Las cosas de palacio van despacio.

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El título de este diario tiene gracia. Al menos para mí. No ha parado de decirmelo la psicóloga. ¿Es necesario? No lo sé. ¿Es agobiante? Mucho. 

Este diario es obligatorio y es tan molesto como las lecturas obligatorias del instituto. ¿Qué tengo que poner aquí? ¿Todos mis pensamientos? No es por infravolarme pero la mayoría de ellos caben en media página y la minoría son demasiado personales. Supongo que hay que comenzar por ese estúpido principio que usamos todos al comenzar un diario, una breve presentación que no al fin y al cabo no dice más de nosotros que nuestra página de perfil de las redes sociales.

Hola diario, me llamo Emma, un nombre raro para ser española, lo sé. Tengo 18 años, pero no lo parece. Como aquí dentro móbiles pocos te describiré como soy físicamente desde mi punto de vista. Soy alta, mido casi 1,73 cm. Soy pelirroja de pelo lacio, aunque ahora está muy estropeado. Mmm, tengo los ojos marrones, contra todo pronóstico toda mi familia tiene unos preciosos verdes, y no es que no me gusten los ojos marrones, pero es raro. Tengo la piel clara, y llena de pecas, normalmente es de un color lechoso con un brillo muy bonito, me encanta mi piel clara, aunque en verano me hace ser enteramente roja. Ahora mi piel está muy ... ¿Gastada es la palabra? No soy especialmente guapa, ni especialmente fea. Me sobran unos cuantos kilos, no voy a mentir. Y mis uñas son más horribles que las pezuñas de un cerdo, pero bueno, ¿Qué se le va a hacer? 

"Eres pelirroja, te llamas Emma ¿Tienes algún antepasado Escocés o guiri ?" Puede ser, si es así, no lo sé. Me llamo Emma porque al nacer mi madre decidió que iba a ser la primera de mi familia con un nombre extranjero, así aprovechaba el tirón que tiene ser pelirroja y parecer extranjera. Sí, mamá, lo que tú digas. Mi madre, Carmen, es una loca de conseguir ser "alguien" en la vida, y con "alguien" se refiere a alguien mediático. Con 5 años iba más a castings que a clase, y me cogieron para muchos anuncios... Supongo que es una de esas mujeres que viven a través de sus hijas. Ella no es mala, solo es su obsesión. Convertir a su hija en una estrella, y visto desde este punto de vista , no es tan raro que haya salido como he salido. Aunque por supuesto no es culpa de mi madre, aunque ella sí se siente algo culpable. Mi padre tiene que recordarle continuamente que no lo es, pobre mi padre. Se llama Carlos, y es un pelirrojo muy atractivo, si se me permite publicitarle. Mi padre es un encanto, aunque él también tiene su obsesión, mmi aprendizaje. Y no hablo de notas buenas, hablo de aprender. Él quiere que lo entienda, que sepa usarlo, no ser una cabeza hueca. Algunas veces hasta creo que me usa como trastero de lo que a él ya no le cabe en la cabeza de tanto contenido. 

Soy hija única, pero eso no quiere decir que no tenga hermanos mayores. Bueno, supongo que obviamente quiere decir que no tengo hermanos. Pero mi familia es una familia española de las de toda la vida, donde primos se quieren como hermanos, tíos se quieren como hermanos, y hermanos se odian como enemigos.

La verdad es que visto desde esta página tengo una familia realmente genial. Pero bueno, cuando ves las cosas desde una introducción escrita por mí, quizá solo veas lo que yo quiero que veas. Me duele algo la espalda de escribir. Esta semana tengo más privilegios y la verdad es que no son tan necesarios. Quiero curarme, por ello estoy aquí. Pero no entiendo como nadie prentende que te cures con estas paredes grises con descolchones por aquí y allá, con estas camas que son correctas pero no las harías tu cama, y sobre todo con esas estúpidas vistas a un campo. ¿QUIÉN QUIERE VER UN CAMPO POR EL QUE PASA UN PASTOR CON OVEJAS CAGANDO CONSTANTEMENTE? Yo no.  

Un privilegio nuevo es que tengo reloj en la habitación. ¿Quién diría que eso es un privilegio? Pues esta gente sí. Y acabo de mirarlo sin querer, no quiero ver la hora. No necesito saber que cada minuto es uno menos del día cuando aquí es siempre lo mismo. ¿Qué más da si mañana no tengo clase? ¿Qué más da si para comer me avisan? ¿Qué más da si no soy capaz de pensar en que llega la hora de comer y no ponerme nerviosa? "Las cosas de palacio van despacio." Me dice la psicóloga una y otra vez. Antes no he explicado porqué tiene gracia esta frase, la tiene porque soy una princesa. No una princesa Disney, ni mucho menos una princesa de un país. Soy anoréxica y bulímica.  Y así nos denominan en ciertos lugares de internet, algunas  incluso se lo llaman así mismas. Yo no quiero ser una princesa, yo sé que nací para ser una reina. 

Hora de comer. La verdad es que tengo algo de hambre, quizá esto sea un buen comienzo... 

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⏰ Última actualización: Mar 12, 2014 ⏰

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