No sé cómo explicaros quién soy realmente.
Me llamo Poirot y se me conoce hasta el momento como el investigador de la muerte de la Señora Emily Inglethorp.
Trabajo desde hace unos días en el caso de Styles y actualmente el ambiente en esta casa va mejorando puesto que tanto el doctor Bauerstein como el médico Wilkins han certificado que la Señora Inglethorp ha sido envenenada con estricnina. Esta noticia no suena tranquilizadora para nadie y mucho menos para una familia que vivía de la herencia de esta, pero desde que Emily se casó con el Señor Inglethorp ya estaban preparados para lo peor.
Digo que el ambiente está más tranquilo ya que la muerte se considera resuelta, han pasado unos días para asimilar la situación y el viudo ya no se encuentra en la casa lo que es una alegría para todos los que habitan en ella.
Volviendo al principio, me llamaron para investigar este caso debido a que soy un viejo belga que en sus tiempos de joven se dedicaba a resolver todo tipo de misterios y la verdad es que no se me daba nada mal. Mi amigo Hastings fue el que contactó conmigo y en ese momento no me llegaba el aire de mi piso para asimilar que me habían cazado; cuando ya creí todo perdido mis pulmones volvieron a recibir oxígeno al oír que querían averiguar quién era el asesino de Emily y que necesitaban mi ayuda. Era la mejor manera que tenía para que nadie sospechase de mi.
En ese mismo instante nos dirigimos a Styles e hice todo tipo de acciones que dieran a pensar que en realidad quería resolver el caso. En primer lugar subimos a la habitación de la víctima para buscar algún rastro del asesino, en el suelo encontramos una taza con cacao y cogimos una muestra pero cuando la guardé supe muy bien que al llegar a casa tendría que cambiarla antes de mandarla a analizar o mi nombre aparecería como culpable.
Me alegro de tener un gran amigo como Hastings que tiene una muy buena visión global de todo pero en este caso en particular, debo decir que agradezco su ignorancia lo que me permitió hacer todo tipo de cambios que actuarían no a mi favor pero por lo menos no en mi contra.
En la habitación había una caja de un color violeta en el que la Señora Emily guardaba sus papeles más importante y en especial uno que escribió la tarde en la que murió en la que contaba nuestra discusión. La discusión era un de mis mayores miedos pues cualquiera nos hubiera escuchado por lo que decidí interrogar a Dorcas la sirvienta y ver que sabía. Esta contó todo lo sucedido y es de agradecer que dijera que la discusión fuera con un varón y que estaba casi segura de que fuera con el Señor Inglethorp, era normal que todos sospecharan del viudo y más al saber la declaración de Dorcas y en un principio pensé en echarle a él la culpa; al fin y al cabo todo encajaba.
En este preciso momento fue cuando mi amigo Hastings se interesó por investigar él también y tuve que andar con más cuidado. Me cansé de tener que andar con tanta precaución y curiosamente, cuando en una tarde me disponía a hablar con él apareció muerto de la misma manera que la Señora Inglethorp.
Como la familia Cavendish (hijastros de Emily) y yo nos llevábamos bien me pidieron que investigara también la muerte de Hastings.
En mis cuarenta años de profesión nunca me sentí tan estúpido investigando casos que en el fondo o no tan fondo sabía lo que pasara. El día siguiente de la muerte de Hastings pasee por la habitación en la que este se había muerto y como no tenía compañía alguna me limité a limpiar todo para que si la policía decidiera investigar no encontraran nada que me relacionara.
Mientras os estoy contando esto, me viene una sensación de tristeza no por ambas muertes sino por la muerte de mi amigo; hacía mucho tiempo que no le veía y ahora cuando intento recordarlo solo me imagino su muerte. Me gustaría volver atrás y apartarlo del caso de Ingletrhorp y tal vez así seguiría vivo pero no se puede reprochar el pasado o eso me intento decir.
En este momento todo me trae sin cuidado, el caso de Emily se ha cerrado como envenenamiento porque la policía no quiere perder más tiempo y en respecta a la muerte de Hastings haré un informe diciendo que este probó el cacao derramado en la habitación de la Señora Inglethorp para averiguar de qué se trataba y esa fue la causa de su muerte.
