Epílogo

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No fue hasta el lunes en el desayuno cuando sus padres notaron la ausencia de su hija

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No fue hasta el lunes en el desayuno cuando sus padres notaron la ausencia de su hija. Cuando su madre decide ir a ver el porque, encontró un desastre en su cuarto. Pero pudo ver a su hija posaba en la cama. Tan pálida, tan tranquila. Su maquillaje estaba corrido, pero no dejaba de lucir hermosa. Tenía puesto sus auriculares, aunque la batería de aquel celular estaba muerta. Ya el cuarto comensaba a tener mal olor, pero su madre pudo ver en su rostro un sentimiento que nunca había visto antes en su hija.

Estaba en paz.

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AmeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora