Capítulo 1| La novedad que cambió mi vida.

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La lectura siempre me ha gustado. Toda mi vida he defendido a los libros; prefiero pasar días sin comer y comprarme algunas historias.
Mis padres no están de acuerdo con ello. Dicen que es una pérdida de tiempo, que lo único que hace es llenarnos de pensamientos felices; que la vida no es como esos cuentos de hadas.
Nunca me ha importado mucho lo que piensen, porque a mí me encanta lo que hago.
Lo único que hay que saber es que debemos ser nosotros mismos, sin que nos interesen los otros pensamientos. Yo siempre he defendido esa idea. Entendía que yo soy yo y que nadie más puede cambiarlo.
Desde pequeña me he anotado en todos los concursos de lectura, deletreo y redacción que podía. Hasta que, un día...
- ¡Lara! ¡Lara! ¿Estás ahí? - Gritó mi mamá. - Otra vez leyendo, a ver si te pones a hacer algo útil en vez de esa pavada.
- ¡Pero si no tiene nada de malo!
- Sí tiene. Tienes otros deberes y veo que no has hecho ninguno.
- ¿Qué parte no entiendes de que amo leer?
- Yo sé. Por eso te anoté en un concurso nacional de lectura.
- ¡¿Quéee?! - Grité con emoción mientras soltaba lágrimas de alegría.
- El profesor Robert dice que tienes un don para ello. Ha mandado varios datos sobre tí.
- ¡Graciaaaaaaaas!
No me alcanzan las palabras para describir mi felicidad en ese momento. ¿Una competencia donde realizaba lo que más amo en la vida? No podía aguantarme y quería contarle a mi amiga.
Fui a su casa y toqué la puerta. Me atendió su madre; pregunté por Sofía y resultó que no estaba.
Debía liberar todo lo que tengo guardado, no podía seguir aguantándome las ganas. Ese sentimiento que florece y que permite elevar mi ego aparecía en mi interior. Lo único que deseaba es que todos lo supieran para que se mueran de la envidia.

Leer por y para siempre. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora