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Entre a su casa, estaba en la ducha, se oía el sonido del agua cayendo, topándose con su cuerpo, recorriendo su pálida piel, cerró la llave del agua, se envolvió en una toalla blanca y salió del baño dirigiéndose a su habitación, ahí estaba yo, rápidamente cubrí su boca con mi mano y le ordené que no gritara, amarre sus manos y pies a la cama, podía sentir el miedo que le estaba provocando, esto solo me excitaba más, la miré, piel pálida, suave al tacto, figura esbelta, cabello largo y blanco, labios rojos y carnosos, un ojo rojo, otro azul, espectacular! sublime! maravilloso y perfecto!

Aprecié por unos segundos su mirada de terror, me fascinaba, me relamí los labios y pase las yemas de mis dedos por su delicado y suave cuerpo, su cara, su cuello, sus brazos, sus pechos, su abdomen, su cadera,, sus muslos, sus piernas, todo, acto seguido me dirigí a sus labios, los lamí y succioné, ella se rehusaba, intentando zafarse, me reí, la besé introduciendo mi lengua en su boca, mordí sus labios y se los arranqué y me los comí, delicioso, ella soltó un grito de dolor, era hermoso, quería hacerla gritar más, bajé hasta sus pechos, los chupé y succioné, con mi cuchillo preferido  hice pequeños cortes en ellos, ella solo gemía de dolor, era tan excitante, los corté, los comí, realmente lo estaba disfrutando.

Me encontraba cortando  no tan profundamente su cuerpo, sus brazos, su cara, su abdomen y sus piernas, miraba embelesado como la sangre de un intenso  tono carmesí se deslizaba por su bella piel, gritaba, gemía de dolor, tan indefensa y lastimada, se veía esplendida y aun así conservaba su hermosura, era simplemente perfecto.

La chica lloraba, pues el dolor era intenso, sequé sus lagrimas y susurre en su oído, no llores pequeña mariposa solo disfruta, mordí su oreja y de esta salió sangre, acto seguido fui hacia su vagina , acariciándola, me acerqué a su entrada y metí mi cuchillo, lo metía y lo sacaba, simulando embestidas, cada ves mas rápido y profundo, destrozando su interior, los gritos que soltaba eran desgarradores, plañideros, llenos de terror y dolor, música para mis oídos.

Me acerqué hasta su rostro, mirándolo, cautivado por sus profundos ojos bicolor llenos de sufrimiento, clave mis uñas en ellos y los extraje de sus cuencas, otro grito se escucho, me lleve el ojo azulado a los labios, lo introduje en mi boca y pop, explotó llenándola de exquisitos sabores, lo mismo sucedió con el rojo.


Créeme me gustaría jugar mas tiempo contigo gatita pero tengo a mas victimas esperándome, dije haciendo un puchero, tomándola del cuello, atravesando con mi dedo pulgar su yugular, se desangró, la miré, tal ves tome un descanso, dije tomando el inerte cuerpo de la chica, lo corte por la mitad, lo abracé,  sintiendo sus órganos, quedándome dormido.


Eso fue lo que paso, ahora, me dirijo con mi siguiente victima...

Te veré pronto, saludos.

Carta de un asesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora