Caras de Angeles

Malas Amistades

Tire mi cigarrillo & lo pise. Tome el camino de la avenida 3, directo con la escoria de la ciudad; Pandilleros, drogadictos, ex convictos, narcotraficantes, asesinos & rateros, mis malas amistades. Pase por el basurero donde los rateros se esconden para asaltar a gente, me conocen desde niño, con ellos me crié. Camine junto a los vagabundos de las esquinas

-¿Que tal José?

José, un vagabundo ya muy anciano me sonrió. Le deje en las manos unas monedas, el movió la cabeza agradeciendo. Por la cera había casas rodantes, o simplemente casas comunes con un aspecto descuidado. En una de las esquinas, la pandilla de Raham.

-¿Que pasa Dante?- Dijo sonriendo Raham

-Solo pasaba-

Uno de sus secuaces me miro & le murmuro a Raham en el oído

-Oye! Es cierto Dante, Quería preguntarte algo ¿Tu padre volvió a la cárcel?

-Ya lo conoces Ram, Se comporta como un adolescente aun-

-La vida no siempre es joven Dan, Pero la muerte si, hay que disfrutar cada segundo-

Sonreí, era lo mas inteligente que Raham haya podido decir de su sucia boca.

-¿Que hay de nuevo por el barrio?-

-La pandilla planea un robo, asaltaremos una pequeña tienda, ¿Conoces el Buy & Buy?-

-Por supuesto, ¿Por que ahí?

-Tienen los mejores cigarrillos de la avenida 3-

-Eso suena bien

-Deberías venir, ¿Te atreves?-

Sabia que estaba mal, pero no sentía necesidad de quedar bien con la sociedad, mucho menos con la autoridad. Si mi padre lo hacia, ¿Por que yo no?

-Ahí estaré-

Le guiñe un ojo a Raham, el se sorprendió de que tomara tan mala decisión. Ya que importaba no había que perder, solo ganar una cajetilla de cigarros de buena calidad o un arresto seguro. Salí de el grupo de Raham. Me senté al lado de la casa rodante con un jardín totalmente destruido. Me quede pensando, Cuando mi padre me dijo

-Dante, ¿Ves esto? Este es nuestro mundo, Tu mundo-

Eso sonaba a una condena & parecía ser lo, por que vivir en la escoria de la ciudad, no parecía un buen futuro, Mi padre me había condenado a vivir una vida vacía, Pero yo iba a escapar.

Volví a casa al anochecer, Mi madre ya había despertado pero aun parecía ebria, no recuerdo el día en que estuvo completamente sobria. Estaba preparado para mañana, mi primer robo.

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