Louis estaba cómodo sobre el frío banco de madera junto a la ventana. Tenía calor y el banco lograba trasmitirle esa intensa frescura a su culo, que no aguantaba más en el estúpido short deportivo sudado. Miraba el reloj, deseando que la vieja se callara de una maldita vez y el pitido infernal del timbre sonara para poder irme.
—Y por último, jóvenes, deben de escucharme con atención. —La profesora Williams sonrió y se le achinaron los ojos. —Deberán entrevistar a alguien que no conozcan, alguien nuevo... que despierte su atención. Den una vuelta por el instituto, observen tranquilos y cuando claven su mirada en alguien diferente, acérquense y entrevisten.
—¿Eso es para el informe final? —Preguntó Lucy, mientras ataba su rubio cabello en una cola de caballo. La anciana asintió un par de veces.
—¡Gracias por recordármelo! Como saben, el proyecto es muy importante ya que representa el sesenta por ciento del promedio final. Es necesario que sean muy profesionales respecto a la persona que elijan para poder llegar con éxito a un diez y pasar el semestre. —El timbre sonó y todos comenzaron a levantarse de los bancos. —Adiós.
El castaño tomó mochila y la tiró sobre su hombro con brusquedad. “A la mierda con la señora Williams y su trabajo. En este lugar no hay nadie diferente, ni interesante, nadie”, pensó. Era el segundo año de su carrera, y no es que la odiara, simplemente no le interesaba. El periodismo nunca había sido su primera opción, pero luego eligió entre estudiar eso o morir de hambre, sostenía que había sido una buena decisión.
El campus del Instituto Crandon era inmenso, y hacía recién dos semanas había llegado a los edificios. No extrañaba a su madre, mucho menos a sus hermanas, pero se sentía fuera de lugar allí. Recorría siempre el mismo camino para llegar al lado oeste, y luego subía cinco pisos. Se tiraba en la cama y esperaba que el tiempo pasara.—¡Hey, Louis! —Sintió la voz de su mejor amigo, Zayn, pero estaba lo suficientemente adormilado como para responderle. —Despiértate, princesa. —Rio.
—Cállate, idiota, tuve una tarde atareada hoy.
—Oh, de seguro. ¿Qué tuviste que hacer? ¿Escribir la fecha? —se burló mientras buscaba entre los cajones.
—Deja de hacer ruido, imbécil, ¿qué mierda buscas? —preguntó mientras se levantaba con cautela y bostezaba.
—Mis botines negros, iré a jugar fútbol hoy. ¿Quieres acompañarme?
—Claro, solo deja que me cambie.La idea le parecía bien ya que no tenía nada mejor que hacer, bueno… en realidad tendría que estar comenzando su proyecto de periodismo, pero valía mierda ahora. Partieron ambos hacia la cancha del Crandon. A Louis le encantaba sentir el húmedo césped con las manos, pero más le encantaba patear traseros jugando.
Mientras calentaban, llegaron unos cinco chicos que también jugarían. Los miró para elegir su oponente de la noche, a quién molestaría los siguientes noventa minutos. Un rubio que parecía no haber tocado su pelota en años, dos gorditos que serían demasiado fáciles para él, un castaño que tenía buena pinta y… Dios. Vio a Dios entrar por la puerta, con una camiseta blanca y shorts cortos. ¿Quién era él? ¿Cómo es que nunca antes lo había visto? ¿Cómo es que un ser humano así había pasado desapercibido antes sus ojos? Tenía el cabello largo recogido en un rodete y las piernas más jodidamente sexys que existían.
—Zayn, escúchame. —Llamó al moreno, quien estaba concentrado en el ejercicio. —¿Quién es él? ¿Cuál es su nombre?
—No me jodas, ¿viniste a jugar o a encontrar novio? —Inquirió mientras rodaba en los ojos, con una pequeña sonrisa en los labios.
—A ambas. —Sonrió admirando al chico más sensual que alguna vez había tenido la suerte ver.Bueno, este vendría a ser el primer capítulo. Espero que les guste y me dejen sus comentarios para saber que piensan. ¡Gracias!
ESTÁS LEYENDO
Esclavo de sus encantos 《l.s》
FanfictionEra perverso. Era fugaz. Era inteligente. «No confíes en él, solo te pido eso, Louis. No lo ames.» "Aferrarse a una persona nunca es bueno. Tú mismo te terminas acabando, sabiendo que no eres completamente perfecto como lo que tus ojos ven en él"...