Capítulo único

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Él me observa fijo, acaricia mi comisura superior y poco a poco su dedo quiere abrirse paso dentro de mi boca. Cierro con fuerza mis dientes para evitar su intromisión, pero al sentir su mano libre querer meterse bajo mi vestido de novia abro la boca y su dedo se desliza dentro. Sonríe malicioso y muerdo su dedo con fuerza.

— Me gusta que seas salvaje, Sakura.

— Esto no es divertido, Itachi.

— Si pudieras sentir la felicidad que llena mi pecho.

— Necesito ir a mi boda. Voy a casarme.

— No —dice observándome seguro—. No te vas, y no te casaras con ese imbécil.

— Por favor, esto no está bien.

— Lo está. Me siento bien, Sakura —Intente levantarme de la silla, pero él mueve su dedo en negación y me empuja hacia abajo—. Levántate y romperé el vestido de novia de tu madre en cientos de pedazos.

Está enojado, aunque intente parecer tranquilo puedo ver ira instalada en su mirada. Esta sentado frente a mí, estamos en su casa de campo, se supone que tenía que llevarme a la iglesia no traerme a este lugar. Naruto debe estar preocupado. ¿Por qué tuvo que pasar esto? ¿Por qué tenías que hacerlo, Itachi?

¿Quién es él, padre? —pregunté sujetando la mano de mi progenitor. Yo tenía siete años, él diez.

— Es tu hermano, su nombre es Itachi. Vivirá desde ahora con nosotros.

Mi madre me abandono cuando tenía 4 años y mi padre se hizo cargo de mí, Tsunade la mujer a la que llamaba tía y que después descubrí era la novia de mi padre solía venir a cuidarme. Aunque fumaba y bebía, jamás me golpeó. Era una buena mujer, solo que tenía algunos vicios. Cuando el hombre que me engendro también se marchó, ella se quedó. Represento más en nuestras vidas que aquellos a quienes debíamos llamar padres.

En mi cumpleaños número catorce ella murió de cáncer al pulmón. Fueron días oscuros y difíciles, pero nos teníamos el uno al otro y eso nos permitió avanzar.

— ¿Qué haremos ahora? —pregunté entrando en la habitación de Itachi.

Él hizo que me sentara frente a su escritorio y se sentó cerca.

— Continuar, Sakura. Nuestro reloj sigue moviéndose.

— Sakura.

Mi mente regreso a la realidad, observó sobre la camisa de Itachi una cadena con una medalla que tiene mi nombre. Era mío, pero se lo regale como un pacto de que siempre estaríamos juntos.

— No es correcto —dije con el afán de alejar los demonios de mi cabeza—. No está bien.

— Sakura —colocó su mano en mi mejilla—. Sé que no quieres casarte con Naruto.

— No hubiera ido tan lejos si no quisiera hacerlo, Itachi.

— No lo amas.

Observo directo sus ojos negros.

— Lo amo.

Puedo ver las gotas de lluvia que no dejan de caer por la ventana, los días nublados son tristes, existe una especie de nostalgia, rencor, desesperación y desesperanza. Recuerdo ver por última vez a mi padre en un día de lluvia, también decidí casarme un día nublado.

Itachi entró a la casa empapado, no asistí al instituto porque mi abdomen bajo no dejaba de doler, él tuvo que asistir a la universidad porque tenía examen.

Perdición (Oneshot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora