Esta tarde me preguntaste como me va, solo te respondí que me gusta el clima y la buena música. No tenía otra palabra que decir, mis palabras se desvanecieron al escucharte a ti. A mi no me importa saber como te va, porque ya sé que te va muy bien. Ya sé que para ti es fácil conocer chicos, ligar, cosas fugaces. Es claro que eres bello, todos lo notan. Lo que duele, mi amor, es que nadie note quién eres tú. Lo que guardas, lo que expresas, lo que sientes. Nadie sabe cuanto amor has guardado por toda tu vida. Nadie sabe lo honesto y bondadoso que eres. Nadie siente tu transparente alma, nadie mas que yo.
Aquí me ves escribiendo en la ausencia del sentir, en el dolor de mi soledad, en la ingenuidad de mi amor. Desde mi ventana visualizo las nubes que corren junto a las horas, a el tiempo y a la misma vida. Se van los segundos, se acaba el tiempo y no sé que hacer. Mi existencia en este mundo, en estas circunstancias son inciertas, inciertas como el azar, como la fortuna, como el misterio. Me encuentro en este accidente del destino del que solo me queda yacer sobre mis telas y observar el pasar de la vida, el envejecer de mi ser, la opacidad de mi sentir. Dios sabe que he tratado de hacerlo posible, el vivir un amor. Lo más divino sabe como me he esforzado para ser como tú, para caber, he tratado y he fallado.
A esto te pido que por favor no preguntes por mi, porque tú y yo sabemos cuánto duele escuchar eso, porque sé que no hay preocupación, mi vida ahora te tiene sin cuidado. Es banal preguntar por mi, cuando sabes que no hay nada después de ti, cuando sabes que he roto cada esquema, cada principio, cada valor que tenía por ti y que cuando te fuiste me quede sin nada. Te compartí mi cuerpo, mi alma, te entregue mi amor, mis sentimientos, mis pensamientos, mis horas. Ahora me queda nada. Cambié como nunca pensé hacerlo, también hice cosas que nunca pensé cometer. Corrimos, saltamos, volamos, nos adueñamos del mundo. El tiempo se estanco estando contigo. Mis horas ya no corrían porque todo eras tú, mi ayer mi hoy y mi mañana te pertenecían. Cigarros y drogas, por ti. Alcohol y noches malas, por ti. Estabas loco por mi.
Hay una contradicción en mi mente, al pensar en ti y en mi. Porque no eres el malo de la historia. No hiciste nada mal, solo te quisiste ir. Al irte te llevaste todo de mi y solo quedo un cuerpo sin vida. Tú te vas, vivirás amores, reirás y serás feliz. Yo me quedo sin esperanzas, sin querer conocer a alguien más, sin amor que dar. Dado este dilema entre tu y yo, encuentro la diferencia que hay entre ser tú y ser yo. Tú eres independiente, interesante, modesto, impetuoso, callado, sensato e inolvidable. Tú tienes todas las características que alguien busca en un amor. Tú puedes ir y venir entre amores y desilusiones. Tú superas y olvidas. Tú ríes e ignoras. Eres imprescindible, nadie puede pasar sobre ti. Tienes el mundo a tus pies. Viajes, joyas, lujo. Consigues lo que quieres. Niño de ojos de diamante. Entonces, si eres perfecto... ¿Por qué mi corazón está roto?
Por todo lo ya dicho, por las diferencias entre tú y yo, por la distorsión del amor que tengo y por muchas más razones te pido esta tarde, amor mío, no preguntes por como estoy. No cuestiones a lo ya dicho, a lo hecho, no desafíes al desamor que figura nuestro contexto. No hagas de esta lucha un peso más difícil para mí, aun no te he olvidado y creo nunca poderlo hacer. Mi percepción de la realidad y de los sentimientos está en bajada, mi pesimismo me domina y ya no me puedo controlar. Ya no me preguntes cómo estoy, ya no me digas nada, dale a la marcha, así será mejor.
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No me preguntes cómo estoy
Poetrypienso en mi existencia en el momento en que me recuerdas que existo