Green eyes.

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Honey you should know, 

That I could never go on 

Without you, 

Green eyes...

Green eyes.

Eran esos ojos verdes llenos de lágrimas lo único que lograba quebrarlo. Louis se consideraba un hombre fuerte, sin miedo a nada, la clase de persona que protege a todos de todo. Pero cuando se trataba de Harry, él simplemente no podía contenerse. Harry era la roca sobre la que estaba parado, lo que lo hacía fuerte y una mejor persona. Lo conocía desde siempre, Louis siempre había tenido esa teoría de que había sido el destino de que sus madres se conocieran en la sala de espera del médico, ya que estaba predestinado de que ellos fueran mejores amigos por siempre y para siempre. Harry era dos años menor que él, pero se notaba muchísimo más ya que Harry solía actuar menor de lo que era y Louis le gustaba aparentar que era mayor. Con ocho años Louis creía que era infantil e inmaduro seguir jugando a esos juegos de niños que a Harry le encantaban, pero sin embargo los jugaba por el pequeño niño, que lo miraba con sus grandes y brillantes ojos verdes suplicando, y Louis no se podía resistir. Cuando Louis tenía dieciséis a veces Harry lograba ponerle los nervios de punta, ya que el chico era demasiado infantil para que Louis lograra soportarlo, pero luego recordaba quién era, y lo entendía y se seguía riendo de esa horrible broma que Harry no se cansaba de contar. Y cuando Harry se tiraba sobre él y lo aplastaba con todo su peso solamente se reía y lo envolvía con sus brazos, porque era Harry. Y Cuando Harry saltaba sobre él envolviendo su cintura con sus largas y delgadas piernas Louis lo abrazaba fuertemente y dejaba que el chico riera en su oído, porque era Harry y no había forma de que eso le molestara. Louis tendía a ser muy maduro para su edad, no le gustaban las fiestas ni el ruido, pensaba que había cosas mucho más importantes en su vida cómo para desperdiciar todo ese tiempo emborrachándose en algún lugar. A Harry tampoco le gustaban esas cosas, pero mientras que Louis se quedaba en su casa leyendo un libro o estudiando para la universidad, Harry se podía quedar despierto toda la noche mirando películas y comiendo golosinas, si no era que se aparecía en el departamento de Louis a las tres de la mañana para acostarse con él y abrazarlo por el resto de la noche, y cuando eso pasaba a la mañana siguiente Louis sabía que Harry estaba allí por el olor a flores que había en sus sábanas y por el aroma a tostadas y café que venía de la cocina. Y Louis se levantaba con una sonrisa en su rostro y bajaba la escalera para encontrarse con Harry sentado en sofá con una gran taza de café con demasiada leche para el gusto de Louis, quién se servía café negro en una taza y se sentaba a su lado, mientras el chico apoyaba sus risos color chocolate en su hombro, sin despegar sus brillantes ojos del televisor, dónde pasaban alguna película o simplemente las noticias.                                                                                                                                     Era bastante sorprendente para todos cuando Harry aparecía, ya que los duros rasgos de Louis se relajaban completamente mientras que sonreía y envolvía al chico con sus brazos, y luego volvía a ser el mismo Louis de siempre, serio, duro y algo antipático. Era grandioso como sólo escuchar la risa de Harry podía alegrarle todo el día, y el chico ni siquiera lo intentaba.

