1 - La Transformación

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Ragnor, nacido como todo Teurus en el planeta que los humanos llamarían más adelante Z-13, era como cualquier otro niño, alguien más preocupado en jugar y divertirse que en otra cosa, pero cuando llegó a los once años de edad, algo terrible le sucedió. En ese momento justo, se inicia la adolescencia para los Teurus y entonces, tiene lugar un terrible evento por el que muchos de su especie deben pasar. Se hallaba en su hogar, jugando tranquilamente con sus juguetes, cuando emitió un fuerte grito a su madre, pidiéndole ayuda. Cuando ella llegó y vio las extrañas reacciones en el cuerpo de su hijo, llamó a su marido. Observándolo con detenimiento, el padre supo lo que tenían que hacer. El momento había llegado y debían actuar tal como se había establecido.

Fue en un lugar conocido como centro de reacondicionamiento, establecido por los líderes de su especie con el expreso propósito de controlar estas complicadas situaciones, donde Ragnor padeció tan terrible suceso. Conocido como la transformación, llevaba afectando desde hacía tres generaciones a los Teurus. Al principio, el evento causó terribles catástrofes, pero ahora, toda la población estaba concienciada y el gobierno tenía todo preparado para hacerle frente, incluyendo el establecimiento de estos lugares para controlar los primeros cambios en jóvenes. Los progenitores llevaron a su vástago hasta la sala de recepción, donde un Oficial del ejército se ocuparía de supervisar el proceso. Bajo sus indicaciones, fueron con el chico hasta una habitación de metal. Tan solo el joven y el militar entraron, pero a los padres no se les permitió ingresar.

—Me temo que no pueden estar presentes —les dijo el Oficial con sombría voz—. Tendrán que verlo desde la pantalla de cristal contigua a la habitación.

Ninguno de los progenitores habló. Comprendían la delicada situación y prefirieron confiar en ese profesional, quien parecía habituado a este tipo de momentos tan complicados.

El joven no entendía que le pasaba a su cuerpo. Notaba como todo se revolvía por dentro y un intenso dolor le atravesaba de arriba abajo. El Oficial le quitó toda su ropa hasta dejarlo desnudo por completo, haciendo que su miedo aumentase. Tirado en el suelo, miró hacia la ventana desde la que sus padres lo contemplaban. Quiso gritarles, pidiendo que acabasen con todo aquello, deseando que pasara, pero no se movieron de allí. En ese mismo instante, tuvo lugar la transformación.

Los hermosos ojos azul cobalto de Ragnor se tiñeron de un rojo escarlata intenso. El cuerpo del niño Teurus se tensó, haciendo que cada músculo y órgano se estirase de forma retorcida. Emitió varios gemidos guturales mientras que su mente se nublaba, como si cada pensamiento racional se esfumase. Los padres seguían mirando impacientes a que ocurriera el inevitable momento. Aunque estaban muy preocupados, sus sentimientos no afloraban con facilidad, algo muy común en su especie. Pese a estar sintiendo su cuerpo contraerse como si la mano de una monstruosa bestia lo estuviera aplastando, el joven logró gritar pidiendo ayuda de nuevo a sus progenitores.

Desesperado, se volvió hacia el Oficial, quien lo observaba sin apenas inmutarse. Era una mujer joven de ojos morados que vestía una larga capa negra que recubría su cuerpo por completo y que ocultaba su cabeza bajo una capucha que portaba el ropaje. El maltrecho niño estiró una mano, tratando de llamar su atención, implorando su ayuda. Por única respuesta, ella se alejó de su lado y se metió en un habitáculo colocado en la pared del fondo de la habitación. La puerta se cerró con fuerza mientras notaba su vista emborronándose y como un creciente calor surgía de la parte más profunda de su cuerpo. El punto culminante del proceso de transformación se acercaba.

—Ya está a punto de suceder —escuchó decir a la Oficial—. Va a tardar menos que en otros jóvenes.

Su piel clara y lisa se oscureció. Una capa viscosa lo recubrió por completo en un abrir y cerrar de ojos y duras y relucientes escamas surgieron sobre esta solución, mientras el tejido tegumentario se abría para dejarlas pasar, dejando entrever la carne roja de su interior. La masa muscular de su cuerpo aumentó de forma anormal y su rostro se alargó un poco al tiempo que lo hacían también sus brazos y piernas. De la parte baja de su espalda, surgió una cola larga; De las manos, garras curvas y afiladas, y de la boca, dientes puntiagudos. En menos de un minuto, el joven Ragnor dio paso a un monstruoso reptil más alto que sus propios padres.

LA BESTIA - Mundo Inmortal #Spin OffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora