De vuelta al camino todo se hizo más lento, y allí estaba la gran mansión que por una desafortunada suerte se perdió. Los grandes muros le dieron la bienvenida a mi Volkswagen. Y ahí un guardia que reviso el pase a la fiesta que me habían dado. Al ir adelante la gran mansión colonial dio un saludo, y mi corazón dio un vuelco al saber lo que me esperaría. Me echo una última vista a mis ojos a ver si la pintura no se ha salido de lugar, pero todo está dentro de lo normal, que puedo esperar de mí. Saco primero los brownies para después buscar mi carrito para el pastel. Voy y todos saludan pero realmente no quiero hablar con nadie. Politiquería mayor mente, el alcalde, los consejeros, el juez de la ciudad todos aquí en el mismo lío un enjambre de avispas dispuestas a picar a todo aquel que se interponga entre ellos y el poder. Y he ahí la madre de las víboras Kate Craft, la madre de Wendy, ha hecho un buen trabajo manipulando y inculcándoselos a su hija, gracias a esos ''valores'' no se esmero en buscar la verdad acerca de Dalie. Su cabello corto y negro atenuando su palidez, pero es claro la muerte no tiene color. Y es más que obvio que ella es la parca en persona. Veo como se acerca a mí y el color de mis mejillas empieza a enrojecer. Con un tono hipócrita se dirige diciendo:
-Hola hermosa ¿Trajiste todo?-Me miró sonriendo, pero, sonrisa falsa. Ella lo sabe todo y me tortura tratándome así, como si nada hubiera sucedido como si ella fuera la bondad en persona, que no rompe ni un plato
-Sí, Kate. Espera, voy a buscar el pastel.- Le entrego los brownies, queriendo tirármele encima y borrar le esa sonrisa.
Quisiera tener más tiempo para buscar los documentos, poder investigar a fondo, pero ya estar aquí me ahoga. Sé donde podría encontrar los documentos ya que Dalie ya había hecho una búsqueda minuciosa, pero para no levantar sospechas debo ser cuidadosa. No quiero terminar como ella.
El auto está ahí esperándome, por fin puedo respirar. Saco el carrito plegable de la capota, lo dejo listo afuera. Entro en el auto para oxigenarme mejor, y recuesto mi cabeza en el volante. Recuerdo todo... Dalie apareció colgada a dos calles de aquí, diagonal al tribunal. Un simple simbolismo, y una burla más hacia nuestra familia. La escena era atroz, su cara estaba morada, y en su frente tenía tatuado con un puñal NO. Eso significaba que no, no iba a seguir buscando. No, la policía no actuaria, ni le daría importancia a tal crimen. No, nadie se interesaría por mi linda hermana y nunca la recordarían. Una lagrima sale de mi rostro pero no es tristeza, es rabia e impotencia, no poder hacer nada es el dolor más grande que se puede soportar y eso fulminó a mamá. Un viento frio recorre mi espalda, una voz desde la parte de atrás de mi auto me heló hasta los huesos:
-¡¿Por qué estás aquí?!- Descolocado me grita como si le debiera explicaciones y eso me carcome
-Solo estoy haciendo un trabajo, un trabajo- empiezo a titubear, no le tengo miedo. No tengo miedo. Miedo. Owen Paterson el hijo de Kate y el ex de Dalie. Su cabello negro cae en su frente, ojos rojos y enfurecidos me descontrolan. No es estable.
-Oh, está bien. No tardes en salir.-Dice con una amplia sonrisa y ojos grandes mirando relajado.
-Pues éste no es el paraíso precisamente, así que tenlo por hecho.-indico tratando de calmarme
-¡JA! Ya quisiera que fuera tuyo todo esto, ¿cierto pequeña Jace? Deseas lo que hace tiempo tuviste pero no obtendrás -Me agarra la cara, buscando mi atención y pasa su dedo por mi mejilla. Un grito ahogado me sale, temiendo por lo que pueda pasar y lo que he hecho parece asustarle pues ha pegado un brinco.-Una palabra de esto a alguien y no habrá un mañana para ti.
Con una rapidez inigualable, al nivel de Barry Allen agarro el pastel y lo coloco en el carrito, salgo de allí, casi corriendo. Entro en la sala principal y todo me da vueltas, mi corazón parece saltar del vestido. Y me encamino a la cocina. Thomas está sentado en una esquina leyendo un libro y eso de una forma inexplicable me saca una sonrisa. Melinda la hermana de Kate entra con un trago en la mano y me ofrece, eso llama la atención de Thomas que mira de reojo imposible de zafarse de su libro, devorando cada página. La medio hermana de Kate con un caminar burlesco se acerca
-Jacee, cariño debes probar esto, te hará relajar un poco.-Piña colada por el olor, me causa gracia su tono cantarín, es notable que el licor ya casi se ha apoderado de ella.
-Oh, gracias señora. Pero temo que tengo que irme papá está solo en casa y se preocupará si llego tarde.-intento excusarme, largarme lo más pronto de éste sitio es mi mayor sueño
-Ese viejo oso no se preocupara si te diviertes un poco querida- dice instando a beber un poco, le doy un sorbo pequeño y refresca mi garganta que hace unos 5min. Acaba de pasar un buen susto.
-Está bien, gracias Melinda- Es lo más sincero que he dicho esta noche, ella es diferente. Melinda no tiene la sangre fría, ella fue criada distinto que Kate, no con odio y codicia, si no con amor. Eso lo confirma el hecho de que Melinda fue criada en el campo lejos de las conductas de su hermana.
-Que lo disfrutes querida, por cierto los brownies estaban deli-ciosos. Debes traer postres más seguidos. Aquí entre nos a Kate le hace falta un poco de dulzura.-dijo casi partiéndose en risa
-Lo tendré en cuenta, pero es necesario que encarguen, para poder hacerlos
-¡¡Te llenare la agenda!!-Dijo saliendo rápido de la cocina
Esta inmensa cocina, da un aire a hogar. El olor a pan, los cocineros, si no supiera para quien trabajan lo haría sin dudarlo. Es acogedor.
-Te gusta, ¿Cierto?- dice Thomas mirando mi asombro
-Oh, claro, es impresionante.-digo pasando mi dedo por las paredes adoquinadas
-Es raro ver cómo te interesas por cosas así.- No sé si sentirme ofendida o alagada
-Me dices rara por ser amante a las cocinas antiguas-pongo los ojos en blanco pensando en las veces que me han dicho rara por ser fan de las batidoras
-Precisamente por eso- dijo guiñando un ojo. Su mirada era inocente, un contraste sin igual a su familia.
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Infiltrada
Mystery / ThrillerDalie Van Harth era una joven de veintiún años que fue asesinada un 13 de abril del 2004. La curiosidad mató al gato, en este caso fue a la pobre Dalie que no soportó un no por respuesta. Jace Van Harth busca justicia y las respuestas a todas las...