Wild Wind

Wild is The Wind

Nunca imaginé que un día de fiesta podría ser tan oscuro y solo.

Sentada aquí, viendo a Finnick y Annie bailando, sonriendo, besándose y tocándose me hace gritar por dentro.

Qué hicieron ellos para merecer todo ésto? Finnick se vendió y Annie se volvió loca. Hoy debería ser un día de fiesta, pero cada alma en éste lugar están ahuyentadas pprbla oscuridad del aire. El conocimiento que no funcionó en la lucha contra el capitolio. Todas esas muertes, el dolor y sufrimiento fue todo para nada.

Algunas veces pienso que los juegos fueron lo menos malvado. Dejar que Snow se lleve a los niños; dejar que él y el Capitolio los vea morir. Dejar que ganen y eliminar cualquier rastro de esperanza. Dejar que nosotros seamos piezas de sus destructivos juegos.

Los ciudadanos del 12 y 13 se toman de las manos, bailando y sonriendo.

Una temporal distracción para el mal que nos rodea.

Me doy cuenta que los ancianos están sentados viendo a los jóvenes bailar con ojos llorosos.

"Vamos a bailar Katniss" dice Prim con una hermosa sonrisa.

Niego con la cabeza, he bailado lo suficiente para toda mi vida.

Prim ve por detrás de mi con una mirada que no podría descifrar. Sigo su mirada y me encuentro a Peeta atravesando la puerta de entrada, cauteloso, con guardias a sus espaldas. La gente abre paso, sus ruidosos pasos resonando.

"Me alegra que pudiera venir" Dice Prim acariciando mi mano temblorosa.

Peeta rodea el salón con su mirada. Todos parecen estar viéndolo a él, no pueden ayudarlo, él fue el que nos salvó del bombardeo que hubo. Es un Vencedor.

Él puede mover a Panem con sus palabras. El que trató de matar a su Sinsajo.

Uno por uno lo dejan de mirar, temiendo ser sus próximas víctimas. La verdadera razón es el hecho e no dejar que la noche se arruine por su trágica presencia.

Veo que los guardias le dicen dónde sentarse. En la mesa junto a la mía. Rodea el salón con la mirada y derrepente cae en la mía. Mi mano tiembla en la de mi hermana, pero no aparto la mirada de la suya.

La música resuena, tocando hermosas melodías, que me recuerdan a esa noche en el Capitolio donde compartí mi primer baile con Peeta.

Con los pasos que Effie nos enseñó, lentos y soñadores. Cierro los ojos y recuerdo ese dulce momento, sus manos sosteniendo las mías, donde el confió en mi y yo en él.

Finnick y Annie van al centro de la pista, junto con unos cuantos otros.

Jóvenes y viejos salen a compartir un baile.

Nada más importa, no ésta noche.

Volteo a ver al salón y veo a Gale bailar con su madre Hazelle, lo ceo sonriendo, es feliz. No recuerdo la última vez que lo vi feliz.