ORIRI.

Capítulo 1.- Uno contra uno.

Un cazador armado con un bastón de guerra enfrenta a un Perro de agua a metros de un gran rio profundo en un terreno arbolado.

El muchacho evade los ataques hechos con la cola garra. Las uñas afiladas como navajas cortan mineral como vegetal. La potencia del agarre destroza arboles como si fuesen de papel.

El perro negro de agua supera los tres metros de alto. La ventaja física le permite presionar al cazador contantemente. Le alcance en segundo. Además, cuenta con una piel repelente al agua y cuenta con la habilidad de erizarla como un puercoespín.

Los proyectiles similares a saetas puntiagudas rosan al muchacho. Algunos quedan encajados en los troncos, otros terminan lejos de la zona de combate.

Una púa negra es desviada por el bastón manipulada con maestría. El movimiento no disminuyo la velocidad, lo cual sería muy malo debido al poder destructivo de la cola garra.

-Así no puedo. Tengo que disminuir su velocidad o cortarle la cola para enfrentarlo cara a cara.

Huye del lugar actual. Corre directo a donde se encuentra una trampa paralizante colocada antes del combate.

La trampa se encuentra en un área más despejada. Reduce la distancia entre la bestia y él. Elude los ataques de la garra haciendo uso de experiencia acumulada durante meses sumado al análisis del monstruo. El cazador ha memorizado todos los ataques, intuye las reacciones subsecuentes.

El perro de agua pisa la trampa. No se dio cuenta de la misma pues tenía toda la atención en matar al cazador. Las descargas eléctricas de la trampa paralizan a la criatura de los ríos.

Los gritos de dolor se parecen a los gemidos de los bebes. Un sonido horrible.

- ¡Carajo!

El cazador aprieta los dientes. Suprime el sentimiento horrible incrementándose conforme la distancia se reduce.

La mentalidad imponente supera a los sentimientos. Ataca el lugar más vulnerable de la cola. Se precipita hacia la misma, usando el mecanismo de impulso en un extremo del batón y usando la herramienta como perdiga salta muy alto. Desciende con la navaja afilada por delante.

No es suficiente. El corte apenas alcanzo un cuarto de profundidad. Pone distancia antes de que el efecto paralizante se acabe.

La bestia enfurecida arremete con fuerza. A la vez que corre a por el cazador dispara púas a modo de metralleta, también suma los ataques con la cola.

-No pinches mames!!

Tras repeler las púas obligatorias se quedó parado el tiempo suficiente para ser atacado por la garra.

La garra avanzando a por él lo paraliza. Visualiza posibles futuros dolorosos, muy dolorosos. Supone que le ataque lo dejara con un cuarto de vida o menos. Bajo el estado furioso el perro negro continuara atacando. En caso de volver a ser impactado perderá una de las tres oportunidades.

Es apresado, apretado, impactado contra el suelo varias veces y por último lanzado por ahí. El muchacho rueda sin control hasta impacta contra un tronco en el rebota.

Debido a mecánicas del juego jamás podrá soltar el arma. Las bestias del rango 3 dan oportunidades de recuperación. Otro recurso en favor del cazador es la invulnerabilidad mientras permanezca acostado luego de sufrir daño. La duración depende de la situación.