Prólogo

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Era 15 de septiembre, acababa de levantarme, por desgracia iba a comenzar el nuevo curso escolar. Y digo "por desgracia" porque este año, al igual que a lo largo de casi toda mi vida, he estado trasladándome de ciudad cada año, ya que a mis padres les cambian el destino donde trabajan muy a menudo.
Por culpa de eso nunca he tenido amigos, aunque claro, en el fondo también es culpa de esa gente a la que se supone que debo llamar "compañeros de clase", ya que, como siempre he sido uno de esos alumnos callados y empollones, acabo siendo el marginado del grupo.
Este año espero que sea distinto. He pensado en fingir durante el primer mes que soy uno de ellos, uno de los chicos populares (ya que aquí no me conoce nadie, tendré que aprovechar) quizás las clases de teatro a las que me obligan a asistir desde que tenía uso de razón puedan ayudar.
He olvidado presentarme, mi nombre es Íker y tengo 17 años. En esos años he recorrido media España. Este año a mis padres los han destinado a Barcelona, y bueno, ahora me dispongo a salir de mi nuevo piso de alquiler hasta el instituto.
Comienza mi época de sufrimiento.

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Nada es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora