______ Colette Wilde, una chica de 17 años que es diferente a las demás de su edad, ella...es 'Peculiar' tiene habilidades que no cualquiera podría tener, vive en una gran mansión a primera vista, destruida, mal cuidada, pero tiene su porque. Sus pa...
¿Alguna vez has sentido que nada de lo haces importa?
Dejas tus huellas en la playa y mañana ya no están.
Como si volviera a ser hoy.
Dicen que la adolescencia es para hacer amigos y divertirse.
Pues yo pienso que no lo es para todos, uno no va por la vida siendo amigo de todos y saliendo por todo el mundo para ir a fiestas, para mí es diferente porque yo soy diferente a todos los chicos de mi edad. No conozco a alguien que sea como yo...que sea peculiar.
...
Estaba en un minisuper haciendo las compras para ir a casa, desde que mis padres se fueron tengo que hacerme responsable de lo que me encargaron hacer, estaba por la zona de la limpieza, pasé por una montaña de papel higiénico mientras miraba las estanterías de los productos. Escuchaba reír a chicos detrás de esa montaña, hasta que esta cayó encima de mí. Los chicos rieron más y se alejaron sólo haciendo tonterías sin sentido.
-¿Estás bien?- preguntaron tomándome del brazo y levantarme- lo lamento, no pensé que estuvieras atrás-
-Descuida, estas cosas siempre suelen pasarme- dije mientras tomaba la canasta donde llevaba las cosas, levanté la mirada encontrándome con unos ojos azules muy hermosos, al parecer el chico trabajaba ahí ya que llevaba el mandil puesto
-Amm ¿Necesitas ayuda?- dijo
-Estoy bien, gracias- sonreí- ¿Quieres que te ayude?- señalé el suelo llenó de papel higiénico
-¿Eh? Oh amm...-
-¡Jake!- una mujer, también empleada del lugar, llegó viniendo directo hacia nosotros- Jake, tienes una llamada-
-Claro amm...- me miró
-Seguiré con mis compras- sonreí
-No importa, querido, luego vienen a limpiar esto- dijo la mujer
El chico, cuyo nombre es Jake, se retiró sin decir nada más, yo seguí en lo mío hasta terminar las compras, regresé a casa yendo en el bus, en la parte de atrás recargada a la ventana mientras veía por las colinas a lo lejos el mar. Me traía recuerdos de cuando iba con mis padres. Miré la hora en el reloj que llevaba en la muñeca, eran exactamente las 3 de la tarde...debía llegar a tiempo.
Sentí mis ojos pesados, quedándome dormida durante un corto tiempo. Cuando el bus se detuvo, bajé estando por las calles donde vivía, cerca de un viejo pueblo, cercano a un bosque. Justo mi casa daba hacia él. Abrí dejando ver el interior con muebles destruidos, ventanas rotas que las cubrían simples cortinas, el suelo estaba sucio pero yo pasé de largo y me dirigí al patio trasero para ir por el bosque.
El viento se soltó mandando mi cabello hacia mi cara, me lo apartaba con cierta molestia, escuchaba sólo mis pasos y el como las hojas secas debajo de mis pies se rompían. Cuando escuché un ruido de rama quebrándose detrás de mí, voltee rápidamente pero sólo miré árboles y la salida a unos metros...regresé a mi camino apresurando el paso.
Crucé por unos arbustos, que a simple vista pareciera no haber más camino y sólo...una caída accidental. Saliendo de los arbustos miré la gran casa tan descuidada e igual las plantas pero caminando más y más hacia ella todo cambió.
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-¡_________!- dijeron saliendo de la casa, una pequeña de cabello oscuro y ojos claros, venía corriendo hacia mí
-¡Hey! Hola, Amy- saludé poniéndome en cuclillas
-¿Trajiste para cenar?- preguntó y asentí
-Por supuesto. Sólo esperemos a que llegue la hora del bucle- sonreí- ven, vamos con los demás-
Nos dirigimos a la casa, cuando Amy entró, antes de cerrar la puerta miré por los arbustos por aquel extraño ruido que me dio temor, al final traté de olvidarlo y regresar con los demás.
-¡Volviste!- dijo Howie, también un niño de cabello corto, piel pálida y unos ojos verdes hermosos
Este era mi hogar, el hogar de los niños peculiares que mamá y papá me dejaron a cargo, los niños llegaron bajando las escaleras con cierta emoción de que estuviera de vuelta, eran mi motivo para no sentirme tan sola...
-¿Cómo están?- pregunté
-Estamos bien, te estábamos esperando para la cena- contestó el mayor de todos, Butch, alto, cabello recogido, su piel parecía de porcelana
-Son casi las 8, debemos prepararnos para el bucle chicos...- dije yendo a la cocina para dejar en la mesa las compras
-¿Qué ocurrió, _______?- preguntó Chris, otro chico uno de los mayores como Butch- cuando estabas de regreso por el bosque...-
-No sé de que hablas- dije nerviosa
-Claro que sabes, antes de que llegaras te pasó algo- tenía todas las miradas de los niños en mí
-Lo lamento, sólo que... pensé que algo me seguía y tuve miedo a que alguien pudiera descubrirlos- conté
-Era eso. _________, no te preocupes, estamos contigo para lo que suceda-
-Gracias, Amy. Vengan...ya es hora-
Salimos a la parte trasera de la casa, cada 8:30 de la noche pasa lo mismo una y otra vez, estoy en un bucle junto con los niños peculiares después de su accidente, pero lo estoy por su bien, hay tanto como personas peculiares buenos y malos. Llevábamos un casco de gas para cubrirnos del aire que se estaba produciendo a nuestro alrededor.
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Miramos nuestros relojes en la muñeca, esperando que fueran las 30, faltaba poco y los aviones comenzaron a escucharse cerca encima de nosotros...mis padres me lo contaron, como mis abuelos pelearon por ellos para mantenerlos a salvo de la explosión pero fallaron, yo no los culpo por eso, hicieron lo correcto.
Las alarmas sonaron en los relojes de toda la casa, sus luces parpadeaban hasta el momento en el que uno de los aviones soltó la bomba...con el reloj de bolsillo que saqué se detuvo todo, el aire, los aviones, y la bomba también...dando todo aquello reversa y volver a ser de día. Nuestro bucle, todo el día, todos los días era 3 de Septiembre de 1945.
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¿Qué les parece? La historia es a mi versión, claro, basada en la película Miss Peregrine y los Niños Peculiares.
Muy distinta a la original, tanto nombres, personajes, lugares, sucesos, son inventados por mí.