Cuando Louis terminó su último año en la universidad Harry lo estaba esperando allí, con su auto y sus brillantes ojos jade, mientras que saltaba sobre él y lo abrazaba tan fuertemente que lo había dejado sin aire. Lo había tomado del rostro y había posado sus labios contra los del chico por unos segundos, y luego lo había vuelto a abrazar. Ninguno de los dos había dicho nada al respecto, ni en ese día ni en los que vinieron. Pero Louis no pudo olvidarlo, y, más de una vez, se había encontrado repitiendo esa escena una y otra vez en su mente hasta caer dormido. Cuando Louis consiguió trabajo y su auto se había averiado Harry lo recogía todos los día y cenaba con él en su departamento, y más de una vez se había quedado a dormir allí ya que era demasiado tarde o Louis simplemente no quería dormir solo. Se había acostumbrado tanto a sentir el cuerpo de Harry rodear el suyo en las frías noches que ya no podía soportar el vacío a su lado, quería tener al chico allí para abrazarlo y besar sus hombros y nunca jamás dejarlo ir. A Harry no lo molestaba, por supuesto que no, había estado enamorado de Louis desde que podía recordar, incluso se recordaba a sí mismo a la edad de ocho años pensando que Louis era la persona más hermosa sobre la faz de la tierra. Harry amaba abrazar a Louis y la forma que el pequeño chico cabía perfectamente entre sus brazos. La forma en sus cuerpos encajaban perfectamente, la forma en sus manos parecían echas para sostenerse. Louis era completamente perfecto ante los ojos de Harry y jamás podría decir que no cuando el chico se rascaba la nuca con nerviosismo mientras le preguntaba si se quería quedar esa noche. Harry no podía evitar sonreír cuando se despertaba por los besos de Louis en sus hombros y espalda, y cuando se daba vuelta para mirarlo y Louis le sonreía con su cabello despeinado y sus brillantes ojos azules entrecerrados.                     Harry jamás había salido con nadie, no porque no tuviera oportunidad, ya que la mayoría de las chicas e incluso mujeres adultas tenían un ojo puesto en él, pero Harry no quería. No quería estar con otra persona que no fuera Louis, y salir con otra persona no sería engañarse a sí mismo sino a la otra persona también, ya que jamás la querría. Había pasado por sus años en los que estaba enojado con el mundo y salía todas las noches a emborracharse y acostarse con cualquier persona que se le pusiera enfrente, ya que si Louis no lo quería a él le importaba una mierda. Pero luego había vuelto a las cuatro de la mañana con los ojos rojos de tanto llorar a la puerta del departamento de Louis, quién lo había abrazado mientras acariciaba su cabello y espalda, para luego besarle la frente y los párpados y limpiar sus lágrimas. Louis jamás había podido ser fuerte ante la imagen de Harry llorando, incluso imaginarlo hacía que su corazón se ablandara, y, aunque en ese momento estaban peleados ya que Louis no estaba para nada de acuerdo con la vida que estaba llevando Harry, no pudo dejarlo en su puerta y mucho menos seguir enojado cuando el chico estaba abrazado a él pidiéndole perdón mientras que sus lágrimas mojaban su pijama. Al otro día, Hannah, la novia de Louis desde hacía tres años y que vivía con él, se sorprendió al levantarse a las seis de la mañana para ir a trabajar y encontrarse con que Louis no estaba durmiendo a su lado, sino en el sofá abrazando a Harry. Hannah le había planteado muchas cosas a Louis sobre Harry cuando Louis la había acompañado al trabajo y una de sus compañeras le había preguntado cómo estaba Harry, ya que había creído que Louis era el hermano de Hannah y Harry el novio de Louis. Louis no le había dicho nada al respecto, pero había ido con Harry a tomar café en la cafetería que Hannah trabajaba cuando la chica se había ido a visitar a su madre en Nueva York. Harry no era del agrado de Hannah, siempre estaba cerca de Louis y lo abrazaba aunque ella estuviera allí, y lo peor de todo era que a Louis no le molestaba. A penas unas semanas, luego de que Harry se hubiera ido, Hannah le había dicho que dejara de llevar a Harry a su departamento tan seguido y que se consiguiera otros amigos que no quisieras llevárselo a la cama, ya que hasta segundos antes de que Hannah hubiera entrado Harry había estado sentado en el regazo de Louis mientras miraban la televisión, y para Louis no era gran cosa, siempre había sido así con Harry, pero al parecer si lo era para Hannah, y Louis no iba a dejar de ver a Harry sólo porque a ella no le agradaba el chico, lo cual para él era completamente disparatado ya que era imposible que alguien no quisiera a Harry, y gracias a eso habían tenido una gran pelea.                                                         Hannah no pudo soportar verlos en el sofá tan cerca. Ver a Louis abrazándolo a él cómo hacía meses no la abrazaba a ella, la forma en que la nariz de Louis tocaba suavemente el cuello del chico, y su mente comenzó a pensar en cuantas veces ellos habrían echo eso, cuantas veces Louis se habría ido de la cama para encontrarse con Harry y volver antes de que ella despertara, cuantas veces Harry habría ido allí a la madrugada para estar con Louis e irse antes de que saliera el sol. Los azules ojos de la chica se llenaron de lágrimas mientras los veía allí tan tranquilos, como si nada pudiera separarlos, y rápidamente había ido a su habitación a juntar sus cosas. Muchas veces había pensado en eso, tantas que ya tenía la mitad de su ropa empacada desde hacía meses. No se molestó en dejar una nota o una carta, ya que sabía muy bien que Louis se daría cuenta de sus razones. Los miró antes de salir, pensando en cómo pudo haber sido tan estúpida de jamás haberse dado cuenta, de no ver la forma que Harry miraba a Louis y la forma en los ojos de Louis se iluminaban al escuchar la voz del chico. Hannah jamás había dudado de Louis, ni un sólo segundo, y siempre había creído en él cuando le decía que con Harry nunca pasó y nunca iba a pasar nada, que sólo eran mejores amigos y que se conocían de toda la vida. Hannah siempre creyó que Harry tenía novia o tal vez algo parecido, siendo tan encantador y joven, pero el chico nunca había hablado sobre el tema o nombrado a alguien. Hannah salió, y lo último que vio de ellos fue como los pies de Louis se enredaban con los del chico.

