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Tom veía televisión aburrido, cambiando todos los canales al no ver nada interesante.
Soltó un suspiro de aburrimiento. Se levantó del sillón y fue a la cocina a buscar algo de beber.
Abrió el refrigerador y divisó una lata de Cola. Sonrió recordando a su mejor amigo.
Cerró el mueble y abrió la lata escuchando ese típico sonido que siempre sale a causa del gas.

—¡Tom, acuérdate de limpiar tu habitación! —gritó su Madre desde la lavandería, a lo que el castaño claro respondió con un "Sí mamá".
Llevó la gaseosa a su boca, pero antes de poder tomar un poco, sintió como su celular vibrába.
Lo sacóde su bolsillo con su mano desocupada y entró a ver los mensajes.

Edd :P= Ayúdame [Mensaje envíado a las 12:05]

Tom temió lo peor, ya sabía que este día iba a venir, pero no estaba preparado.
La lata cayó al suelo derramándose.
El ojinegro tomó sus llaves, y salió corriendo a la casa del castaño.
Corría y no le importaba chocar con la gente, o empujar a alguien.
El ruido de la ciudad se fue difuminando en sus oídos, y empezó a recordar lo que había leído, una última nota.
Siguió corriendo sin importarle cuán lejos estaba la casa, ni cuánto le faltaba.

Al llegar a la casa del amante de la Cola, Tom se apoyó en sus rodillas y trató de regular su respiración. Pero no podía, tenía miedo, un miedo que paralizaba todo su cuerpo y no lo dejaba respirar.
Tocó la puerta desesperadamente, pero al ver que nadie le abría se dirigió por donde siempre entraba.
La ventana de la habitación del castaño siempre se encontraba abierta, ya que a Edd le gustaba sentir el aire entrar y salir.

Entró casi volando, y gracias a eso se dobló el pie. Pero no le importó, Edd era mucha más importante que su pie.
Cuando logró entrar recorrió la habitación con la mirada, y al no ver rastro de su mejor amigo se dirigió al baño, temiéndo lo que seguía.
La puerta estaba cerrada con llave, pero Tom sacó fuerzas y con el pie que no se había doblado, la trató de abrir.
Intentó esto muchas veces, casi en todas cayéndose por su mal equilibrio, ahora maldecía ser tan malo en gimnasia.
Cuando logró, por fin, abrirla, el aire se fue de sus pulmones al instante.
Empezó a caminar mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos, sus manos temblaban y todo el dolor físico se convirtió en un dolor punzante en el pecho.
Al llegar a la tina lloró por primera vez en su vida.
Su mejor amigo se encontraba en la tina, la cual estaba teñida de rojo, con su ropa favorita. Su rostro estaba pálido y frío, a pesar de que el agua era caliente.

En sus brazos habían dos profundas cortadas, teñidas de carmesí.
Tom se arrodilló al lado de la tina, sin importar que su ropa se mojara.
Tomó el frío rostro de su mejor amigo entre sus manos y sonrió con nostalgia.
Tomó el cuerpo de su amigo y lo arrastró fuera de la tina.
Se acomodó en el piso y puso el cuerpo de Edd acostado con el torso en sus piernas.
Y lo abrazó, llenándose de lágrimas.
Y gritó, gritó de dolor.
Porque todo esto era su culpa, Edd estaba muerto porque nunca lo pudo ayudar.

FIN

Friend, please • TomEddDonde viven las historias. Descúbrelo ahora