. Cuando su Kookie le llamaba por su nombre a secas sin esa forma cariñosa significaba que estaba molesto. El más bajito no quería que se enojaran con él, no importaba los otros niños, su Jungkookie era especial y no debía enfurecerlo.
Asintió moviendo delicadamente su cabeza y con ayuda de su amigo se subió por un camino menos seguro que estaba hecha de tierra posiblemente resbaladiza. Lo temible eran los espacios, no podía dar pasos con tranquilidad. Él debía caminar con cuidado como si estuviera en una cuerda como esos personajes del circo, utilizando mucha precaución en sus pasos.
—Muy bien Jiminie. Ya quiero llegar de una vez y ver el amplio y bello océano.
Jimin se quedó estático sin seguir a su amigo. Cuando Jungkook lo notó retrocedió con cuidado mirándolo con expectación hacia ese lindo niño de mejillas abultadas.
—Kookie... ¿Qué pasa si nos ahogamos en el océano? ¿Quién nos salvará? Sabes que no sé nadar.
—Por supuesto que yo te salvaré Jiminie. Nunca te dejaría sólo, nunca.
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Ocean » kookmin OS
Short Story«El niño Jungkook quiere ver el océano con su adorable amigo Jimin.» 💫No acepto adaptaciones de ninguna de mis historias.