Capítulo 2.

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Un lugar vacío y eterno, un lugar que no tiene color alguno o un ser habitando, ni siquiera existía un cielo, solo el sonido del viento chocando conmigo era tan relajante y repentino a la vez. Tanta calma hizo que varias preguntas se asomasen a mí, tales como ¿Me arrojaron al sub suelo a propósito? Si no es así ¿Por qué no han venido a buscarme? ¿Qué son estos monstruos y por qué están aquí? ¿Son de fiar? Tantas preguntas que apenas cuando pueda hablar sin dificultad, las diré preparada.

Lo único que recuerdo es ese laboratorio frio y siniestro, las únicas personas...o mejor dicho monstruos que he encontrado ha sido la tímida científica Alphys, el escalofriante doctor Gaster y el amable esqueleto Sans...por rara razón siento que es el único en el que puedo confiar.

Después de un tiempo perdida en mi mente, empecé a sentir un cosquilleo en mi ojo derecho, al revisarme estaba normal ni siquiera tenía puesto el parche. Pero luego de un rato esas cosquillas se fueron intensificando a tal punto que me estrese y tuve ganas de arrancarme la cara. Esas cosquillas pasaron a un dolor, unas punzadas insoportables que me incitó a arañarme la cara con el propósito que se acabara semejante cosa, pero no había solución, no paraba esta horrible sensación que me volvía loca, mi cuerpo empezó a agrietarse como si de un cristal se tratase y se fue rompiendo rápidamente. Mientras en aquel lugar solitario estaba en calma, yo estaba en un infierno dejando de sentir mis extremidades y solo ese irritable dolor en el ojo, poco a poco todo se volvió oscuro y abrí los ojos despertando de aquel terrible sueño.

Mi respiración era incontrolable, al igual que mis latidos, estaba atada a una cama y arriba de mi tenía una linterna gigante que me fastidiaba. El causante de mi dolor fue una máquina cuya portaba una pinza enorme que abría mi ojo derecho a la fuerza.

- ¡Ahgggg!- el grito que solté fue automático e hizo que Alphys entrara a la habitación con tapabocas y guantes de goma.

- ¿Q-Qué haces despierta?- preguntó nerviosa-, esto no está bien.

Empecé a moverme frenéticamente para romper lo que me ataba, eso provocó que el dolor de mi ojo empeorara.

- C-Cálmate, ¡Detente! Te va a doler más.- me advirtió. Pero no quería prestarle atención.

Conseguí romper lo que me detenía y me separe bruscamente de la pinza, eso provocó que saliera sangre de mi ojo derecho y me levanté rápido chocando con la mesa que tenía todos los elementos de cirugía que terminaron cayendo al piso. Me tiré a un rincón y cogí el cuchillo que se encontraba cerca, Alphys trató de acercarse pero yo hacia como si la fuera lastimar para que se alejara y lo conseguía.

- Tienes que tranquilizarte, sé que duele, pero estas en buenas manos.

Yo no quería que me dijera eso, ella no estaba pasando por lo mismo, necesito algo...necesito a alguien tal vez...necesito a Sans.

- Ssaa...- mi boca trato de pronunciar un nombre-, Saannnss...

La científica me miró confundida, hasta que después de un rato la capto.

- ¡Sans!- dijo orgullosa como si hubiera ganado un juego-, ¿Quieres que llame a Sans?

Asentí rápido.

- Bien ya vuelvo.- Alphys dejo los guantes y salió corriendo para sabe quien donde.

Cuando parpadeaba me dolía cada vez más, necesitaba en serio que parara, no soportaba más. Miré detenidamente el cuarto y también los implementos en el piso, entre ellos un espejo roto que al verme me di cuenta que ya ni siquiera tenía un ojo izquierdo, si no una cuenca solitaria.

Al ver eso solté un último grito lleno de desesperación, temor y sorpresa. Rayos Sans te necesito es ya. 

Sans POV (*grito fan girl ahq :v*)

El experimento 8-E. (G!Sans x Reader) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora