Coeur de l'hiver, l'amour du printemps

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Dicen por ahí que el amor no significa dar tu corazón completo a la persona que amas, porque en realidad jamás has tenido un corazón completo sino que cada quien tiene la mitad de un corazón que debe complementarse con la mitad de la persona que amas, para que así se forme un corazón que lata gracias al amor que hay entre la pareja.

Se sabe qué hace muchos años, cuando Corea aún era un solo reino unificado, fue gobernado por varias dinastías, entre ellas la liderada por la familia Wu, esta dinastía fue muy especial, ya que en aquella época sólo se le permitía gobernar a los nativos del reino coreano; sin embargo el entonces príncipe Wu Yi Fan era descendiente de una respetable familia noble de China que gracias a su gallardía logró ganarse un lugar dentro de la corte del rey Oh Min Sung, sellando el pacto familiar al casarse con la hija del rey con la única condición de adoptar el apellido de su esposa. Años después a la muerte del rey Min Sung, Yi Fan ascendió al trono convirtiéndose en rey de Corea.

El nuevo rey, tenía un hijo, el príncipe Oh Sehun, que desde pequeño no se caracterizó por ser un niño alegre; si bien físicamente era muy similar a su difunto abuelo, su manera de ser no era ni la sombra de la del antiguo rey, que era recordado como un hombre alegre y muy cariñoso con su familia. El príncipe era extremadamente reservado, silencioso y algunas veces cruel, notándose que sólo aparecía en los eventos públicos al ser obligado por sus padres diciéndole que él era el futuro rey y el reino debía conocer a su futuro gobernante.

Dueño de una belleza extraordinaria, digna de alguien de su clase. Alto, de piel blanca como la porcelana, músculos trabajados debido al entrenamiento que recibía, piernas largas, torso ancho y espalda en forma de V, aunado a una mirada que haría derretir a cualquiera eran características que lo hacían irresistible a cualquiera que lo mirara. Sin embargo, su corazón era tan frío como un tempano de hielo, cualidad que lo hacía un gran guerrero pero un mal ser humano.

Al cumplir los 16 años, se armó un gran revuelo en el reino pues la madre del príncipe había mando emisarios a todos los rincones del territorio que gobernaban, para que las familias de cada localidad presentaran sus hijas, que cumplieran con los requisitos de la reina: Tener la misma edad del príncipe, haber crecido dentro de una familia respetable sin importar su posición social, ser obediente y humilde. Todo esto para que se eligiera a la esposa del príncipe, que ya se encontraba en edad de casarse, según palabras del rey. Si bien decenas de jovencitas llegaron con la esperanza de convertirse en la nueva princesa, el número de candidatas se fue reduciendo conforme recibían el visto bueno o malo de la reina, y después fue el rey quien eligió a las candidatas finales, escogiendo sólo a las más bellas. Sin embargo mientras todo esto sucedía el príncipe fue enviado a China con la familia de su padre para continuar su entrenamiento militar, y su regreso se programó para el mismo día en que se realizaría la fiesta de presentación de las candidatas.

Apenas había puesto un pie dentro del palacio, el príncipe fue llevado a sus aposentos para que se vistiera para la ocasión, pero ese no tenía la menor idea de lo que sucedía en su hogar, sintiéndose demasiado extrañado al ver la rica decoración en los patios del palacio que podían observarse desde su habitación.

-Alteza, la reina demanda su presencia en el salón real-dijo un sirviente con la cabeza baja, sin mirar al príncipe, tal y como lo marcaba el código del palacio.

-Levanta la cabeza Jongdae- ordenó el príncipe con voz tajante-bien sabes que odio el maldito código del palacio

-Está bien alteza-levantó la cabeza obedeciendo la orden del joven- ¿Desea algo más alteza?

-se giró mirando al pequeño hombre que lo miraba curioso-Sabes que eres el único de mi confianza en este maldito lugar, necesito que me digas que rayos sucede con toda esa tonta decoración, y no me salgas con que es por mi regreso porque mi madre bien sabe cuánto odio las fiestas y toda esa parafernalia

Coeur de l'hiver, l'amour du printempsWhere stories live. Discover now