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El timbre que indicaba el fin de la jornada escolar sonó.

Lucille miró su reloj de muñeca, (aún con residuos de lágrimas que había derramado anteriormente de sus ojos) el cual marcaba las 13:40 de la tarde. Al salir de la clase, bajó las escaleras y vio a Peter hablando con una chica, la cual estaba de espaldas.

—¿Ya estás haciendo nueva novia, Peter? -dijo mirando con un aire de alegría a Peter.

La mujer con la cual estaba hablando Peter se dio vuelta, dejando ver su arrugada y desgastada cara.

—¡Hola, Lucille! -dijo la madre de Peter, con una sonrisa de punta a punta bastante sarcástica.

—H-h...¡hola, señora Hale! -dijo tartamudeando Lu debido a la vergüenza que le provocó esa situación- C...creo que d-debo irme... ¡y-ya es tarde! ¡Sí, muy tarde! -exclamó mientras observaba su reloj fingiendo estar apurada- ¡Adiós, señora Hale!

Mientras Lu se retiraba lentamente de la escena del crimen, o, más bien, de la vergüenza ajena, vio como el tarado de Peter intentaba ahogar sus risas, a lo que Lu respondió con una fulminante peineta mientras pronunciaba con los labios: "Me las pagarás".

Al llegar a su hogar, Lucille entró con un aire de confianza que no sabía de dónde había salido.

—¡Má! ¡Ya llegué! -gritó la muchacha sin recibir respuesta alguna.

Al fijarse mejor en la antiquísima mesa de mármol, vio una nota que aparentemente estaba escrita por su madre.

 "No me esperes para almorzar, fui al trabajo de nuevo. Me avisaron de algo importante".

—Está bien... al menos podré comer más.

Luego de almorzar, Lu fue a su habitación, en donde se abalanzó sobre su ya vieja cama.

—Oye camita... tengo tantas ganas de probarte, te ves maravillosa hoy... -dijo mientras miraba deseosa la almohada- Pero no, los quehaceres me esperan. Soy una mujer de bien.

Lucille se levantó y luego se dirigió a su escritorio, en donde se encontraba su máquina de escribir. Agarró una hoja y la insertó en la ranura para luego apretar las teclas y escribir.

"Querida máquina de escribir:

Hoy la imbécil de Rose me empujó, me hizo caer y luego lloré de la rabia. Debo admitir que estaba muy enojada... pero luego Peter apareció e hizo sentirme muchísimo mejor. Una razón más para amar a Peter maldito Hale. Un punto a favor tuya, Peter. Bien jugado".

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