dessert

tartaleta

lina como siempre se encontraba en la misma cafetería a la misma hora. pudo ver como una chica de cabello negro recogido cruzó por la calle, con algo de prisa. llevando consigo libros.

cuando pensó que la iba a arrollar un auto, bella corrió lo más que pudo y el dueño la saludó amablemente.

-¡oh, bella. me alegra tanto que estés aquí, me diste un sustillo chiquita!- le dio un codazo amistosamente.

-no hay de qué viejo ralph, siempre e vengo aquí. - le sonrió.

-¿qué tal anda tú madre?

-pues bien... está trabajando y cubriendo los gastos. - bella se adentro más a aquella cafetería y vio nuevamente los pasteles.

lina miro cada movimiento suyo, le parecía de alguna forma muy tierna debido a la expresión que ponía de felicidad, al ver los dulces.

-dime, ¿cuál es tu orden querida?- le sonrió ralph, poniéndose en el mostrador.

-uhm, está vez quiero una tartaleta. de fresa, si es posible. - señaló una que estaba detrás del mostrador.

-claro, la casa invita.

-no, no. yo lo pagaré no sé preocupé. - le sonrió aquella chica.

-pero...

-ralph, tus hijos... lo necesitan. - le lanzó una mirada calidamente, haciendo que al viejo ralph se le encogiera el corazón.

-bueno, está vez ganas muchacha. pero la próxima te invito, eh.

-sigue soñando ralph, sigue soñando.

por otra parte, lina tomó un sorbo de su té helado viendo a la pelinegra quién estaba tomando de su orden. un postre.

lina la había 3 veces y sintió como si su corazón latiera fuerte. era tan hermosa.

sacó su cuaderno y decidió escribir como era de costumbre, cada vez que veía a la chica anotaba una de las razones por las cuáles estaba cayendo enamorada de ella.

hoy te vi agarrar un postre. al parecer era una tartaleta de fresa. vi como le sonreías al dueño, me estás cautivando chica dulce. una de las cosas que más me gustan es una tartaleta. por que me recuerdan a ti, tienes cara de pastelito.

razón por la cuál me enamoraste: eres muy tierna.