Harry no estaba feliz, ni siquiera cerca de contento como tendría que estar. Hannah se había ido y por ende había terminado con Louis. Pero Louis estaba devastado, completamente devastado. El chico había estado llorando en su hombro por seis días enteros, tomando una taza de té tras otra mientras apretaba el celular entre sus manos, esperando a que Hannah respondiera sus llamadas o los cientos de mensajes que le había dejado. La chica ya estaba Nueva York, lo sabía ya que Louis la había ido a buscar al trabajo y le habían dicho que había renunciado para irse a vivir nuevamente con su madre. Harry no había pronunciado más que muchos "lo siento" y "todo estará bien", mientras frotaba la espalda del chico por centésima vez. No estaba feliz, estaba furioso y triste. Furioso con Hannah por haber ido sin dar explicaciones, aunque ambos sabían porque había tomado esa decisión, y triste porque Louis no paraba de llorar y su nariz estaba roja de tanto limpiarla. Harry no había visto llorar a Louis desde que tenía diez años y había perdido su muñeco de los power rangers. No sabía qué hacer, estaba acostumbrado a ver a un Louis fuerte y maduro, a un Louis que nada le afectaba y que siempre sabía qué hacer. Lo único que Harry podía hacer por él era mucho té y abrazarlo hasta que se durmiera, y luego volver a repetir esa rutina a la madrugada y día tras día. Louis faltó al trabajo por dos semanas poniendo como excusa que estaba enfermo y cómo era Louis, el que nunca faltaba y siempre estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por cualquiera, nadie le dijo nada. Harry se había quedado allí ese tiempo, dándole su apoyo y ayudándolo a superar eso, ya que sabía que si él no estaba allí Louis reemplazaría el té por alcohol, y Harry de verdad no quería lidiar con Louis llamándolo a las tres de la mañana llorando para decirle que la extrañaba, aunque eso era lo que Louis hacía, al menos lo hacía sobrio. Harry estaba en su último año de la universidad, y de verdad no esperaba que Louis fuera cuando la terminara ya que eso sería en cuatro días y Louis seguía tirado en el sofá, rodeado de pañuelos usados y tazas de té que no se molestaba en lavar. Pero sin embargo, a la salida, Louis estaba allí, con los ojos cansados y una barba de tres días, pero aun así sonriendo. Lo había abrazado fuertemente, y luego lo había besado. Louis se había separado antes de que Harry pudiera registrar lo que había hecho, y lo había envuelto nuevamente con sus brazos para susurrarle "era mi turno" en el oído. Harry había sentido como sus piernas se aflojaban cuando Louis lo había besado nuevamente en el auto, y luego otra vez en la puerta de su departamento, y otra vez en el sofá y otra vez en la cama antes de dormirse. Y al otro día, cuando Harry despertó por los labios de Louis en todo su rostro, el chico había hablado demasiado rápido y lo único que Louis había podido escuchar había sido un "Te amo, siempre lo hice" y tal vez demasiados "Gracias" y "Perdón". Harry sentía como sus ojos se humedecían a medida que hablaba porque en tan sólo segundos podría destruí todo, pero Louis lo había besado, interrumpiéndolo, y Harry se tragó todas sus palabras para besarlo y abrazarlo fuertemente. Louis no dijo nada, pero Harry ya lo sabía. De alguna forma siempre le supo.

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