-Amor, alcánzame la camiseta azul, por favor.
Esa armónica voz que me llama desde el cuarto, proviene de la persona que más amo en el mundo, Camila, mi novia.
-¿La que tiene el símbolo de la paz o esa que no me gusta que uses?
Sé lo que responderá, sé lo que quiere y lo que ocurrirá cuando corra la cortina del baño y la vea desnuda -aunque para eso no es necesario ver el futuro, ya que cualquiera se tentaría y la acorralaría contra la pared al encontrarse con su curvilíneo cuerpo-. Sé todo lo que haremos este día y como terminará, lo sé desde hace mucho.
Desde que tengo seis años de vida que sé todo lo que pasará y pasó en mi vida. Ha sido un largo y agotador camino, pero aun así no quiero que acabe, lamentablemente nada puedo hacer porque lo que está escrito no puede ser modificado... pero antes de explicar cómo llegamos acá, retrocedamos un poco en el tiempo.
Solo tenía seis años cuando salimos de compras navideñas con mis padres, las calles de Nueva York estaban resbaladizas y llovía intensamente, pero todos los factores climáticos no fueron impedimento para obtener la tan anhelada estrella para coronar el arbolito que juntos armamos. Recuerdo todo perfectamente; Papá tenía la grata costumbre de cantar mientras conducía y mamá lo acompañaba con las palmas, mientras yo me mantenía estático en los brazos de ella, mirándolos fascinada... recuerdo cada detalle de esa noche, no sé porque, pero todo está grabado como una película en mi cabeza.
Una frenada, un grito, un golpe, dolor intenso; una muerte instantánea y una agonizante, una niña ensangrentada, huérfana y una maldita bendición.
Desperté una semana después, con la cabeza vendada, el mundo al revés y cada uno de mis movimientos previstos. Todo lo que ocurría yo ya lo sabía.
Desde ese instante sé que le entregaré la camisa azul con pequeños símbolos de la paz, que al descorrer la cortina me meteré a la ducha con ella y haremos el amor por última vez. Desde el accidente que sé como moriré y por quien, pero también desde ese instante sé que valdrá la pena y nunca he intentado cambiarlo. Bueno, quizá sí al principio, pero ya no... la resignación se ha apoderado de todo mi ser.
-Acá tienes hermosa- repito las palabras como si fuesen una oración memorizada por años. Y lo son.
Ella descorre la cortina y me encuentro de golpe con la sonrisa que tanto amo, la misma que me enamoró a primera vista en el after-party en Miami, cuando la conocí. Se muerde la uña sabiendo lo mucho que eso me enloquece, siento un cosquilleo especial en mi bajo vientre, la mezcla perfecta entre emoción y miedo. Me quitó el vestido lentamente, quiero aprovechar cada segundo al máximo, entro a la ducha y la acorralo contra la pared, tal como lo vengo proyectando en mi mente desde que visualicé por primera vez este momento en mi cabeza.
Estuve tres años en rehabilitación, mis abuelos se hicieron cargo de mí y mi perra Candy, no puedo negar que fui feliz a su lado- sería una malagradecida si lo hiciera- pero nunca nada fue igual después del accidente. Mis padres ya no estaban y tampoco mi vida normal.
Comencé adivinando que darían en la televisión o que diría la abuela cuando Candy destrozara su tejido, sabía las palabras exactas, las reacciones precisas y las expresiones calcadas a las que ocurrían; pero solo era una niña, una pequeña con la cabeza dañada y el corazón roto.
Recorro su delicado cuerpo con la yema de mis dedos, lo hago sumamente despacio, lo que la excita mucho más. Mi lengua sigue saboreando su cuello con las mismas ganas que lo hago desde que nos unimos en cuerpo y alma por primera vez. Ella es mi otra mitad, todo lo que desee, la luz en un camino lleno de dolores y rarezas; ella es la persona que me hizo persona nuevamente. Aunque suene estúpido, es así, llegó un momento en mi vida en que ya no era un ser humano...
-Te amo- susurro en su oído- te amo en esta vida y en la próxima te amaré aún más- ella se estremece entre mis brazos y me regala un pequeño gemido de aceptación.
Sé que no le gusta hablar en estos momentos y me encanta el argumento que utiliza para rebatirme: "cuando dos almas se complementan y unen de tal forma, las palabras sobran" ¿Filosófica no? Así es Camz, única y auténtica. Una mujer en peligro de extinción, por eso la cuido y cuidaré tanto, porque merece lo mejor del mundo y finalmente me doy cuenta que esa es mi misión... ese es el motivo por el cual no morí trágicamente con mis padres ¿De película no? Vivir para y por ella...
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Tiempo (Camren)
Fanfiction¿Alguna vez has querido tener un poder especial, algo que te diferencie del resto? ¿ Poder volar, tener súper velocidad o leer el pensamiento? ¿Cuál sería tu elección? ¿Crees que serías feliz con ella? ¿Qué ocurriría si alguno de esos "súper poderes...