Ahora que estoy leyendo esto en alto me parece realmente absurdo lo que cuento pero pese a eso, la policía de Styles es tan ignorante que podría haberme ahorrado tiempo pensando en una buena excusa.
Cuando todo en mi vida empezaba a encaminarse, sentía que todos sabían lo que había hecho; cuando paseaba por la calle todos me miraban como Hastings me miró minutos antes de su muerte.
Durante un mes decidí no salir de casa para que todo se tranquilizara pero la radio y la televisión lo sabían, decían mi nombre y me culpaban. Duré así otro mes más y cuando ya no puede más es cuando decidí ponerme a escribir. Leí en el periódico local que escribir tranquilizaba a la gente y que la ayudaba a superar los problemas de una forma más razonable. Como me encontraba en un mal momento, ponerme a escribir no sería un fracaso más o por lo menos así lo pienso.
Nunca he sido un hombre de contar mi vida ya que mi trabajo se derivaba en saber la de los demás y ahora que lo pienso puede que al entregarme a todos mis casos no tuviera tiempo a saber quien soy y ahora que necesito saberlo no sé por dónde empezar.
No sé que me gusta hacer o mejor dicho que me gustaba porque aunque resolver crímenes me apasionaba, no dejaba de ser un trabajo y ahora lo único que puedo conocer es que me gusta escribir. Me gusta contar cosas sobre mí en este papel que espero que nadie lea.
En realidad no me importaría que nadie lo leyese pero me daría vergüenza que la gente que leyese esto supiera que soy un asesino.
Me intento convencer de que no lo soy pero cuanto más lo pienso menos seguro estoy de mí mismo y... sí soy un asesino y no de esos que se arrepienten y lo sienten mucho y todo eso sino un asesino que es capaz de matar a una señora que le dio hogar y a un buen amigo.
Antes de que penséis todo lo peor sobre mí me gustaría explicarme y la verdad es que sobre la Señora Emily no tengo ese remordimiento que siento como al pensar en Hastings. El día de la muerte de la muerte de Emily fue el día en el que me dí cuenta de que no quería ser siervo de nadie y así se lo fui comunicar.
Todo esto en verdad empezó hace aproximadamente veinte años cuando la Señora Emily me acogió en su casa cuando yo era un mísero belga sin nada que hacer. Viví con ella mucho tiempo hasta que al encontrar trabajo me pude permitir vivir en una casa propia y no depender de nadie; el problema era que Emily me mantuvo durante bastante tiempo y le debía una por lo que me tomó como siervo o algo por el estilo ya que siempre me llamaba para sus absurdos recados hasta que me cansé. Ese día, el día en el que decidí decirle que no quería seguir siendo un sirviente discutimos y llegamos al punto de que le dije que la iba a matar. Cuando lo dije no pensé ni por un segundo en hacerlo pero cuando me disponía a salir vi que yo a ella no le importaba nada y en ese momento me dije:-¿Por qué no?- Así que como yo sabía que escribió lo sucedido esa tarde tuve tiempo para pensar que podía hacer. Por la noche entré a su habitación por una de las tres puertas y cerré las otras. Le puse un cacao con estricnina en la mesilla y como de costumbre al medio de la noche habituaba tomárselo era el plan perfecto. Hice todo como quise hasta la mañana siguiente, al ver a mi amigo en mi puerta me esperé lo peor y aunque en ese mismo instante no sucediera lo peor fue que mi gran amigo se fuera.
Hastings, amigo, no quería hacerte lo que te he hecho pero si descubrieras que yo maté a Emily no me puedo ni imaginar lo que harías. Siento mucho tu muerte y pese a eso, sé que en el fondo lo sabías. No puedo olvidar esos ojos con los que me miraste mientras me decías que rico estaba el cacao. No recuerdo situación más dolorosa que esa por lo que sí, soy Poirot y realmente soy un asesino. Lo soy.
No quiero vivir pensando en que lo soy y por eso me voy a tomar una deliciosa taza de cacao con el ingrediente sorpresa y espero olvidarme de ti Hastings, de ti Emily y de que soy un mísero y cobarde asesino.
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El desconocido Poirot
FanfictionFanfiction sobre la novela de Agatha Christie "El misterioso caso de Styles"