MY PROTECTION |G.D| [PAUSADA]

01.

Todo aquel lugar me gritaba que no pertenecía ahí. El olor a cigarrillo me hacía querer vomitar, pero yo solo me limitaba a seguir a mi amiga a la barra de bebidas.

—¡¿Quieres algo?!— Kim estaba sentada sobre un banco giratorio color plateado, gritando debido al volumen de la música altísima. Arrugué mi nariz.

—¡No, estoy bien!— le grité de vuelta. Mi amiga alzó la mano, y el barman se dirigió a ella limpiando un jarrón de vidrio—. Creo que iré a tomar un poco de aire fresco, ¡aquí se me va el oxígeno!

—¡Claro! Solo intenta no meterte en problemas, ¿está bien?— Sonreí y asentí.

Comencé a alejarme hasta aquella puerta trasera de emergencia. Salí al exterior y dejé todo el bullicio caótico detrás de la puerta enorme de metal.

Había remolinos de humo, y la noche era algo fría y estrellada. Una ráfaga de viento azotó mi cuerpo y temblé. Tal vez había sido mala idea salir de casa sin chaqueta, así que me regañé mentalmente.

Comencé a observar aquel lugar; era tenebroso y gris, prácticamente un terreno baldío. Había poca luz, así que solo logré mirar unos contenedores de basura enormes, y alguna que otra hierba crecida a lo lejos.

Que lugar más horrible.

De todos modos decidí quedarme cerca de la puerta que exhibía un letrero brillante la palabra "EXIT", por si las moscas.
Saqué mi teléfono del bolsillo de mis pantalones y lo encendí. 12:35 a.m.

No me creía que yo estuviera despierta a estas horas, y menos que estuviera en una fiesta. Bueno, no exactamente en una, si no a fuera de un bar de miedo. Al final daba casi lo mismo.

Me senté sobre el pequeño pedazo de suelo pavimentado de ahí y estiré mis piernas para dejarlas descansar.
Realmente no podía disfrutar al 100% estar a solas, ya que me la pasaba alerta de que algún vivo no me saliera por ahí entre la oscuridad y me robara.

De un momento a otro, la música se detuvo en seco. Fruncí el ceño, y me levanté rápido. ¿Tan pronto había acabado? Vaya.

Tardé solo segundos en entrar por aquella puerta, con curiosidad, pero menos tiempo tardó alguien en tomarme por la cintura y volverme a sacar de ahí. Tapó mi boca rápido y y lo único que hice por instinto fue patalear y tratar de gritar.

Unos disparos se escucharon e instantáneamente gritos por todos lados, y mi corazón latió con muchísima fuerza, casi saliéndose. Ese alguien me llevó a un callejón húmedo y mugriento, y ahí me colocó de un solo jalón detrás de un contenedor.

Mi cabeza daba vueltas y realmente no entendía qué pasaba.

"Solo intenta no meterte en problemas, ¿está bien?"

Como si lo hubieran encendido de algún botón, mi cuerpo comenzó moverse desesperadamente entre los brazos de aquella persona. Kim estaba adentro, posiblemente herida o qué sé yo, aunque rezaba por lo mejor.
Aproveché que el sujeto hizo menos fuerza y me zafé de su agarre corriendo en dirección a la puerta. Pero volvió a tomarme y en un ágil movimiento me aplastó contra la pared. Chillé. Me puso frente a frente; era un chico.

— Shhh— me calló tapando con fuerza mi boca—. Si nos escuchan, vendrán por nosotros y nos matarán, ¿puedes callarte por un momento?

Su voz era áspera y gruesa. Al instante me intimidó, así que le hice caso. Me deslicé hasta el piso con la respiración agitada y los nervios a mil. Kim era lo único que rondaba en mi cabeza, junto con su voz dulce y los sonidos ensordecedores de los disparos.

El aire me faltaba de un momento a otro, y todo comenzaba a dar vueltas a mi alrededor.

Lo único que recuerdo es el chico hablándome.

Y de ahí nada más.