Shapur Junun

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Mi nombre es Shapur Junun y llevo 3 días sin comer, hace frío y la humedad desarrollándose dentro de la caja de madera, en la que me encuentro cala los huesos. La oscuridad hace que confunda los sueños de la realidad, no sé cuándo estoy despierto o cuando estoy dormido, he desarrollado pequeñas rutinas para no perder el juicio y llevar el conteo de los días, cada vez que defeco en la esquina de la caja lo cuento como un día transcurrido. También recito en voz alta poemas del gran Faiz Ahmad Faiz, mi gran amigo y colega, se destacaba por escribir literatura en punjabi y era todo un personaje con las damas. Yo también era todo un personaje con las damas, ninguna podía resistirse ante mis encantos orientales, en especial cuando visitaba ciudades en América del sur. Disfrutaba de los viajes más que del sexo, me causaba gran placer conocer nuevos idiomas, nuevos rostros y conceptos de belleza variados, esto aumentaba mi bagaje literario y me inspiraba a escribir prodigiosas obras.

Ha habido una tormenta en el exterior del buque, porque me muevo en un buque carguero transcontinental, de esos gigantes metálicos que cortan el agua, el viento y el tiempo, no sé cuántos días tarde en llegar a puerto. El hombre al que le pague para ser polizón me dijo que no sería mucho, que me brindaría comida y agua cada cierto tiempo a través de las rendijas de la caja de madera y que sacaría los desechos fecales una vez cada dos días; me ha mentido y no he de protestar, no puedo protestar, soy un fugitivo, un desterrado, un asesino, jamás podre regresar a Pakistán, no veré de nuevo a mi familia ni desposare a la hermosa Atusa. Con suerte saldré vivo de este enredo magnánimo en el que me he inmiscuido. Hablaba solo entre la caja de madera, hablaba solo porque dejar de hablar sería dejar de existir, recordando un celebre poema de mi bueno amigo Ahmad Faiz:

Habla, porque tus labios que son libres

Habla, por tu lengua mientras sea tuya

Tu cuerpo terso aun es tuyo, así que

Habla mientras tengas vida.

Claramente la traducción del punjabi a otro idioma omite detalles y sentimientos, pero aún tengo vida y no dejaré de retorcerme en estas tablas asfixiantes. Hace dos días tuve un abrupto ataque de risa, tenía yo un gran trabajo en islamabad, una buen hogar y aspiraciones a formar familia. El recuerdo del incidente que me trajo hasta esta precaria situación es el que provoco tal repentino ataque de risa. Un sueño recurrente inicio a irrumpir de apoco en mi cordura, varias noches llevaba yo observando a la misma mujer posarse semidesnuda sobre mi subconsciente, era de labios carnosos, mirada penetrante y cejas pobladas, una diosa en mi corto entendimiento de lo divino. En los sueños ella me pedía sangre, me pedía salir de noche en busca de jóvenes a las cuales arrancar su vida, su alma, su fuerza. Si no lo hacia la Diosa perecería y jamas podría verla en de nuevo. No le di mucha importancia los primeros días, era solo un psicótico sueño por mi falta de descanso propicio, debía cubrir dos turnos seguidos en el hospital y eso dejaba mi cuerpo hecho jirones. Los sueños se detuvieron, aumentaron escalonadamente hasta el punto en que incluso en las siestas de media tarde veía yo a la Diosa. Mi vida se tornó agreste y gris, no quería explorar el mundo exterior y la luz lastimaba mis ojos, al preguntarle a la Diosa la razón de mis dolencias, esta afirmaba que se debía a no seguir su voluntad; así que maté. La víctima fue una joven mujer que yacía en una camilla a causa de muerte cerebral, la desconecte, no tenía esperanza alguna de recuperarse. La diosa se sintió satisfecha por un tiempo y sentí paz interior y gran poder. Una semana sin ensoñaciones solo propiciaron que el hambre de la Diosa arreciara, le comenté a mi buen amigo Faiz y el solo respondió. "ve y haz de tu sufrimiento poesía", así lo hice, fue en vano, pero lo intente. Perdía el juicio de a poco mientras los poemas reflejaban el derretimiento de mis certezas. Recuerdo uno en particular, recitaba así:

Me turba el deseo de la muerte de hacerme suyo,

Su asitente su monigote, su esclavo su verdugo,

La sangre virgen bulle de los gestos lucidos,

Grito de auxilio, bocanada de aire, dedo en la llaga.

Las vírgenes muerden a los perros

Y los perros amamantan a los curas,

Me arrastro en un balastro de locura,

Donde los ciegos son ángeles y los ángeles poetas,

Soy el arma de la Diosa, la espada lunar y su amante fiel.

Después de escribir ese poema, entré armando a un burdel y en el nombre de mi amada asesiné a 23 mujeres, jóvenes y viejas, hermosas y repugnantes, sin distinción alguna, las mate sin sevicia, sin sentir placer, pensando siempre en un bien mayor. Es por eso que me di a la fuga, llegué a karachi en un ajado bus y en el puerto me arroje a la mar en un buque carguero, me aceptaron como polizón sin solicitar papel alguno a cambio de mi rolex y todo lo que llevaba en los bolsillos, les comenté que debía llegar a Colombia, a cualquier puerto, que de ahí me las arreglaría para buscar a mis buenos amigos de aventuras que conocí en uno de varios viajes al Amazonas, eran de Cali y por su fortuna amplia no serían difíciles de encontrar. Es por eso que estoy en esta caja, 1940 se marchó junto a mi patria, no he vuelto a divisar a la Diosa en sueños. Me abandono con una condición que acepte sin rechistar: si algún día decidía engendrar descendencia mi primogénito debía llamarse Samuel.

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⏰ Last updated: May 22, 2017 ⏰

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Fan-fic doctor junun: Shapur JununWhere stories live. Discover now