Era un dia cualquiera en aquella ciudad o al menos para Debby. Una típica chica apunto de entrar a la universidad. Aunque en cierto modo estaba trastornada,. Nunca había superado la terrible y espontanea muerte de su padre y Hermano ella también estaba ahí en aquel vehiculo pero salio viva, un verdadero milagro. Su madre se había encerrado, después de la tragedia hizo como si nada pasara , como si nunca hubiese tenido un esposo y un hijo los cuales en algún momento habia apreciado.
-Baja rápido, Michael ya esta en la puerta-Grito la madre desde la parte inferior de la modesta y comoda casa.
-Decile que entre que me estoy terminando de calzar- Dijo la chica.
Michael no era precisamente un principe encantador pero se preocupaba de ella lo suficiente para tenerle un aprecio que en cierto punto sin preguntar se convirtió en un amor enfermizo o al menos asi era como lo calificaba la mejor amiga de la chica.
Su amiga era su confidente , su baúl de secretos, una bella chica llamada Emma que había venido desde Kansas a California por el empleo de su padre.
Las dos chicas se entendían perfectamente , las dos tenían la misma ambicion , ambas estaban agotadas de su rutina. Todos los días eran igual, todo el lugar era igual o almenos donde ellas vivian. No era que su ciudad era pequeña , estaba bien. Su único y principal problema eran los padres. Las personas mas controladoras y calculadores que conocían las chicas.
Como todos los días luego de un rato de hablar con su madre Michael entro a su recamara, la miro con su típica mirada y una sonrisa de lado . Se sento al lado de ella y le beso suavemente los labios , luego de eso salieron camino al parque. Se sentaron en la la misma y desgastada banca. Hicieron lo mismo que hacían cada vez que salían , se besaban hablaban y veian a las libres palomas volar. Despues de estar sentados se levantaban , ella tiraba su camiseta estampada hacia abajo y volvían a su casa.
Cada cita era exactamente igual a la anterior.
Entro en su casa y como siempre ahí estaba la típica nota pegada con el mismo iman en la heladera que anunciaba la ausencia de su madre por unos dias. Tomo el mismo viejo teléfono que estaba apoyado en una mesa auxiliar y puso sus dedos sobre el teléfono marcado el numero de Emma. Parecia que sus dedos bailaban una danza, una danza la cual había sido ensayada por años , una danza la cual podia hacerla sin la necesidad de abrir sus grandes ojos Verdes.
-Hola , ¿que ha pasado hoy amiga?- Dijo una de las voces mas conocidas por Debby-
-Nada , lo de siempre tu sabes- Dijo la chica enrollando el cable del teléfono en sus largos y finos dedos.-
-Estoy cansada , siempre es lo mismo , deberíamos de hacer algo interesante-Dijo gritándole en el oído a su amiga-
-¿Que se te ocurre? Es decir siempre decimos lo mismo pero nuca lo hacemos estamos atrapadas en esta maldita rutina –Dijo Debby dándose por vencida
- No esta todo perdido, Derek tiene una idea….-Dijo cortando el teléfono y dejando a Debby escuchando el usal sonido que aunciaba que la llamada habia llegado a su fin.
