Me corte

43 3 3
                                    

Todas las cicatrices tienen una historia, en mi caso son nombres
Cada una de ellas tiene un nombre asociado o una ocasión en la que más de uno participaron.
Nadie sabe de su existencia, ni siquiera los causantes de ellas, ni tampoco ningún ser querido, este daño es mío y yo me lo provocó, no he de provocar más dolor a aquellos a los que si aprecio.
La Mallorca de la gente al hablar de este tema suelen decir que lo hacen para llamar la atención, y si, quiero llamar la atención, para que alguien venga y me ayude, me de mimos y me diga que todo saldrá bien sin decir nada, eso es lo que yo necesito.
Mi brazo ahora tiene cicatrices que me acompañarán todo la vida y no sé si sus recuerdos verán buenos o malos, por qué aún no sé si esto a acabado o acaba de empezar, el sentimiento y La merecidas está ahí, siempre lo está e incluso en ovaciones esa idea se transforma en algo más, algo más haya de unos cortes, algo como el suicidio.
Algo en lo que pienso mucho, pero soy incapaz de cumplir, por miedo supongo, o simplemente pienso que aún que mi vida sea lo suficientemente mala como para que yo piense en eso, no debo, no puedo, causar ese tipo de dolor en las personas más cercanas a mí, no me lo permito, aún que, quién sabe, a lo mejor algún día caigo sin poder levantarme y rompo esa promesa.
Mi brazo ahora está decorado con unas pequeñas rallitas rasposas que me recuerdas día a día todo mi pasado y presente, siento la necesidad de ir gritándole a la gente las verdades y decirles las causas de todos, de mis llantos, mis cortes, mis caras tristes,.. todo. Pero a nadie le importa nada, la gente ahora mismo es muy egocéntrica y solo piensa en su propio bienestar, da igual que estés le estés causando depresión a una persona, si esa persona no es superior para ti tienes derecho a meterte con ella y humillarla de la manera más silenciosa, diciendo y haciendo cosas que la gente no entienden pero que a ti te duelen como si te acabarán de arrancar el corazón y provocado las lágrimas a base de puñetazos, es una sensación difícil de definir, pero incluso el hecho de decir que es fea en el momento inadecuado de tu vida, puede causar un dolor innecesario, y esto, es lo que me a estado pasando a mí, pequeños comentarios que a ojos de personas ajenas solo son, eso, comentarios inofensivos, pero para mí son como pequeñas olas, que me van ahogando poco a poco, siempre intenso salir de ellas, pero las olas cada vez son más fuertes y acabo en el fondo, sin sentir nada, como si estuviera vacía y lo único que notara sería el agua de mis lágrimas por la cara.
Pero también existe esa palabra que en la que nadie suele pensar cuando es testigo de esto: Ayuda.
La ayuda, una palabra con mucha fuerza para todo el mundo, pero un mundo paralelo para otros. La ayuda es esa supuesta fuerza que te aconseja en los momentos duro y te convence de que todo saldrá mejor y conseguirás seguir adelante, pero sin embargo no toda la ayuda es así, algunas te convencen de que nadie hace ningún comentario respecto a nada y que deberías dejar de pensar que el mundo va contra ti, pero me temo que si, que el mundo puede ir contra ti, no solo el mundo físico, si no también el mental, ese mundo que nadie conoce ya que cada uno es diferente, pero ese mundo no siempre está lleno de mensajes positivos, ese mundo se puede volver en tu contra haciéndote pensar en algo más haya de la vida, algo más haya de lo corriente, algo como la muerte o los cortes y ese mundo es tan grande que acaba acabando con tigo, y al final, yendo contra ti hasta derrumbarte.
Sería imposible contar con los dedos de ambas manos las cicatrices y nombres de mi brazo, son demasiadas incluso para contarlas.
La gente piensa que esas cicatrices no tienen ni nombres ni hechos, simplemente son pensamientos locos de una adolescente marginada, pero me temo que no, cada una de ellas tiene una historia y a cada cual peor y sus dueños recuerdan bien cada una, recuerdan los hechos, las palabras y personas que estuvieron en esos momentos, esas personas que no ayudaron, que solo miraron como otra le hacía la vida imposible a una pobre chica sin culpa de nada, sólo de pensar en el suicidio, algo que ni siquiera es malo.
Pero no solo eso, el hecho de pensar en el suicidio o hablar en alto de el causa ya un gran rechazo entre la gente, si no que también nos llaman cobardes, cobardes a quienes deciden acabar con su vida por qué otra persona a decidido que sea así, los cobardes son los demás, los que creen no estar haciendo nada pero hacen de todo, los que hablan de cosas además sin saber y acaban rompiendo poco a poco la pequeña coraza que nosotros mismos nos hemos tenido que crear para poder seguir adelante.
La vida es injusta en todo momento, cuando un pequeño rallo de sol aparece, la vida lo elimina quitando cualquier tipo de esperanza.
Y eso me está pasando a mí, mi esperanza se la ha llevado mi vida junto con mis sentimientos, y lo único a lo que me aferro es el tacto de las lagrimas en mi cara, el futuro es impensable sin poder vivir el presente y arrepintiéndote del pasado.
Mi presente, pasado y futuro serán hoy recordados por mi, muestras se me vallan cerrando los ojos y note el efecto adormilado de las pastillas en mi cuerpo, hoy, todos esos malos recuerdos estarán un día mas merodeando por mi cabeza, pero esta vez un pensamiento positivo aparecerá: ya no tendré que vivir más esto, a partir de aquí por fin ya no tendré que preocuparme de nada, sólo de hacer saber quienes son los culpables de todo esto.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 23, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Por qué yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora