Mitad

1.

    Agosto 21, 2017, 6:04 a.m

El día comenzó con una tranquila mañana, por mi ventana soplaba el aire y hacia mover de un lado a otro mi cortina.

Pero había algo extraño, una vez más, desperté con lágrimas en los ojos
Últimamente esto ya era constante, a veces pasaba de la nada, pero ahora pasaba aún más cuando dormía, sin darme cuenta, trataba de buscar el motivo del por qué me pasaba esto, había decidido no decirle a mi madre sabía qué pensaría que estaba enfermo o algo por el estilo, así que mejor seco mis lágrimas y lo ignoró.

Me prepare para ir a la escuela, hoy era un nuevo día, iniciaría el bachillerato en una nueva escuela y algo en mi deseaba no sentir nervios, como si pudiera.

Mi madre me preparo un desayuno ligero, algo de fruta y estaba cocinando panqueques, la miraba ahí con su cabello chino atado en una coleta, con su pijama de puntitos, mi madre era una mujer hermosa, tenía pequeñas pecas en su rostro delgado, su nariz era pequeña y sus labios estaban marcados como si de un dibujo se tratara, y ni hablar de sus cejas, definitivamente si yo hubiera sido como ella, recibiría
burlas por mi aspecto a mujer perfecta.

Era hora de ir a la nueva escuela, iba camino allá cuando me topé con dos de mis amigos los cuales ingresaron a la misma escuela, agradecía no tener que estar solo en esto, al menos tendría amigos el primer día, eso era algo bueno, después de todo no está tan mal.