ONE SHOT / SUGA / LA PROPUESTA

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09:37PM

La cera de las velas se hacía más pequeña conforme el tiempo avanzaba. Las parejas riendo y hablando inundaban tus oídos y las copas chocando unas entre otras en señal de brindis seguían siendo constantes.

Las risas de los viejos enamorados sonabas como un soplo al viendo, mientras que las propuestas de amor inundaban la terraza que se encontraba detrás de algunos decorativos de arboles.

— ¿Qué sucede?... - Dijiste entre dientes  con una mueca en los labios mientras mirabas  tu reloj suavemente acomodado en tu muñeca.

— Buenas noches, señorita. ¿Desea que le brinde alguna bebida mientras espera a su acompañante? 

Un joven que no pasaba de los veinticinco años que tenia puesto uno de esos manteles decorativos en su antebrazo, cargando a su vez en su mano un bolígrafo y una libreta de pedidos

— A-Ah... Si. Té verde, por favor -

— ¿Lo desea con azúcar? -

— No, así esta bien...

"Azúcar.... SUGA..."

— En un momento, Señorita - El mesero ofreció una reverencia  - Con permiso. -

10:13PM

Mas de la mitad de los comensales ya se había retirado del lugar, y este, se veía cada vez más vacío. 

Tu pie derecho se extendía a lo largo de la mesa por debajo de los manteles, subiendo y bajando.

— Por favor... hoy no... no me hagas esto, amor... -

Tu voz era triste, estabas preocupada y no dejabas de mirar tu reloj. Veías como los enamorados se comenzaban a ir uno por uno de sus mesas y tu estabas sola en la penumbra de un restaurante lujoso en medio de Seoul.

11:03PM

Era tu tercera taza de Té verde. En el lugar ya no quedaba nadie mas que sólo dos adultos de edad mayor que terminaban su comida felizmente tomados de la mano. 

— Disculpe, señorita... - Se había acercado aquel mesero que te había ofrecido la primera taza de Té - Estaremos cerrando en treinta minutos ¿Desea que re-agende una reservación para otro día en nuestro restaurante?

 Miraste por quien otra vez tu reloj. Sentías un nudo en tu garganta que apenas te permitía articular unas palabras: 

— No. Gracias. 

Sacaste dinero de tu bolso y pagaste las tres tazas de Té verde de la noche, dejando un billete extra al mesero.

<<>>

— ¿Por qué, por qué? - 
Tan rápido como lograste abrir la puerta principal de tu casa, te desplomaste ante ésta, llorando y aventando tu bolso lejos.


— ¿Dejarme plantada de nuevo? - 

Llorabas. Tu espalda tocaba la puerta y tus manos abrazaban tus rodillas.

Lograste tomar tu celular del suelo para ver si al menos se aparecía a llamarte o te dejaba algun mensaje, algo.

Estuviste así a lo largo de diez minutos esperando algún mensaje o alguna señal de vida, pero no tuviste respuesta alguna.

— ¡Pues jódete! Ni siquiera para pedirme perdón... - Gritaste mientras aventabas tu celular a uno de los sillones cercanos que ahí se encontraban y, como si fuera arte de magia, el celular sonó.

ONE SHOT - SUGA (BTS) - LA PROPUESTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora